El talento que atesoraba Rocío Dúrcal dejó un legado muy importante en el mundo
artístico. Años después, al recuerdo de sus canciones y películas se sumaron las
actuaciones de sus dos hijas. Carmen Morales (49 años) y Shaila Dúrcal (41) han
seguido los pasos de su madre, aunque ambas lo han hecho por caminos separados:
mientras la mayor ha probado suerte en el mundo interpretativo, la pequeña ha hecho
carrera como cantante.
Precisamente Shaila es hoy la protagonista de esta sección. La pequeña de la saga no lo tuvo fácil en el mundo de la música. Lejos de favorecerle, el apellido Dúrcal hizo que, a las primeras de cambio, una discográfica tirara la toalla y rescindiera su contrato. Pero Shaila no desesperó y siguió intentándolo hasta que años después logró alcanzar el éxito.
Mientras su carrera iba tomando forma, su cara comenzó a aparecer con cierta frecuencia en las revistas del corazón, especialmente por los conflictos familiares con su padre, Junior, quien fallecería en el año 2014. Desde ese año a Shaila es mucho más fácil encontrarla en México, donde tiene una excelente reputación artística, que en su país natal, España.
Esa 'renuncia' a nuestro país hizo que este pasado verano fuera de nuevo noticia y, en esta ocasión, por un asunto poco agradable. Shaila Dúrcal se vio obligada a hablar públicamente sobre su aspecto físico, después de muchos medios de comunicación se hicieran eco de su gran cambio. Tras un tiempo sin presencia en el papel cuché, el aumento de peso de la cantante sorprendió a propios y extraños.
Experiencia
A pesar de ser una situación nada agradable, Shaila ya estaba acostumbrada a lidiar con los rumores y comentarios mediáticos por su fisonomía. En el 2013 corrieron ríos de tinta por unas imágenes suyas donde aparecía en bikini y con una figura demasiado delgada.
Lejos de lo que pudiera pensarse, Shaila Dúrcal no se vino abajo, tenía experiencia en manejarse en ese terreno, tal y como le confesó a Bertín Osborne (65) en el programa Mi casa es la tuya: "Tengo buenos recuerdos del colegio, pero sufrí bullying porque siempre tuve problemas de peso y se metían mucho con eso. Es una época muy difícil para las mujeres, mis padres viajaban mucho... Toda mi vida he batallado con eso, hoy por hoy también, pero voy aprendiendo porque de adulto ya entiendes por dónde van los tiros", recordó.
De nuevo con la sinceridad por bandera, en 2018 anunciaba a través de su cuenta de Instagram que un percance físico le estaba llevando a un bache anímico: "Quiero comunicarles que no estoy pasando por el mejor momento, hace unos días sufrí un accidente que me hizo perder parte de mi dedo índice derecho".
Esas fueron las últimas noticias de la cantante, hasta que este verano concedió una entrevista en un programa en TV Azteca, de México, donde volvió a sincerarse delante de las cámaras. La pérdida del dedo le hizo caer en una depresión, lo que unido al hecho de dejar de fumar hizo que ganara unos kilos: "Estoy redondita, pero no importa. Muy sana", dijo quitando hierro al asunto. Por si alguien pensaba que estaba de vuelta de cualquier comentario al respecto, Shaila incidió en que "no me importa que me critiquen porque no tienen ni idea de lo que paso diariamente".
La explicación médica, según la propia cantante, de estos continuos cambios de peso se debe, además de a la influencia de algunos episodios puntuales, a un problema con la tiroides. Esta glándula tiene como función principal regular la temperatura corporal y llevar hasta las células el oxígeno y la glucosa. El déficit de producción de estas hormonas recibe el nombre de hipotiroidismo y tiene como consecuencia más frecuente ralentizar la metabolización de los alimentos, por lo que el organismo pierde capacidad para quemar las grasas, dando pie a la retención de líquidos, el aumento del colesterol y la obesidad.
Una de las vías para tratar este problema de salud es seguir las pautas de una dieta rica en yodo, con predominancia de los pescados y los vegetales.
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