Rocío Crusset, hija de Carlos Herrera y Mariló: "Tengo la soltura de mi padre y el carácter de mi madre"
La modelo acumula ya varios hitos en su carrera tras fichar por Victoria's Secret o DKNY. JALEOS ha podido conversar con ella para conocerla más.
14 diciembre, 2020 01:01Noticias relacionadas
El 2020 de Rocío Crusset (26 años) está siendo envidiable. Pese a la complejidad de este año en el que la pandemia ha revolucionado las vidas de todos los ciudadanos del planeta de una manera o de otra, la carrera de la hija de Carlos Herrera (63) y Mariló Montero (55) no se ha frenado. Todo lo contrario. La joven modelo sigue cosechando grandes éxitos de forma continuada y sin respiro, y es que, tal y como la definen aquellos que mejor la conocen "es una mujer muy curranta".
La sevillana lleva años afincada en Nueva York, pero no ha sido hasta este año cuando ha podido instalarse de verdad y vivir largas temporadas en la Gran Manzana. Ya tiene allí su rutina hecha, su grupo de amigos que son su familia elegida, y su novio, Maggio Cipriani (30), un empresario italiano heredero de un imperio hotelero con el que asegura estar "muy feliz".
En la ciudad de los rascacielos ha asentado su carrera y se ha coronado al ser fichada por marcas de absoluto prestigio como Victoria's Secret, Balmain o DKNY. Pero ahí no acaba todo. En los próximos meses seguirá alcanzando metas que hace un tiempo veía imposibles. Así se lo ha hecho saber a este medio. JALEOS ha conversado con Rocío Crusset para conocer un poco más su faceta personal y desgranar cómo ha ido fraguando su éxito al otro lado del Atlántico.
Lo primero, enhorabuena por su último hito, Rocío. Se ha convertido en la imagen y embajadora de DKNY, una todopoderosa marca conocida por todo el planeta, ¿qué se siente al ser la elegida?
Muchas gracias. Es un proyecto con mucho peso y muy emocionante, del que me enorgullece formar parte. Verme a mí como imagen de una fragancia que llevo viendo anunciada desde que tengo uso de razón, da mucho vértigo. Es un honor.
El año pasado también alcanzó una gran cima: la ficharon como modelo de Victoria's Secret. Son contadas las españolas que han posado para la firma lencera más deseada. ¿Cómo se enteró de la noticia?
Tuve dos castings con ellos antes de que tomaran la decisión de contratarme. Recuerdo el primero, cuando fui a visitar sus oficinas donde sentí que pasé desapercibida. Estaba nerviosa, tenía vergüenza y no supe llamar la atención de manera profesional. La segunda vez que fui fue muy distinto, ya sabía qué esperar, y no dejé que el peso de la marca escondiera mi personalidad. Me senté allí, en ropa interior, y estuvimos charlando de cosas que no tienen nada que ver con la marca durante al menos unos 30 minutos. Sentí mucha más conexión. Al día siguiente me llamaron para hacerme una prueba, y desde ese día se convirtieron en uno de mis clientes habituales.
Solo hay que entrar en la tienda online de Victoria's Secret para ver las innumerables fotos de su catálogo en las que aparece usted, lo que la posiciona como una de las favoritas de la firma y seguro que hubiera sido elegida para desfilar en su famosa pasarela. ¿Le habría gustado estar en el show? ¿Lo seguía?
Claro, me habría encantado formar parte de ese desfile, pero llegué en el momento que decidieron cancelarlo. Aun así, estoy feliz por trabajar con ellos con tanta constancia. Son un equipo maravilloso, divertido y respetuoso.
De todos sus trabajos en la moda, ¿cuál es el trabajo que recuerda con mayor cariño? ¿Y cuál fue el más difícil de realizar?
No sabría cuál elegir. Todos mis proyectos han sido muy especiales. Este año, aunque haya sido devastador en muchos sentidos, para mí en el aspecto profesional ha sido muy bueno. Hice la campaña de pelo para Balmain, ahora soy imagen de DKNY y espero que pronto pueda desvelar otros dos grandes proyectos de los que me siento muy orgullosa. Para 2021 saldrán a la luz y tengo muchas ganas de añadirlos a mi lista de "metas profesionales".
Cuente la anécdota más peculiar que haya vivido en la moda.
No es la más peculiar pero la más reciente. Hace pocos meses, tuve un trabajo donde me encontré que la estilista era una amiga/compañera con la que estudié en un internado de Londres cuando teníamos 13 años. Reencontrarnos de esa manera fue muy especial.
¿A qué edad se dio cuenta de que quería dedicarse al mundo de la moda?
Siempre me gustó la moda, pero cuando empecé, con 19 años, fue cuando supe que quería dedicarme a esto al 100%.
¿Por qué escogió estudiar Administración y Dirección de Empresas y Marketing?
Porque engloba muchos aspectos esenciales y necesarios a la hora de emprender.
Con dos padres amantes del Periodismo y las Letras como son los suyos, ¿cómo reaccionaron cuando les comunicó que quería ser modelo profesional?
Mis padres me han apoyado siempre, aunque doy gracias de que insistieran tanto en que no dejara mis estudios a un lado. Creo en la importancia de la formación, sobre todo hoy en día.
Mariló Montero y Carlos Herrera son dos grandes figuras de los medios en España, ¿cómo ha sido crecer con esa exposición y ese ejemplo en casa?
Para mí ha sido lo normal, no he tenido otros ejemplos. Ahora les admiro mucho más, e intento superarme día a día como hacen ellos.
Físicamente es un calco de su madre, ¿qué tiene de ella en el aspecto personal? ¿y qué de su padre?
Soy una mezcla, tengo la soltura del sur, pero también tengo carácter navarro, aunque en ocasiones intento suavizarlo. De verdad, soy una mezcla de los dos, con cositas mías, que he ido forjando con el paso de los años.
Todo el mundo que la conoce la define como "una curranta nata", ¿qué ha sido lo más duro de su carrera como modelo?
No es un trabajo fácil, pero tampoco estoy picando piedra. Quizás la parte más dura ha sido la emocional. Me ha costado tiempo saber qué es lo que quiero y lo que no, y aprender a valorar cada trabajo y su momento. Al final todo llega, y aprender a cambiar la queja por el agradecimiento, es uno de mis mayores logros personales.
Después de tantos años en la Gran Manzana ya es una neoyorquina más, ¿cómo es su día a día en la ciudad que nunca duerme? Cuéntenos un poco como es un día en su vida.
Ahora lo estoy disfrutando mucho más porque paso más tiempo en la ciudad. Antes pasaba como mucho uno o dos días a la semana en Nueva York, no me daba tiempo a vivirla con tranquilidad como me gustaría. Ahora tengo más rutina, paso tiempo con mis amigas, con mi chico, me da tiempo a ver museos, a pasar tiempo en casa y en la biblioteca estudiando, puedo hacer una noche a la semana cena de chicas, y otra noche a la semana cena en "familia", donde nos reunimos nuestro grupo de amigos, cocinamos, charlamos y jugamos a juegos de mesa.
Por fin tengo una vida completa aquí.
¿Qué es lo que más le sorprendió de Nueva York cuando se instaló allí por primera vez?
La velocidad. El ritmo y la energía que aporta esta ciudad a todo el mundo que vive en ella.
Hubo un tiempo en el que compartía casa en Nueva York con la también modelo española Marta Ortiz, ¿cómo surgió el vivir juntas? ¿siguen en la misma casa de Chelsea?
En Nueva York poder decir que vives sola es un logro. Aquí los pisos son carísimos y mantenerte es un reto. En ese momento no vimos por qué vivir por separado, pudiendo ahorrar y pasarlo bien juntas. Yo decidí quedarme en Nueva York porque tenía muchas oportunidades de trabajo que no quería desaprovechar, y ahora vivo sola y feliz, en un piso en el que llevo dos años.
¿Dónde y cómo vivió el confinamiento por la pandemia del coronavirus?
Me fui a España por los pelos. Veía que la cosa se estaba poniendo fea y mi seguro médico en aquel entonces no tenía mucha cobertura. Decidí volar a España y estar cerca de mi familia. Yo lo pasé con mucha ansiedad porque también me tocó en un periodo donde estaba pasando por muchos cambios personales y profesionales. La incertidumbre me hacía los días un poquito más difíciles. Tuve mucho tiempo para pensar, como todos, y a la larga, me ha ayudado mucho.
¿Cómo es vivir tan lejos de su hogar y su familia? ¿Cómo cuadra su agenda para ver a sus seres queridos?
Estoy más que acostumbrada. Hay días que les echo mucho de menos, donde me gustaría poder comerme algo que me cocine mi padre, tirarme en el sofá al lado de mi abuela o pasar el día con mi madre y mi hermano. Pero soy muy feliz aquí, y aguanto largas temporadas sin mi familia. Intento no pensarlo mucho y cuando puedo, voy a verles o ellos vienen a verme a mí.
El año pasado la vimos muy enamorada, ¿su corazón sigue estando ocupado? ¿Es feliz en ese sentido?
Si, mi corazón está lleno y sereno. Estoy muy feliz.
¿Cuáles diría que son sus defectos y sus virtudes?
Mi mayor defecto, y en sí el del ser humano, es la queja. He mejorado mucho en este sentido, poder deshacerse de la queja es un alivio, como quitarte 20 kilos de encima. También soy impaciente y algo cabezota. Una virtud que tengo es el saber quitarles peso a los problemas, esto viene de familia. Tampoco soy orgullosa ni envidiosa. El orgullo y la envidia son dos defectos que cuestan mucho superar y hacen mucho daño a uno mismo, y por suerte nunca he sido ni lo uno ni lo otro.
¿Tiene alguna manía antes de acudir a una sesión de fotos o a una pasarela?
Necesito despertarme al menos dos horas antes de la hora que tengo que salir de casa. Para mi es necesario no ir corriendo por la mañana sin tiempo, porque ya empiezo mal el día.
¿Cuál es su meta? ¿Qué sueño le queda por cumplir?
Varios que vienen en camino.
¿Qué le pide al 2021?
Que todo esto acabe y podamos todos salir adelante.
[Más información: Rocío Crusset, hija de Carlos Herrera y Mariló Montero, ficha por Victoria's Secret]