Más de diecisiete años han pasado desde Zeppelin TV y Telecinco trajesen a la vida pública a un chica de 27 años a lomos de un caballo, un descapotable y que entonaba orgullosa, a gritos, el himno del Atlético de Madrid. "La pija de Gran Hermano", la apodaron. Como a Victoria Adams (44 años), en la Spice Girls. El tiempo después demostró que de posh tenía lo justo, y que igual que trabajaba en televisión y se rasgaba las vestiduras por defender a un concursante de reality, hacía las veces de madre, empresaria, gerente y socia en negocios relacionados con el ocio, la moda y la hostelería.
En una sincera entrevista con JALEOS, Marta López (44), la que fuera primera expulsada de la segunda edición de Gran Hermano, la villana de su edición, habla sobre televisión, amor y otras cosas. Saliendo de la oficina para atender a este periódico, Marta responde...
¿Cómo está? ¿En qué anda?
Bien, ahora mismo dirigiendo un catering en una finca para hacer eventos, bodas, banquetes, comidas y cenas de empresas...
Siempre ha sido emprendedora. Su discoteca, su tienda... ¿Con qué está ahora?
La tienda la sigo teniendo, la discoteca también pero alquilada, o sea, que no la gestiono yo ahora mismo. En lo que estoy inmersa es en El Búho Catering en Madrid.
Como experta en televisión, ¿cómo la ve ahora y en qué ha cambiado?
Casi no la veo, pero sí la sigo. Llego a casa y primero que hago es poner la tele y Telecinco. Quizá no la veo pero siempre está puesta. La tele no ha cambiado mucho, hay mucha serie, mucho concurso; y mucho corazón y realities que es lo que más veo.
¿La televisión es una etapa o se puede vivir de ella?
Hay gente que puede vivir de la televisión. Yo no. Hay gente que está ganando mucho dinero. Esto es una época. Quizá te dura dos años. O quince, como a mí. Pero yo siempre he trabajado en otras cosas, sabía que esto no era para siempre.
¿Cómo recuerda su época en Crónicas Marcianas?
Una época maravillosa. Salí de Gran Hermano y directamente me metí en Crónicas, estuve cuatro años y medio y trabajé muchísimo, viví todo allí, me creé todo allí, estuve sentada al lado de Sardà (60) un montón de años. Yo, que era nadie, de repente verme con Latre (39), con Boris (52), con Coto (61). También te digo que tuve que aprender a base de hostias y a base de hostias aprendí. Lo miro con nostalgia, me encantaría poder volver a aquella época. Y económicamente ni te cuento...
Hubo quien dijo que se cobraba 6.000 y hasta 9.000 euros por una colaboración.
Sí, a lo mejor. Aunque yo tenía contrato y no cobraba 6.000 por colaboración pero si iba cuatro días al mes, sí que podías cobrar eso. Y más. La última colaboración que cobré en Sálvame ha sido veinte veces menos que lo que cobraba en una noche Crónicas. No sé si veinte, pero quince seguro.
Hace poco, Mila Ximénez comentaba que había presentadores con los que era imposible trabajar por su tiranía, entre ellos, Javier Sardà.
Mentira. A mí nunca me han tratado así. Nunca he visto nada de eso. Todo lo que te pueda decir es bueno. Si Sardà tocaba, el saxo por educación te callabas. Obviamente, era el jefe. Yo trabajé en Crónicas más tiempo que Mila (66) y que Kiko (41) y te puedo asegurar que no comparto para nada eso. A mí nunca me han obligado a nada. Sardà era una persona muy cercana que conmigo se ha portado siempre fenomenal. Crónicas era muy 'cañero', yo he llorado muchas veces allí, no por los directores sino por Coto Matamoros. El peligro estaban entre los colaboradores.
Dígame alguien que le haya hecho la vida imposible en televisión y alguien a quien adore.
Fue muy desagradable todo lo que viví con Carlos 'el Yoyas' (41). Y también Coto Matamoros, aunque al final me hice con él. Y a quien adoro es a Kiko Hernández.
Dio el salto a Sálvame, pero de ahí se fue porque empezaron a brotar los temas personales con su exmarido... ¿Cómo recuerda aquella época?
Trabajé muy bien, muy a gusto, tuvo encontronazos con algún compañero pero eso va incluido en el precio. Justo cuando me separé de mi exmarido, y empecé la relación con el chico con el que estoy, empezaron a mandar cámaras a mi casa con los niños y decidí irme. Al final me dejaron de molestar... Podía haberle dado mucho más bombo, a llorar y sentarme y tal, pero decidí irme y ya está.
De la televisión ha sacado buenas amigas, hace poco la vimos con Nuria Bermúdez, ¿cómo está ella?
Hace poco celebramos el cumpleaños de ambas en mi casa. A Nuria la quiero con locura, le va bien, ha dejado de ser casi todo para ser madre. Está totalmente volcada en su hijo. Hablo con ella muchísimo. Confío en ella plenamente igual que en Kiko, dicen que hay gente que no se puede confiar... Kiko sabe mi vida entera.
No sé si está siguiendo las aventuras de Aída Nizar por Italia...
La sigo en Instagram. La quiero un montón, la considero amiga mía, no hablo con ella como con Kiko, ni la veo... Pero Aída (43) es así. No es tonta. Es muy inteligente. Tiene una cara muy cariñosa, amable y tierna dentro de que nunca baja de ser Aída. Luego veo que tiene ciertos comportamientos con personas... y la mataría. Pero conmigo es un amor. También te digo que en la tele no la soporto y se lo digo, pero bueno, ella quiere hacerlo así. Allá ella.
¿Cómo está el corazón de Marta López?
Feliz. Llevo seis años con mi chico y tengo un hijo de cuatro años con él. Él trabaja mucho y está mucho tiempo fuera pero estamos fenomenal.
Hace algunos años, López instaló su hogar en Talavera de la Reina, ciudad toledana que dejó atrás hace casi un año por pura estrategia empresarial. Su vida en estos días se centra en su negocio, el catering El Búho, y en sus tres hijos, Jorge (11) y Hugo (9) de su primer matrimonio con el exfutbolista Jorge Cabeza; y Javier (4), fruto de su relación con su pareja actual, el empresario extremeño Javier Fernández.