Han pasado 15 días desde que el bailarín Rafael Amargo (45 años) fuera puesto en libertad tras ser detenido por tráfico de drogas y organización criminal. Todo un escándalo que zarandeó los medios de comunicación y que, aún hoy, sigue dando de qué hablar. En plena investigación en curso, este martes Amargo ha acudido a los juzgados de Plaza de Castilla para cumplir con sus obligaciones legales. El coreógrafo debería personarse cada 15 días a firmar. Este martes ha tenido lugar su primera cita con la justicia.
Ataviado con un llamativo poncho que ha llamado poderosamente la atención de los allí congregados, y acompañado por su mujer, Luciana Bongianino, Rafael se ha mostrado molesto por las últimas informacines que se han publicado acerca de su vida. El bailarín ha hablado alto y claro para reiterar su inocencia, desmentir un distanciamiento con sus padres y volver a dejar en el aire la posibilidad de que Blanca Romero (44) esté finalmente presente en Yerma, espectáculo con el que el granadino está triunfando en el Teatro de La Latina.
Allí, a las puertas del juzgado, Amargo ha atendido a los medios. Extrañado y un tanto nervioso, ha negado que no se hable con su padre a raíz de todo lo que está sucediendo, como se ha apuntado recientemente: "Estoy hablando justamente con él. Yo con mis padres siempre me llevaré bien, porque lo que tengo son muchísimos principios y soy educado en una familia en la que los padres son lo más importante. Yo es que ya no sé, verdaderamente se me escapan muchas cosas ya porque cuando se abre la veda con uno, contra uno... Es que, ¿sabes qué pasa? Que de las cosas que decís, el 99 son mentiras o son fantasías, o están elevadas a categorías".
Califica de falsedades lo que se escribe y comenta de su figura y vida personal y sostiene que "esto nace de muchas envidias y muchas cosas. Porque, gracias a Dios, con el esfuerzo y el trabajo siempre salgo de todas. Yo lo único que voy a seguir haciendo, que me ha salido muy bien, es hacer lo que hago, que es trabajar y trabajar. A ver ya si se rinden un poco porque yo lo que quiero es trabajar. A mí quien me conoce me quiere mucho porque sabe el corazón que tengo y el tipo de persona que soy. Saben que yo jamás haría nada, ni tendría la necesidad de vender nada bailando como yo en los teatros".
Acerca del supuesto abandono de Blanca Romero de Yerma, de la que tanto se ha hablado, Rafael sostiene que "otra sorpresa más os llevaréis, a ver qué inventamos mañana. ¿Contamos con ella? Preguntádselo a ella". A su llegada a los juzgados con su mujer para firmar -puesto que su libertad es provisional y tiene que acudir todas las semanas a estampar su firma en dependencias judiciales- un molesto Amargo ha asegurado que "estoy cumpliendo con lo que dice la justicia. Después empezaré yo a pedir que cumplan las cosas. Esto es así y lo que me gustaría cuando pasara es que también estuvierais pendientes de lo bueno. Si no fuese inocente, no estaría en la calle".
Después de cumplir con los trámites legales "como debe ser", en palabras del bailarín, ha mandado un mensaje a sus detractores: "Gracias a Dios, Yerma está funcionando muy bien, pese a quién le pese, y eso es lo que hay. A seguir trabajando. Ese es el próximo paso".
Sus confesiones en 'Espejo Público'
El bailaor, que hace unos días estuvo a punto de cerrar una rentable aparición en Sábado Deluxe, finalmente, ha optado por dar la cara este pasado lunes en una conversación grabada en Espejo Público. El granadino ha relatado cómo ha vivido los días posteriores a su puesta en libertad, asegurando que esta polémica no le ha venido "nada bien" pese a lo que se pueda pensar. "Antes de esto también llenaba teatros", ha espetado.
Con su habitual mordacidad, el coreógrafo ha asegurado que le costó reaccionar cuando le detuvieron: "Nos metieron en un portal y estábamos flipando". Afirma que la policía rebuscó todas sus pertenencias y, según su relato, algunas de ellas no han aparecido aún. "Me falta un anillo y más cosas", comenta. Además, el artista ha desvelado que lleva cinco años sin consumir sustancias y que en dos ocasiones, en épocas de "exceso de trabajo", ha ingresado en un centro de desintoxicación: "Estuve tres meses la primera vez y luego otros dos".
Según ha afirmado el coreógrafo, lo único que se consume en su casa es "mucha literatura y mucha cultura", aunque reconoce que en sus fiestas la gente puede consumir lo que quiera. "El que consume en mi casa consume también en la suya", ha aseverado como cierre.
[Más información: Rafael Amargo confiesa que ha estado dos veces en un centro de desintoxicación]