Eugenia Martínez de Irujo (51 años) ha vuelto a desarrollar su faceta artística. La hija pequeña de la desaparecida duquesa de Alba ha expuesto una colección pictórica creada por ella misma durante el confinamiento. Bajo el título El arte de querer, la duquesa de Montoro ha cedido su obra a la Fundación Querer con el fin de recaudar fondos con fines solidarios.
La inauguración de la obra tuvo lugar el pasado 23 de octubre en El espacio Valverde, una galería de arte madrileña que dirige actualmente su sobrino, Jacobo Fitz-James Suart.
La duquesa de Montoro ha logrado deshacerse de gran parte de los cuadros en un corto periodo de tiempo -tan solo cuatro días-, tal y como confirman a JALEOS desde el citado espacio dedicado al arte: "La verdad es que ha sido un éxito, vendió todo o casi todo de lo que se colgó en la sala. Se expusieron 65 cuadros, pero ella tenía más que después ha añadido a la venta online. Todo no se podía poner".
Tal ha sido la acogida de las obras de la hija pequeña de la duquesa, cuyos precios iban desde los 250 a los 300 euros, que Eugenia ha decidido crear un web para seguir vendiendo más obras. Un espacio digital al que ha sumado 42 cuadros más a los ya expuestos físicamente.
"Algunas de estas pinturas que he publicado a través de mis redes sociales han generado interés en muchos de mis seguidores, agradezco mucho todas las palabras de cariño y su interés en tener algunas de estas pinturas", comienza diciendo la aristócrata en su tienda digital, en la que deja claro que los beneficios obtenidos irán destinados a fines filántropos.
"He decidido ponerlas al alcance de todos ellos a cambio de una contribución que se destinará íntegramente a la Fundación Querer, que está realizando una labor esencial destinando todos sus recursos a la educación, investigación, difusión y concienciación social para niños con necesidades especiales derivadas de enfermedades neurológicas".
Las creaciones de Eugenia reflejan la visión que ella misma tiene sobre el mundo del arte, ámbito en el que ha estado inmersa desde su nacimiento gracias a la histórica afición de los Alba por la pintura. Una perspectiva basada en las obras de autores españoles, a partir de la cual la duquesa de Montoro ha desarrollado su propio estilo. Una actividad que con la que, además de ayudar, ha conseguido aliviar la sensación de encierro durante el confinamiento.
"En estos tiempos tan difíciles motivados por la dura pandemia generada por la Covid, he pasado todos los días del estado de alarma confinada en casa desarrollando una de las facetas y aficiones que más me han acompañado a lo largo de mi vida; la pintura", confiesa Eugenia, que ha decidido aprovechar su nombre y su talento para colaborar con una buena causa.
"Independientemente de mi colaboración habitual con diferentes fundaciones y ONG’s, es una forma adicional de seguir colaborando ante esta situación y de compartir estos dibujos inspirados durante mis días de confinamiento", asiente Eugenia, que debe sentirse muy orgullosa ante el apabullante éxito conseguido.
En solo tres días, Eugenia Martínez de Irujo ha logrado vender 94 de sus 107 creaciones, consiguiendo un total de 26.700 euros.
Del exotismo asiático al folclore nacional
La obra de Eugenia Martínez de Irujo aborda cuatro temáticas principales: naturaleza y aves, animales, oriental y un apartado denominado 'varios'. En dicha división, la artista deja constancia de sus grandes pasiones. Un modo de confesión pictórica en la que se puede apreciar las muchas cosas que compartía con su fallecida madre y que refleja el ADN de los Alba.
El amor por los animales es algo que ha heredado de Cayetana de Alba, la cual, además de poseer decenas de fotografías de todas las mascotas que la acompañaron a lo largo de su vida, enterró a todos sus perros en los jardines de los palacios que poseía. En el caso de Eugenia, llama la atención el protagonismo que cobran en algunos de sus cuadros sus cerdas, Bacon -fallecida en 2018 y a la que pinta con unas alas cual ángel en el cielo- y Panceta. Dos originales mascotas que ha presentado en multitud de ocasiones a través de las redes sociales.
Loros, tucanes, jirafas, leones y tigres, son algunas de las figuras que destacan en su colección pictórica, en la que también abundan personajes de la antigua china luciendo exóticos trajes tradicionales y la exaltación de la belleza vegetal. La vinculación de la duquesa de Montoro con Andalucía también queda pantente en su obra, dibujando flamencas y vírgenes que recuerdan a ese folclore del que tanto han disfrutado tanto ella como su madre. Todo ello abordado con reminiscencia del arte naíf donde el color y la expresividad predominan más allá de la técnica.
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