Con pequeños pero importantes pasos hacia adelante en su recuperación, Mila Ximénez (68 años) sigue alejada del foco mediático y totalmente centrada en su tratamiento contra el cáncer de pulmón que padece desde hace meses y contra el que está luchando con todas sus fuerzas. Tras anunciar en su reaparición televisiva que las próximas semanas iban a ser especialmente duras y decisivas, la colaboradora se está reponiendo con la compañía de su familia de su último ingreso en el hospital en el que tuvo que realizarse varias pruebas.
Con el apoyo incondicional de su hija, Alba Santana (37), y su hermana, Concha, Mila llegó un día más al Hospital La Luz en la parte trasera de un taxi para proseguir con su tratamiento para vencer a la enfermedad que le fue detectada en junio del año pasado. Tras varias horas en el interior del hospital, las tres volvieron a salir con el rostro muy serio como muestra del complicado momento que están viviendo, pero también muy pendientes de las necesidades de la sevillana en todo momento.
Al igual que sucedió con sus anteriores visitas, una vez más la colaboradora de televisión apostó por unas gafas de sol para ocultar parte de su rostro y un estilismo muy cómodo. Esta vez Mila eligió falda de punto en beige, jersey marrón y maxi abrigo de colores con un original estampado geométrico que combinó con zapatillas de deporte.
Intentando llevar este complicado proceso con la mayor intimidad posible y alejada del foco mediático que rodea su trabajo, la colaboradora ha encontrado en su familia más cercana el apoyo necesario para seguir adelante con esta lucha que está siendo especialmente complicada debido al fuerte tratamiento al que se está sometiendo.
Ximénez está demostrando que es una mujer fuerte y que está dispuesta a recuperarse. Además, Mila disfrutó de una comida familiar tras su visita al hospital. Sin grandes excesos y con la mayor tranquilidad posible, la periodista se reunió con su hermano Manolo -que no se separó de ella en ningún momento-, su hermana Concha, su cuñado y su hija Alba en un restaurante cercano a su domicilio. Aunque cuenta con el cariño de todos sus compañeros, estos han preferido que sea la familia la que acompañe a la colaboradora en este proceso manteniéndose ellos en un segundo plano.
Preocupación en su entorno
Su último ingreso hospitalario a principios de mes suscitó gran preocupación en su entorno, aunque, una vez más, Mila demostró que es capaz de imponerse a cualquier adversidad.
JALEOS contactó en ese momento con una persona de su círculo más cercano que no ocultaba la preocupación que se vive desde que Mila se sentó por última vez en plató, hace más de un mes. "Para mí, ese día dejó un legado", deslizaba ese confidente, haciendo alusión a sus palabras sobre la decisión que debería tomar una semana después, tras los resultados de una prueba determinante. "La semana que viene me hacen una nueva prueba porque se ha complicado una de las zonas. Me hacen un TAC y tomaré la decisión de seguir o no con el tratamiento", decía Mila muy rotunda.
Desde entonces, no se ha pronunciado, pero, en ocasiones, el silencio es la mejor respuesta. "La información médica la tiene ella, y sabe lo que hay", se revela a este periódico, sin dudar de cuál es la decisión que ha tomado. La misma idea que, tras ver esas imágenes a las puertas del hospital, cobra fuerza. Sobre todo, porque el testimonio que maneja este periódico habla de "tratamiento paliativo".
La colaboradora ha notado cómo la debilidad estaba haciendo ya mella. Una vulnerabilidad que también subrayaba la fuente consultada por JALEOS: "La última vez que la vi, me impactó la imagen que mostraba y la lentitud a la hora de hablar". Lo hace a la vez que pone en valor que Ximénez "no se ha escondido en ningún momento" desde que el 16 de junio entró por teléfono en Sálvame para anunciar que le habían diagnosticado un cáncer de pulmón inoperable.
[Más información: Preocupación en el entorno de Mila Ximénez tras su ingreso hospitalario: este es su estado de salud]