Es el fin de una era. Este jueves día 5 de noviembre, el histórico restaurante Zalacaín anunciaba su cierre definitivo tras no poder superar la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus. Zalacaín, el templo gastronómico donde tradicionalmente se daban cita personalidades de los ámbitos más selectos no sólo de Madrid, sino de todo el mundo, abrió en 1973.
Tras varios años de éxito en Madrid con Príncipe de Viana, su fundador, Jesús María Oyarbide, abre las puertas de este espacio mágico convirtiéndolo en un referente de la gastronomía española. Dos años después de su apertura, en 1975, consige su primer estrella Michelin. En 1981, la segunda. Y en 1987 llega el tercer reconocimiento convirtiendo a Zalacaín en el primer restaurante de la capital en ostentar tres estrellas Michelin.
Tras la salida de su fundador, fue Luis García Cereceda, el dueño de La Finca, quien tomó las riendas de Zalacaín. Desde entonces, y como evolución natural, distintos profesionales que siguen o lideran otros proyectos de éxito han pasado por el afamado restaurante. Todos han dado valor a una filosofía de calidad y discreción. Y todos recuerdan a Zalacaín como la cuna de la buena cocina y del lugar de encuentro con el que fue creado.
Cuentan que en sus salones se llegó a gestar la Constitución de 1978, aquella que aún hoy ampara a todos los españoles. Sus paredes también han sido testigos de cómo el rey Juan Carlos (82 años) aún príncipe, iba con la reina Sofía (82) a degustar sus manjares -el steak tartar con patatas soufflé, uno de sus favoritos-. En una de esas visitas -que en la mayoría de ocasiones quedaban en secreto entre protocolo de Casa Real y el propio Zalacaín-, Juan Carlos de Borbón conoció a quien después sería su yerno, Jaime de Marichlar (57), entonces novio de su primogénita, la infanta Elena (56).
El altísimo nivel del restaurante fue atractivo y parada obligatoria para estrellas de rango internacional y, por supuesto, personalidades patrias del mundo de la empresa, el deporte, la comunicación y la moda. Entre sus ilustres comensales, era habitual tener a Isabel Preysler (68) junto a sus exmaridos, los malogrados Carlos Falcó o Miguel Boyer. También sus hijas, como Tamara Falcó (38) y Ana Boyer (31). Los periodistas Carlos Herrera (63) y Mariló Montero (55) -mientras fueron pareja-, la modelo y empresaria Mar Flores (51) o el presidente del Real Madrid Florentino Pérez (73) también solían dejarse agasajar por las bondades de Zalacaín.
Los románticos dicen que el restaurante Zalacaíne, el regufio de Juan Carlos, llegó con el juancarlismo y se ha ido él. Muchos de los momentos gloriosos de este mítico establecimiento, hoy herido de muerte a causa de la pandemia que no sólo se ha llevado cientos de miles de vidas sino también negocios, están protagonizados por el rey Juan Carlos. Tras la muerte de Franco y la instauración de la monarquía parlamentaria con Juan Carlos I como jefe del Estado en 1975, Zalacaín se convirtió en un lugar donde incluso se llegaron a celebrar Consejos de Ministros de los primeros Gobiernos democráticos en sus mesas.
47 años después de su apertura, 45 años después del ascenso al trono de Juan Carlos I y 42 años después de la entrada en vigor de la Constitución Española, Zalacaín echa el cierre definitivo de su emblemática puerta. De alguna manera, en el mismo tiempo en que el rey emérito Juan Carlos, amigo de la casa y gran cliente, también ha tenido que decir adiós a su patria tras el revuelo generado por sus presuntos negocios opacos fuera del país donde reinó durante 38 años.
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