El 23 de abril de 2000, 14 personas completamente anónimas entraban en la primera edición de Gran Hermano. Una hornada de concursantes que se atrevieron a vivir una experiencia televisiva sin precedentes en España. Entre ellos, un asturiano que trabó una gran amistad con quien a la postre se coronó finalista, Ismael Beiro (46 años), y que consiguió llegar hasta la final al lado de este y de Ania Iglesias (46). Iván Armesto (55) se convirtió en uno de los rostros más carismáticos de aquel GH1, pero, poco a poco, se fue alejando de los medios de comunicación y del primer plano en el que aquella aventura colocó a sus participantes.
Eso sí, a Armesto le sirvió para reflexionar y para darse cuenta de que tenía que formarse y aprovechar la oportunidad que se le había presentado. Tanto es así que montó su propia empresa de figuración. Aunque eso fue años después de haber coqueteado con la televisión y la radio, donde realizó varias colaboraciones, e incluso de haber debutado como actor en El gran marciano (junto a sus compañeros de GH), a las órdenes de Antonio Hernández (68).
También tras haber participado en Expedición imposible al lado de Beiro y de haber montado un negocio de hostelería, como socios, y que tuvieron que cerrar tras los accidentes que ambos sufrieron. En septiembre de 2001, Armesto se cayó por un barranco y se fracturó varias vértebras. Un susto comprado con ese accidente de moto de Beiro en mayo de 2002 que le dejó mes y medio en coma.
Toda esa etapa de éxito y de focos le dio para reflexionar, y fue entre bambalinas de Día a día, el espacio que presentó María Teresa Campos (79) en Antena 3 entre 1996 y 2004, se dio cuenta de que lo que le llamaba la atención era ese trabajo detrás de las cámaras. Allí se encargó, por un tiempo, de la producción de reportajes: "Me iba dos horas antes de entrar a plató y me fijaba en lo que hacían los productores y redactores. Todo lo que aprendí allí me sirvió para llevarlo al cine, porque en el cine todo es producción", explicó en una charla con La Voz de Galicia hace un año.
Su plan B
Ese fue el germen de que, una vez de regreso a su Asturias natal, comenzara a fraguarse un futuro alejado de la figura mediática en la que se había convertido. Primero fundó una agencia de azafatas con la que se encargaba de organizar eventos. Posteriormente, y mientras estaba inmerso en ese proyecto, recibió la llamada de Sandra Hermida, directora de producción de Juan Antonio Bayona (45). Su primer trabajo ligado a la gran pantalla fue para El orfanato.
"Hace 20 años me dedicaba al turismo y después de eso he desarrollado una carrera en el audiovisual. Desde entonces me dedico al cine, a seleccionar y a contratar extras y a hacer castings de películas. En mi currículo llevo más de 100 películas. Con lo cual me ha ido bien, no me quejo", recordaba en una entrevista publicada por Telecinco en abril de 2020, coincidiendo con el 20 aniversario del comienzo del espacio en este país.
Una de las últimas películas que ha sumado a la lista, es Dolor y Gloria. En la última cinta de Pedro Almodóvar (71), él fue quien se encargó de la figuración. Como ya había hecho con Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar (48). Y la misma tarea que le correspondió el pasado año en la película de Isabel Coixet (60) Nieva en Benidorm. Tres nombres más que reconocidos de la cinematografía patria y que han contado con él en uno de esos trabajos que se realizan tras las cámaras.
Iván se terminó trasladando a Barcelona con su empresa, Personal 7 Audiovisual, perteneciente al Grupo Constant. "Ofrece soluciones de trabajo temporal en distintos ámbitos tales como: hostelería, sanidad, azafatas de congresos, centros de atención telefónica, flotas de vehículos, jardinería", se puede leer en su página web. Pero lo cierto es que su fuerte es el cine, donde Armesto se ha hecho con un hueco importante dos décadas después de que se diera a conocer ante la audiencia de Mediaset.
Su familia
Tiene una hija llamada Raquel (fruto de su matrimonio con Alexandra Servat, con quien se casó en julio de 2003), y debutó en el cine con tan solo dos años. Era 2007 y formó parte de La torre de Suso, la película protagonizada por Javier Cámara (54).
Hoy, es una adolescente que, tal y como el propio Armesto bromeó a finales de 2019 en Twitter, le da mil vueltas en esas redes sociales en las que él es muy activo (aunque con menos éxito que su descendencia): "Mi hija tiene 15 años. No hace ni un mes que tiene Twitter. Yo llevo desde el principio y el día que más me gusta y retuit he tenido igual fueron 300, teniendo 6000 seguidores (si se puede llamar así). Ella puso una frase ayer y tiene más de 7000 me gusta. Me mató".
Por el momento, y con la luz de su hija eclipsándole en las redes sociales, Armesto cuenta con algo más de 6.000 followers en Instagram y casi 7.000 en Twitter. Seguro que no le importa que ella le robe el protagonismo. Como tampoco que siga sus pasos en el mundo del cine. O que lo haga delante de las cámaras en vez de detrás, que es como se gana la vida desde hace 15 años.
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