Qué fue de Nacho Rodríguez, el médico de 'GH1' que es una eminencia en el mundo de la oncología
El salmantino lleva una vida tranquila, centrado en la familia y su trabajo como oncólogo radioterápico, en Canarias.
28 marzo, 2021 01:46Noticias relacionadas
Su paso por la casa de Guadalix de la Sierra duró 28 días. Nacho Rodríguez (49 años), entró en la primera edición de Gran Hermano para vivir una experiencia de la que sacó algo tan positivo como la relación con su compañera de reality Vanessa Pascual (30). El delicado estado de salud de su padre -que terminó muriendo poco después-, provocó que su participación en el concurso se terminara de manera repentina. También se puso punto final a su exposición ante las cámaras. Porque, a diferencia de otros nombres de aquel GH1 que no se han dejado de oír durante estas dos décadas -como el de Ismael Beiro (46) o el de María José Galera (43)-, el suyo tan solo ha sido rescatado por los medios de comunicación en un par de ocasiones desde entonces.
Era la dirección del programa la que comunicaba a la audiencia que Nacho había decidido, de manera voluntaria, abandonar el concurso "por motivos meramente personales". Su padre, que arrastraba una enfermedad desde hacía tres años, se encontraba hospitalizado. No se lo pensó e hizo las maletas. Fue Beiro quien le echó una mano para sacar las maletas de la habitación en medio de ese ambiente a caballo entre lo confuso y lo triste. Sobre todo, para Vanessa, que quiso demostrarse su apoyo a base de esas muestras de cariño en las que no se había prodigado en demasía hasta el momento -de hecho, su relación de manera formal empezó una vez fuera de la casa-. Con Mercedes Milá (69) esperándole en el exterior, junto al coche que le llevaría hasta su Salamanca natal, se terminaba su aventura.
El salmantino, que llegó al espacio televisivo con 28 años y siendo médico -se había licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca en 1995-, tiene hoy una vida tranquila y familiar. Junto a Vanessa formó una familia: llevan unos 17 años juntos, se casaron y tienen dos hijos. Viven en Las Palmas de Gran Canaria, donde ambos trabajan en el Hospital Doctor Negrín de la capital insular. Él, como radioncólogo; ella, que tuvo un coqueteo con el mundo del diseño de interiores, en data mánager en el Instituto Canario de Investigación del Cáncer, adscrito al citado centro médico -tal y como se puede leer en su perfil de LinkedIn-.
Nacho está muy implicado en el campo en el que desarrolla su carrera. Tanto, que las pocas entrevistas que ha concedido en los últimos años, han tratado sobre el tema. En noviembre de 2016, en el marco del movimiento Movember -que trata de promover la concienciación sobre la importancia de la prevención del cáncer de próstata-, manifestó: "El cáncer de próstata es el que más nuevos casos registra cada año en nuestro país y el segundo en mortalidad".
Hermetismo
La muestra evidente de que quiere una vida en la que su pasado como personaje público no influya, es que tiene su cuenta de Instagram cerrada al público. Solo quienes él considera que están en su círculo más íntimo, pueden acceder al contenido de ese perfil en el que tan solo se registran 505 followers, en el que sigue a 400 contactos y donde ha realizado 201 publicaciones que no están a la vista de curiosos.
Sí se puede observar cómo se define. Cuáles son esas actividades con las que se puede dibujar un perfil de cómo es su rutina. Al doctor Rodríguez Melcón le gusta realizar actividad física. En concreto, crossfit. También se define como "excorredor, pero siempre corriendo". Y no obvia ni que es un fan incondicional y orgulloso del Real Madrid -tanto de la sección de fútbol, como de la de baloncesto- ni que la música forma parte de su día a día.
Es la misma descripción -aunque ahorrándose los emoticonos- que figura en su perfil de Twitter. Esta cuenta sí la tiene abierta al público, pero en ella se limita a compartir artículos médicos. Un perfil profesionalizado en el que su foto, en estos momentos, también apunta a ese camino que ha elegido y en el que está considerado una auténtica eminencia. Una muestra de que la fama de Gran Hermano no afecta a todos los que albergan los muros de la casa más célebre de la televisión por igual.
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