El 'monarca' de la noche madrileña por excelencia, Pedro Trapote (80 años), se ha convertido en el 'rey' del chocolate con churros con su legendaria San Ginés, que cada vez cuenta con más locales extendidos por el mundo. La última inauguración es la de Marbella y en puertas para abrir, está México y Argentina. Según cuenta el propio empresario a JALEOS, durante una larga entrevista, "estas inauguraciones son solo un anticipo de lo que supondrá la expansión de la compañía en otros países de América del Sur".
El cuñado del presidente Felipe González (79) es optimista con esta nueva apuesta y sonríe cuando se le pregunta si el exmandatario socialista probará sus porras, cuando estén de vacaciones en Marbella: "Sí, claro que sí. Cuando vengan Felipe y Mar por aquí, se tomarán en la plaza de África un chocolatito. ¡Faltaría más! Es uno de los lugares más emblemáticos de Marbella esta singular placita". A mediados de los ochenta, Pedro Trapote convirtió la chocolatería San Ginés de Madrid en la más famosa de la capital.
De ahí fueron expandiéndose sus locales por Tokio, México, China y Colombia. Y es que, a Pedro, que antes era Pedrito en su Valladolid natal, lo que más le gustaba de pequeño era ir con su madre a la plaza de su ciudad y sentarse en la chocolatería. Allí esperaban a su padre, que era carpintero y juntos merendaban en familia: "Son tradiciones que nunca se deben perder. Desde que yo fundé la chocolatería San Ginés, en 1984, se convirtió en uno de los locales con más historia en Madrid. Fue entonces cuando me dije a mí mismo: '¿y por qué no seguir con este negocio por el mundo?'".
Y así fue. Si Pachá, su templo de noche, fue punto de encuentro de la Movida Madrileña donde se dieron cita artistas internacionales como Andy Warhol, Prince o los Rolling Stones, en el San Ginés el mismísimo presidente norteamericano Jimmy Carter (96) pidió expresamente "porras". El mandatario internacional solicitó que le llevaran con su familia al pasadizo madrileño, para degustar "unas porritas típicas de la gastronomía del San Gines".
Estas anécdotas las recuerda Pedro con su mujer Begoña Trapote, una apasionada también de los churros y chocolates, y que le ayuda en la proyección de los negocios. Precisamente, en la nueva sucursal de San Ginés en Marbella se pudo ver a Begoña con la licuadora fabricando ricos batidos de frutas, al tiempo que confesaba a este medio: "Nos encanta cómo ha quedado este local. Con las señas de identidad de todos los locales de San Ginés y situado en pleno centro histórico. Marbella es una de las apuestas fuertes de mi marido Pedro, y aquí estamos ayudándole toda la familia". Las sobrinas de Pedro Trapote, hijas de Mar García Vaquero, Micaela y Lucía, también ayudaron a su tío en esta puesta en escena del local: "No conocemos una churrería donde las porras sean tan finitas como las del San Ginés. ¡Y no engordan!", asegura Micaela.
Un empresario con medalla
Pedro se encuentra como pez en el agua con este tipo de negocios. El magnate de la hostelería, apunta a este periódico, que no es un empresario al que le guste la noche; de hecho, siempre ha gestionado sus negocios durante el día. La Costa del Sol, ha sido desde sus comienzos uno de sus objetivos. Tiene su casa de vacaciones en Marbella y desde antaño ha montado negocios como Joy en Torremolinos, Marbella, Puerto Banús o Los Monteros, hasta que en 1981 diera el pelotazo de Joy Slava y se centrara más en el mercado madrileño. Trapote es uno de los pocos empresarios que posee la Medalla al Mérito Turístico. En septiembre de 2011 se le concedió, otorgado por el Consejo de Ministros de Zapatero (60).
Su mujer le admira porque dice que es "un currante nato". Desde que estalló la pandemia ha defendido su sector en todos los medios y foros y ahora intenta capear la crisis con estos nuevos negocios de restauración. Reinventarse o morir. Y nada mejor para "energizarse" que un buen chocolate con churros, con la filosofía de la Chocolatería San Ginés, abierta 24 horas, en el mítico Madrid.
'El cielo' donde bailaba Felipe VI
Pedro Trapote dice que mantiene la filosofía de escuchar a todo aquel que le viene haciendo ofertas por sus negocios. Ahora el Teatro Barceló, el lugar favorito del rey Felipe VI (53) de joven, cuando acudía con sus amigos al "cielo" a bailar rumbitas, se mantiene abierto a la venta. Mientras se negocia, lo gestiona su hijo Pablo Trapote, como director. Desde la jubilación de su padre, el vástago del empresario a sus 30 años, se encarga de todo. Es uno de los cinco hijos que el empresario tuvo mujer Gisela Vethencourt.
El Teatro Barceló ha pasado ya a los escenarios televisivos. Ha sido el escenario de la segunda temporada de la serie Élite, que han conquistado el mercado latino gracias a Netflix. Estas series, que tanto le gustan al hijo menor de Pedro Trapote, el casi veinteañero Gonzalo, primogénito de su actual esposa Begoña García Vaquero y que reside actualmente EEUU, donde continúa con los estudios.
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