Itziar Castro (44 años) estrena faceta. Al menos, de cara al gran público. Porque la actriz, que hace unos días sacaba a la venta su primer libro de poemas, Con el corazón por delante (Ediciones Martínez Roca), lleva escribiendo mucho tiempo. Solo que, hasta ahora, no se había atrevido a compartirlo. O, más bien, a plasmarlo por escrito. Fue durante la pandemia cuando fue invitada a un evento virtual para leer poemas, se fijaron en ella desde la editorial y le propusieron poner sus creaciones en papel. Esas que, como la artista explica, le sirven como terapia.
JALEOS charla con la barcelonesa, feliz por la acogida que ha tenido la obra, que explica en qué momento vital se encuentra y cómo para ella la pandemia tan solo ha sido la ratificación de que hay que vivir el presente con intensidad.
¿Cómo surge el proyecto de realizar este poemario?
Yo escribo desde siempre, el formato poema y en formato canciones. Había hecho algún que otro recital en petit comité, pero no me había atrevido a ponerlos en papel. Sí que había hecho alguna colaboración con la ilustradora, pero un libro como tal, no. A raíz del confinamiento, Elvira Sastre nos propuso a unos cuantos que leyéramos poesía para entretener a la gente en un directo de Instagram. La gente de Martínez Roca me vieron y les pareció que ya era hora de ponerlos en papel, me lo ofrecieron y dije que sí. Son 212 poemas, además de las ilustraciones y fotografías. En 75 de esos poemas, hay códigos QR que, al escanearlos, se encuentra un vídeo mío leyendo esos poemas. Es interactivo y para que, las personas con problemas visuales lo puedan escuchar de mi voz. Y que se pueda compartir.
Para usted esto, escribir, es como una terapia.
La escritura es una terapia, pero para mí y para todos los que escriben. Pero no por ello no voy al psicólogo o al terapeuta, porque creo que es complementario. Para mí escribir es terapéutico, porque me sale de manera necesaria, sin mucho raciocinio, de una manera visceral.
¿Qué acogida ha tenido el libro?
Ha tenido muy buena acogida, las críticas son muy buenas, a la gente le ha gustado mucho. Así que, muy contenta.
¿Qué sentimientos vierte en él?
En realidad es una liberación emocional, una autobiografía en formato poemario. Hablo del amor, del desamor... No solo del amor romántico o a la pareja, sino también a amigos, a familia, a mi profesión, a la gente que admiro. Y también, por supuesto, a mí misma, porque es importante para poder tener una relación con cualquiera, de cualquier tipo de amor.
¿Por qué ha decidido abrirse de esta manera al público justo ahora? Usted es una mujer que nunca se ha callado nada y que siempre se ha mostrado tal cual es.
Eso es algo que os tenéis que preguntar los medios. Creo que hay una cosa clara que es que vende más ser políticamente incorrecta, el no callarse, ser fuerte, que cuando te insultan le des la vuelta que, a lo mejor, ver que debajo de toda esa capa hay dolor, realidad y unas vivencias. Una cosa no va sin la otra. Ha salido ahora porque tenía que ser ahora, por las circunstancias de la vida. Tampoco había tenido una oferta antes para hacerlo. Sí que es cierto que había pensando autoeditarme. La vida te lleva por otros lugares hasta que he recibido esta oferta.
¿En qué momento vital se encuentra?
A nivel profesional estoy cumpliendo todos mis sueños, estoy en un momento con mucho trabajo y con proyectos muy interesantes. Esto hace que, anímicamente, me sienta muy realizada. Una de las cosas por las que yo he superado momentos muy complicados, es porque siempre he tenido un objetivo claro es porque he ido cumpliendo mis sueños. Para mí es complementario. Emocionalmente estoy en un momento de montaña rusa, porque es todo muy intenso: con mucho cansancio, pero, a la vez, muy contenta.
¿Y en lo sentimental?
Por suerte tengo mucho amor siempre alrededor.
¿Cómo le ha cambiado la vida y la forma de verla la pandemia?
A mí no me ha cambiado la forma de ver la vida. Siempre la he visto así, que hay que vivir el momento. Desde muy pequeña he tenido pérdidas muy cercanas y siempre he sido consciente de que hay que vivir el presente. Creo que lo que ha pasado ha confirmado esta idea. Que de golpe y porrazo llega una pandemia y se vaya todo al traste y hay que vivir el presente y de una manera intensa. Porque hoy estamos aquí y mañana no. También se ha confirmado que con la solidaridad y el compañerismo somos mejores. Desde pequeña yo he sido voluntaria de varias ONG y es una de las facetas que sigo promoviendo, porque creo que es fundamental.
Habla usted de pérdidas desde niña. ¿Cuál es la experiencia más dura que ha vivido nunca?
Hay muchas, pero creo una de las más fuertes es que, a los 8 años, se murió mi mejor amiga, a la cual le dedico un poema en este libro también. Además, de una manera... Estaba conmigo, se fue y la atropelló una moto. A los cinco minutos de estar conmigo. Podía haber sido yo. Esas cosas te enseñan que la vida es un instante y que hay que vivirla.
¿Cómo afronta una niña tan pequeña, como lo era usted, una tragedia así?
Tengo la suerte de tener una familia, y sobre todo una madre, que ha vivido muchos momentos de dolor y a quien la vida no se lo ha puesto fácil y que me ha enseñado a quedarme con las cosas positivas y a sobrellevarlo. Sobre todo, a conseguir sueños a pesar de todo.
Después de experimentar esto, que alguien entre en las redes sociales a insultarla, sin olvidar el daño que eso hace, será una nimiedad, entre comillas.
Lo de las redes sociales... Yo ya vengo insultada de casa. Bueno, de casa no, pero sí del colegio. No es nada nuevo. Si fuera algo nuevo. Las redes sociales, sobre todo Twitter, se están convirtiendo en un colador de odio. Yo creo que, en realidad, la gente que hace eso se siente muy mal consigo misma. También hay mucha gente maravillosa que te agradece que le ayudes a sentirse mejor y le das ganas de vivir. Todas esas cosas te hacen pensar que, si hay una persona a la que estás ayudando siendo tú misma, los demás me dan igual.
De todas las cosas que le han llamado en ese "coladero de odio", como usted le llama. ¿qué es lo que más le ha dolido?
Yo soy, primero, muy poco rencorosa; y luego, que me quedo con lo positivo. A todo intento darle la vuelta. Las palabras tienen un peso y las redes son palabras y ya está. Que digan lo que quieran. Me duele más si viene de gente que conozco por algún malentendido.
Recientemente tuvo que subir de nuevo una imagen suya, desnuda y tapada por unos cuantos ejemplares de su libro. ¿Sigue la sociedad teniendo prejuicios físicos?
¿Tú qué crees? Es una pregunta que se responde sola. Esta sociedad tiene un ideal normativo, da igual si eres gordo, negro, de otra etnia... Si te quieres siendo diferente, te atacan. Yo creo que la sociedad está preparada para todo y más, hemos sido capaces de hacer cosas maravillosas. Lo que pasa es que hay mucha gente que, en vez de trabajarse hacia adentro, prefiere tirar mierda hacia fuera. Por eso pasan estas cosas. Yo voy a seguir siendo como soy.
¿Cuántas barreras le ha supuesto justamente eso, el físico, en el mundo de la interpretación?
¿Sabes qué pasa? Que estoy un poco cansada de esta pregunta. No hay una sola entrevista en la que no se hable de mi físico, que está muy bien, pero después de 16 años de carrera... Me ha servido para bien y para mal. Para bien, porque no hay muchas actrices de mi estilo, saliendo de la norma. Y para mal porque cuando eres alguien no normativa, no hay casi papeles para nosotras. Cuando sales de la norma hay menos papeles, aunque también es cierto que hay menos competencia. Lo que estaría bien es que no tengamos que hacer estas preguntas. Que puedas hacer de médico o abogado y que en el guion no aparezca que eres negro o gordo, como pasa en Anatomía de Grey, que da igual su etnia o su condición sexual, lo importante es que son médicos. Eso, aquí, no pasa.
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