Una llamada de teléfono en el momento en el que más lo necesitaba cambió para siempre el rumbo de la vida de Desy Rodríguez (34 años). Javier Calvo (29) y Javier Ambrossi (36), directores de la serie Veneno, no dudaron ni un segundo en que querían contar con ella para que encarnase a Paca La Piraña, la mejor amiga de Cristina Ortiz La Veneno, en la década de los 90: el instante en el que la fama estalló en su cara.
Pero con el guion en la mano, poco podía imaginar Desy Rodríguez que su vida y la de la protagonista, la celebérrima Veneno, tenían más similitudes de las que podía creer. Con un éxito masivo de audiencia en Atresplayer Premium y en Antena 3 en abierto -en este último canal sólo se han podido ver los dos primeros capítulos- y con el inminente estreno en HBO Max -Veneno será internacional a partir del próximo 19 de noviembre-, la exconcursante sevillana de Gran Hermano se confiesa con JALEOS.
Desy Rodríguez recuerda sus momentos dramáticos, aunque lo hace ya desde la madurez. Desde la tranquilidad que ahora le aporta su pareja, Luciano Ortiz, su nuevo hogar, Torremolinos, y su gran pasión, la interpretación. "Mi vida y la de Cristina tienen mucho que ver. Yo sufrí abusos sexuales de mi hermano mayor, con esquizofrenia, desde los cuatro hasta los 11 años. Mi madre, con problemas de personalidad, me apuñaló con 11 años. Me manipuló para que mintiera en el hospital y dijera que me había caído en el cuarto de las herramientas de mi padre. He vivido miedo en casa desde pequeña: depresión, problemas de peso excesivo, malos tratos... Cuando alguien venía de visita a casa, le pedía que me adoptase. ¡Hasta me metía en el coche con ellos y me tenían que sacar llorando!", afirma Desy.
Su adolescencia no fue mejor. La joven comenzó a ver la luz cuando le dieron la oportunidad de entrar en la decimocuarta edición de Gran Hermano. "Cuando Telecinco me dio la oportunidad de vivir mi sueño, mis hermanos se metieron y me arruinaron mi futuro como colaboradora. Me estaban quitando la vida. Mi padre falleció después de dos años luchando con un cáncer, solo, conmigo al lado. Si mi padre levantara la cabeza y viera todo lo sucia que ha sido mi madre, robándole hasta última hora, se moría de nuevo", declara.
La serie de Los Javis ha despertado fantasmas del pasado en Desy, que aún se duele al recordar aquellos durísimos momentos de su infancia y juventud: "Con el final de Veneno se me han levantado las llagas que creía cerradas y si tengo que morir sola, prefiero morir rodeada de mi marido y de mis amigos. No quiero que mi familia se acerque a mí ni el día de mi final. A veces he pensado en hablarles e incluso pedirles perdón, pero después recuerdo que en cuanto renuncié a la herencia de mi padre, me cambiaron la cerradura de la casa para que no pusiera entrar y se repartieron todo lo mío. Mis abrigos de piel, mis joyas, mis zapatos, mis vestidos... Y lo demás, al contenedor".
Desy Rodríguez es una mujer transexual hecha a sí misma que ha luchado y lucha día a día por sus derechos sociales y también laborales. Ha trabajado en su tierra, Sevilla, en Italia, donde ejercía de estilista y peluquera, también ha sido responsable de un centro de mayores y ahora su sueño es seguir en su carrera como actriz.
"La vida de una mujer transexual es dura" evoca Desy, "pero si no hubiera gente tan mala, empezando por nuestras propias familias, no seria igual. Hay que apoyar, comprender y querer a los niños porque son el futuro. Yo, por suerte, puedo elegir cómo llevar mi vida, pero todavía existen chicos y chicas que no", apunta la intérprete.
Y añade: "Y no podemos permitir que las leyes nos den la espalda todavía hoy. No podemos permitir que niños y niñas o adolescentes sigan suicidándose o que tengamos que luchar por un puesto de trabajo por muy preparados que estemos. No podemos permitir que muramos y no investiguen. Ni tras la muerte nos respetan".
Para cerrar, Desy concluye con un guiño a Cristina Ortiz Rodríguez, en su estilo, típico de La Veneno: "Cuando yo muera no quiero lagrimas, solo quiero risas, mucha bebida, comida, cante y que digan lo hija de puta que era y lo buena persona que fui con quien me mostró algo de cariño sincero".
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