La vida de Lydia Lozano (60 años) daba un nuevo vuelco este lunes, 22 de marzo. Su hermano Jorge, que llevaba un mes ingresado en un hospital madrileño luchando contra el coronavirus, fallecía a los 69 años. La colaboradora de Sálvame, que se ha refugiado en su madre y en su hermana Esther para hacer frente a estos duros momentos, sumaba así una nueva tragedia a una biografía en la que la muerte de sus seres queridos no acaba de escribir su primer capítulo.
Muy celosa de revelar datos de su vida privada, Lydia se abrió ante Bertín Osborne (66) en el espacio de entrevistas Mi casa es la tuya. En su charla, emitida en septiembre de 2020 y realizada en La Palma, se atrevió a dar los detalles del capítulo más negro de su vida: ese accidente de tráfico en el que se partió la espalda en tres trozos y en el que falleció en el acto quien por entonces era su pareja, Juan Carlos Pérez.
"Caímos a un barranco, él salió disparado y yo acabé con la cara en el motor", explicaba ante la atenta mirada de su interlocutor, añadiendo cómo la familia de él la apartó, sin poder contener las lágrimas: "Estuve muchos años pensando, preguntándome por qué no me llamaban y es que siempre se creyeron que yo tuve la culpa cuando, aunque hubiera conducido yo, no hubiera tenido la culpa. Fueron unos borrachos".
Aquello le dejó unas secuelas psicológicas con las que tiene que convivir en la actualidad, a pesar de que sucedió hace más de 30 años. Además de las físicas: estuvo nueve meses escayoladas y uno de sus brazos se le quedó más corto como consecuencia de que el húmero se le quedó hacia afuera.
La marcha de su hermano, considerado una eminencia en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, no es la primera que sufre en el seno familiar. También perdió a su padre hace unos años. Fue en 2010. Un pasaje de su vida que ha reconocido fue uno de los peores momentos que recuerda. Eso sí, a raíz del confinamiento en el que toda la población se vio envuelta hace poco más de un año, aprovechó para mantener más presente que nunca su recuerdo en la memoria.
Fue en una entrevista realizada en la revista Lecturas el pasado mes de mayo donde reconoció que, desde que su progenitor no está, habla más que nunca con él. Una confesión que consiguió sacarle su compañero de Telecinco Omar Suárez. "Hablo mucho con mi padre. Cuando me acuesto, hablo con él. Le digo: 'Papá échame una mano, hombre, no ves que me están fastidiando...'. Hablo mucho con mi padre porque tengo insomnio y puedo pasarme toda la noche haciéndolo". Unas declaraciones con las que Lozano ponía de manifiesto que, la dureza de lo que ha tenido que experimentar en sus carnes, le ha pasado factura a nivel psicológico.
También esas experiencias dramáticas le han servido para tomar conciencia de algunos asuntos. Por ejemplo, de la importancia que tiene aún en nuestros días la lucha contra el sida. A finales de 2019, la televisiva hizo acto de presencia en la gala 100 x 100, que tenía como objetivo recaudar fondos para esa causa. Fue allí donde reconoció que esta enfermedad también le ha hecho pasar tragos amargos.
"He perdido a muchos amigos por esta enfermedad. Recuerdo que la primera persona que murió en mis brazos por ello fue el diseñador Manuel Piña -su muerte se produjo en 1994, cuando tan solo tenía 50 años-. Fue cuando comencé a tener conciencia del sida", expresó durante aquella celebración en la que añadió: "He tenido tres amigos que han salido gracias a ser conejillos de indias. Hay que apoyar a la gente que pone dinero para que esta vacuna salga adelante".
La polémica de Ylenia Carrisi
Más allá de todas esas muertes que han obligado a Lydia a pasar varios duelos, hay un capítulo en su currículo laboral que le ha provocado que el insomnio que padece, se haya acentuado. ¿Quién no conoce en este país la polémica en la que se vio envuelta al aseverar que Ylenia Carrisi, hija de Albano Carrisi (77) y Romina Power (69), seguía viva? Era 2005 y la joven había sido dada por desaparecida en 1994, en Nueva Orleans. Lo sentenció en el programa de Telecinco Salsa rosa. Y se lo dijo a la cara a su mismísimo padre.
A partir de ese momento, Lydia defendió su información y llegó a dar datos como que tenía hijos mulatos e, incluso, que se había operado para tener una nueva imagen. El italiano amenazó con demandarla, algo que no sucedió porque llegó a un acuerdo con Telecinco... y porque la periodista, rota en lágrimas, entraba por teléfono en A tu lado para decir que se había equivocado. Una postura que le valió los reproches continuados de sus compañeros de profesión.
Una historia que, más de década y media después, sigue persiguiéndola como un fantasma. Porque, de vez en cuando, en Mediaset rescata la historia para tocar la fibra sensible de una Lydia que es toda emoción. Quizás, porque ha tenido que soportar tantas pérdidas y sufrimiento en su vida, que las lágrimas le brotan solas.
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