La voz de Marieta, como llamaban cariñosamente sus allegados a Rocío Dúrcal, se apagaba para siempre el 25 de marzo de 2006 a causa de un cáncer de útero que no logró superar. La cantante perdía la vida a los 61 años, dejando rota y desarbolada a toda la familia, desde su marido, Antonio Morales Junior, hasta sus tres hijos, Carmen (50), Shaila (41) y Antonio Morales de las Heras (46). Nada volvió a ser igual para ningún miembro de esa familia, sus vidas se zarandearon y su discurrir viró para no volver nunca a su punto de origen.
Este jueves se cumplen 15 años de la desaparición de la Dúrcal y sus hijos -puntualizar que Antonio Morales Junior, su marido, falleció en 2014-, como siempre, como cada año, se han reunido en tan señalada fecha. Señalada y redonda. Según ha podido confirmar JALEOS, los hermanos tienen intención de verse y celebrar. Brindar y, por qué no en el caso de Shaila, cantarle a su madre. En la actualidad, la relación entre los hijos de Rocío y Junior es "maravillosa". Cabe recordar que vivieron una etapa complicada, marcada por el enfrentamiento judicial a causa del reparto de su herencia. Pero el paso del tiempo hizo posible que acercaran posturas y volvieran a estar unidos. Roces familiares que acabaron disolviéndose. "Malentendidos que se mezclaron con el dolor y la rabia por la pérdida", razona alguien muy cercano a los hermanos.
Pelillos a la mar y aquí no ha pasado nada. Y así continúan, de la mano en lo sentimental y también en lo profesional. Y es que, tal y como informó este medio hace un tiempo, Carmen, Shaila y Antonio están perfilando un gran proyecto en memoria de su madre. En un principio, se iba a tratar de un museo, pero se insiste al otro lado del teléfono que será "incluso algo mucho más espectacular, innovador y rompedor". Existe un gran secretismo familiar en torno a este proyecto, al que sus hijos "le están poniendo mucho amor y una gran dedicación". No quieren correr; prefieren hacer las cosas con calma y bien. "A Rocío no se la trató en España como se merecía, eso es un hecho que los que la quisimos siempre denunciamos. Ahora sus hijos resarcirán eso", se apostilla. De momento, según se desliza, Shaila va a realizar este 25 de marzo un recital, vía streaming, muy especial en memoria de su madre. Entonará algunas de sus emblemáticas canciones. "Se juntarán en la casa familiar, que está cargada de recuerdos", se apunta. Pero, más allá de ese proyecto sobre su madre y la reunión familiar de este 25 de marzo, ¿cómo es la vida de los hermanos Morales-Dúrcal en la actualidad? Exceptuando a Shaila, que ha continuado con la estela materna en el ámbito de la música, Carmen y Antonio viven completamente apartados de los medios de comunicación.
Un informante asegura que Carmen un buen día decidió llevar una vida anónima y así sigue: "Ha conocido bien la parte de la fama y no todo fue positivo. Es una mujer fuerte, de grandes convicciones, con su trabajo y totalmente desligada de la prensa del corazón". Añaden que su marido es su principal cayado en la vida: "Con Luis hace una pareja estupenda. Se quieren y, sobre todo, se admiran mucho". Carmen y su esposo forman, en efecto, un tándem perfecto. Profesionalmente, ambos están volcados en la cadena de gimnasios, propiedad de Luis, Holiday Gym, que hace unos meses, sufrió los serios estragos de la crisis por el coronavirus.
Luis y Carmen tienen varios gimnasios en Madrid con gran aceptación: "Han pasado unos meses complicados, como para todo el mundo, pero ya están remontando". Ahí no se detienen las empresas y el emprendimiento para Carmen Morales. Además, ella fundó en 2017 Clover Events, una agencia de organización de eventos. En dicha empresa, trabaja también su cuñada, Bárbara Suanzes, con la que mantiene una excelente relación.
Cuando fundó esta empresa, aseguró lo que sigue en la presentación: "Dejé la interpretación cuando mi hijo tenía 14 años, coincidió que me casé y tenía ganas de dedicarme a mi vida personal, quería estar ahí para mi hijo. Ahora ya está en la Universidad y era el momento de decidir qué me apetecía hacer con serenidad y con ilusión". En 2018, se embarcó, ilusionada, en otro gran proyecto, WThefab. "Es una marca de moda ideada por 4 mujeres. Nosotras, las socias, somos mujeres reales (pobres top models que son de mentira) con cuerpos, edades y estilos muy diferentes. Unas más clásicas, otras más modernas, con hijos, sin hijos, solteras, casadas, vamos… de todo un poco. Hace unos meses, pensando en cómo crear una marca de moda diferente y novedosa, decidimos sentarnos...", se puede leer en su página web.
Antonio, por su parte, el único hijo varón que tuvo el matrimonio Dúrcal-Morales, está centrado en gestionar la herencia de sus padres. Él, como Shaila, hizo sus pinitos en la música de joven, pero pronto se dio cuenta de que su gran pericia estaba en el mundo de los negocios. Según ha podido confirmar este medio, regenta una cadena de restaurantes en Madrid dedicada a la comida americana, y, además, ha invertido en el mundo de los concesionarios de coches. En otro orden de cosas, Shaila ha encontrado su lugar en Estados Unidos, donde reside pese a sus visitas puntuales a España. Vive en Houston y "le salen bastantes conciertos, está contenta, no se puede quejar tal y como están las cosas".
El drama de Antonio con la Covid
A mediados del mes de mayo de 2020, Antonio Morales anunció que estuvo muy grave por culpa del coronavirus. "Hoy se cumplen dos meses de mi ingreso en la UCI del hospital Puerta del Sur, y aunque aún no esté recuperado ni al cien por cien, le doy las gracias a Dios por poder seguir. A mi familia y a mis amigos, y a todos los que sé que me habéis apoyado y animado de alguna u otra forma... ¡GRACIAS!", fueron sus palabras.
Antonio llegó a temer por su vida, pero sintió el gran apoyo de su familia y amigos, todo un estímulo para batallar: "Gracias a todos los que con sus ruegos y ánimos habéis estado apoyándome a mí y a Bárbara Suances en estos días 'complicados'". El hijo de Dúrcal se abrió en canal y confesó que había sufrido al ver la cantidad de personas que han fallecido: "Está siendo una primavera muy complicada y muy dura para todos, empezando por los que han perdido a alguien, los que están graves ingresados, y los que hemos estado bastante malitos... En mi caso, hoy empiezo a ver un poquito de luz".
Además, el empresario reconoció haber experimentado una catarsis a causa del Covid-19 que le recolocó los valores: "Al final todo vuelve a lo mismo, el círculo que cada uno tiene y que le acompaña en lo bueno y lo malo de la vida, y que por desgracia a veces se nos tiene que dar un toque de atención para que nos enfoquemos y no perdamos la perspectiva de lo verdaderamente importante en este universo. Sin duda, a mí me lo ha dado, y lo sabía y tenía presente, pero nunca está de más que te lo recuerden, aunque haya sido con un susto que gracias a Dios, no ha llegado a más".
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