Kike Osborne (13 años), el primogénito nacido del matrimonio entre Bertín Osborne (65) y Fabiola Martínez (47), ha dado positivo en coronavirus. Ha sido la esposa del cantante de rancheras quien ha informado de esta noticia a través de sus redes sociales, donde suele mostrarse muy activa y positiva. A través de cuatro stories en su cuenta oficial de Instagram, donde se hace llamar Fabiola de Osborne, la venezolana ha detallado lo siguiente:
"Aquí estamos, después de tanto protegernos, cuidarnos, aislarnos y hacer todo lo que nos indicaban hacer, lo hemos pillado. Con este virus hemos de aprender a convivir como nos ha pasado con muchas otras enfermedades a lo largo de la historia y esta va a ser una más de la que habremos aprendido. Y con respecto a nosotros, os cuento que, increíblemente, quien lo ha pillado en casa ha sido Kike".
Con muy buen talante, Martínez ha informado de que Kike es asintomático. Además, ha publicado un pequeño clip de vídeo de su hijo y a continuación ha comentado en tono de broma: "He aquí el foco de la cuestión (Risas). Pero ahí está el campeón, fuerte como un toro. Y bueno, pues, esperando que pasen los días indicados de la cuarentena y ver cómo va evolucionando. Estamos bien y ya os iré contando".
El hecho de que Kike contrajera la covid-19 ha sido desde el inicio de la pandemia uno de los grandes temores del matrimonio formado por Bertín Osborne y Fabiola Martínez. Así lo desvelaba el propio presentador de televisión en una entrevista que concedía hace apenas una semana a la revista ¡Hola! desde su finca de Sevilla. "No he tenido miedo por mí, he tenido miedo por Kike, que es de mucho riesgo", apuntaba.
Hace tan solo dos meses, Fabiola Martínez concedía una entrevista a JALEOS y desvelaba cómo lo habían hecho con Kike para continuar con las terapias propias de su enfermedad. "La verdad es que hemos hecho parón absoluto, como todo el mundo. Por una parte nos vino bien. Parar mentalmente y darnos un descanso, pero en el caso de Kike descansar significa, en muchos aspectos, retroceder. Mis padres nos ayudan mucho, mi padre es muy constante además, y hemos hecho cositas, pero prácticamente nada", empezaba relatando.
Y continuaba: "Como estamos en Sevilla, donde pasamos normalmente tiempo de recreo, no contábamos con nada ni nadie profesional que le diera terapia. Ahora lo hemos retomado, pero llevamos muy poco. No siempre los padres podemos hacer de terapeutas. Si el niño es pequeño sí que es posible hacerlo, pero con un niño como Kike que mide 1,70 y pesa 50 kilos, no es nada fácil. No se mueve solo, hay que cogerlo en peso... no es fácil hacerlo nosotros sin ayuda de un profesional.
Kike nació de forma prematura y sufre una lesión cerebral que le impide crecer con normalidad. Kike ya es todo un adolescente, un hijo del que Bertín y Fabiola se sienten tremendamente orgullosos por su tesón y su esfuerzo y su capacidad para remontar ante todos sus baches de salud.
Así se refería a él su madre en este diario recientemente: "Hay muchas cosas que nos resultan graciosas y lo pasamos bien, pese a que nosotros también infantilizamos sin querer. Cuando ve a una chica que le gusta se le nota un montón, se pone rojo, más tímido, se tapa la cara... y claro, si lo vemos en Carlos nunca se lo diríamos delante de la persona porque le dejaríamos en evidencia, pero en el caso de Kike a veces fallamos en eso. En realidad aprendemos con él. Kike ya fisiológicamente va sintiendo cosas y se va explorando, así que nos tenemos que ir adaptando a esta nueva etapa. Intentamos preservar un espacio que es su intimidad, un momento que es suyo y no es de nadie. Mentalizarse de esto es muy importante".
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