No cabe duda de que no están siendo buenas semanas para Antonio David Flores (46 años). La docuserie de su exmujer y madre de sus hijos, Rocío: contar la verdad para seguir viva, supuso un antes y un después en su vida. A todos los niveles, ya no solo en la vertiente profesional, que por descontado. Su ánimo también se ha visto dañado, no solo su economía. Desde que Rocío Carrasco (44) irrumpió en escena, Flores no pisa las instalaciones del grupo Mediaset. Causa, efecto. Tampoco se ha asomado a ninguna revista vía exclusiva. Silencio sepulcral, algunos lo entienden como estratégico y ven más allá.
¿Por qué calla Antonio David? ¿Por qué no actúa como muchos de los miembros de su familia política, que van saliendo al paso a cada episodio emitido? "Hablaré cuando llegue el momento. Estoy tranquilo", han sido, en esencia, las palabras que ha entonado en estas convulsas semanas. JALEOS ha querido ahondar en ese "cuando llegue el momento". Son varias las razones, de peso, que explicarían el pertinaz silencio del excolaborador. Hermetismo que, según se detalla a este periódico, ha hecho extensible a todo su entorno. No se habla de nada relativo a él. Será él quien lo haga, cuando toque.
La persona con la que se contacta desliza el mal momento que está viviendo la familia Flores. Ya no solo los hijos, Rocío Flores (24) y David (22), los tristes protagonistas de esta historia, sino también los hermanos de Antonio David. En concreto, dos de sus hermanas. Su dolor es grande, por esos niños y por ese hermano suyo que "parece que no tiene derecho a réplica y que ya está condenado de por vida", como apuntan desde el entorno. Como bien contó Flores en Gran Hermano VIP, sus hermanas -que están muy unidas a sus hijos desde que se fueron con su padre- se han visto superadas e incluso le llegaron a proponer hablar. La respuesta siempre ha sido la misma: no. Ahora, según la información que se maneja, vuelve a ser la misma. Nones. Flores desea proteger a esa parte de la familia que nunca fue pública y ahora no lo será. El ex guardia civil se mantiene fuerte, pese a todo. Se refugia en los suyos. Por un lado, su abogado le ha recomendado cautela, paciencia hasta que todo acabe y se pueda valorar y analizar todo el material audiovisual, declaración a declaración, capítulo a capítulo.
En perspectiva y pormenorizadamente. Hasta nuevo aviso, Antonio David, alejado de la tele y centrado en su familia. De perfil bajo. "Le han ofrecido hablar varias veces", confía alguien cercano. Otra vez, no por su parte. La única que tiene un altavoz en estos momentos es su hija Rocío y se es muy claro: "Ella no habla por el padre, habla de lo que siente ella. Si te has fijado, en todo momento se centra en ella y en su hermano David y no habla de otras guerras".
Tampoco es tanta la seguridad que muestra: "No sabes cómo llega a Málaga a veces, destrozada y con los nervios fatal. Ha tenido crisis de querer dejar la tele, y no hace mucho". Esta misma fuente aporta otro motivo que explica el silencio de Antonio David: el concurso de su mujer, Olga Moreno (45). "No quiere soltar ni pío sobre nada para que su mujer tenga vía libre y se la valore solo como concursante", se explica. Otra cosa son los derrumbes emocionales que sufre Moreno en Honduras. Pero por la parte que le toca a Flores, nada. "Olga para él es muy importante y no solo quiere no estropearle el concurso, es que él no haría nada sin que ella estuviese de vuelta en España. Hasta que no regrese, él no va a hablar ni a tomar ninguna determinación".
Olga: "Tenemos todas las pruebas"
Hace unos días, Olga Moreno se derrumbó en Supervivientes y se abrió en canal con Marta López (47). "Ojalá estuviera todo bien y ojalá saliera toda la puñetera realidad", ha deseado desde los Cayos, para añadir: "La verdad es transparente y nosotros tenemos toda la verdad, todas las pruebas, y tenemos a esos niños que saben lo que han padecido. He visto a David llorar mucho por los niños desde que tenían 4 años. Los domingos esos niños se agarraban al cuello del padre y era yo quien los tenía que quitar. No sabes lo que es eso".
Sobre Rocío hija, vuelve a reforzar su argumento: "¿Tiene necesidad esa niña desde pequeñita de sufrir tanto? Está de psicólogo. Ha llorado mucho y lo ha pasado muy mal, no deja de ser su madre. Mal está. Le ha llamado 80 veces, y nosotros le hemos dicho que no deje de llamarle". Acerca de su papel como 'madre' de esos hijos, Olga asegura: "No me quiero poner ninguna medalla, pero ellos me aman y no pueden vivir sin mí, porque lo que he hecho es ayudarles, que vivan su infancia sin odio e intentar que estén bien. En mi casa nunca se ha hablado mal. Estaba prohibido delante de esos niños, ¡en la vida!. Yo soy David y no sé lo que hubiese podido hacer".
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