Lo verás todo. Ese fue el poderoso eslogan con el que Gran Hermano volvía a la parrilla de Telecinco con su octava edición en septiembre del año 2006. El arranque de aquello supuso que la cadena grande de Mediaset España se convirtiese en la primera emisora a nivel mundial en alcanzar la octava edición del celebérrimo reality de convivencia.

Entre sus inolvidables concursantes, Pulpillo (44), el polémico Daniel Rubio (39 años), Marusky (50) o Daniel López (41). Precisamente este último, jardinero de las Islas Baleares, vivió una apasionada historia de amor con Naiala Melo (37), quien después se coronaría como la gran ganadora de su edición, embolsándose los 300.000 euros del premio. 

Naiala y Dani López eran jóvenes -en aquel entonces tenían sólo 22 y 26 años, respectivamente-, guapísimos, pasionales y entre ellos nació un romance que acabó bajo las sábanas en reiteradas ocasiones. El edredoning entre Dani López y Naiala Melo fue de los más surrealistas de la historia del programa.

El joven mallorquín, que confesó llevar un piercing en el glande, perdió la bolita de titanio dentro del cuerpo de Naiala tras una ardiente noche de relaciones sexuales. Ambos concursantes, alarmados, comenzaron a buscarla y, como no la encontraron, se dirigieron al confesionario, donde solicitaron un médico creyendo que ella podía habérsela tragado. Finalmente, la bolita plateada apareció en la casa.

Pero ¿qué fue de Naiala Melo, la recodada y querida ganadora de Gran Hermano 8? Cuando se cerraron las puertas de la casa de Guadalix de la Sierra y Melo cobró su premio económico, decidió invertirlo en un restaurante argentino en Valencia que con el tiempo terminó cerrando. En sus redes sociales en estos días se aprecia que apenas ha cambiado físicamente y que vive una vida feliz junto a su pareja, el italiano Michele Mustacchio y su perrita, Noa, un precioso carlino que en octubre cumplió 13 años. 

A principios de 2020, justo antes de que se decretase el estado de alarma sanitaria en España por la pandemia de coronavirus, Naiala y Michele pusieron rumbo de Brasil, lugar del que ella es originaria. Allí pasaron una cuarentena diferente. Su realidad fue exhibida a través de las redes y la joven vivió un confinamiento a golpe de playa, arena blanca y aguas cristalinas.

No obstante, su estancia también tuvo complicaciones. No sólo sintieron miedo ante la posibilidad enfermar sin tener un hospital cerca, sino que además fueron el temor de sus vecinos, pues en el mapa global de la pandemia, China, Italia y España fueron bautizados como los grandes focos de la Covid-19. "Somos la preocupación del pueblo, al venir desde España nos tratan como apestados", desvelaba.

En diciembre del año pasado, Naiala Melo revelaba a través de su cuenta de Instagram que el día de su aniversario con Michele era el día más feliz de su vida. Para su sorpresa, su pareja le pedía matrimonio con un anillo del que presumía ante la estupefacción de sus seguidores. 

En los últimos tiempos, Naiala se dedica profesionalmente a lo que en el argot del deporte y la nutrición llaman "inversión en salud". La joven forma parte de Forever Living Products, una empresa fundada por Rex Maughan en 1978 que vende cientos de productos para el bienestar y la belleza en todo el mundo. Aunque es de propiedad privada, "es más que un negocio, es una familia".

Desde su cuenta de Instagram se observa cómo Naiala disfruta de su día a día junto a su razón de amor, Michele, su perrita -hermana de Nano, otro pug que falleció hace casi dos años y medio- y sus infalibles amigos. Además, deja prueba evidente de que adora viajar: desde Ibiza hasta Italia pasando por Brasil. En septiembre se cumplirán 15 años desde que la joven se enrolase en una de las aventuras más impresionates de su vida: su participación en Gran Hermano. Para ello, también tiene su momento de recuerdo.

En diciembre de 2019 posteó la imagen del día que se coronó ganadora del formato de Zeppelin TV, una foto en la que sale abrazada por Mercedes Milá (70), quienes siempre ha dicho querer a todos los participantes, "valientes y generosos", como a hijos propios. 

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