A pesar de haber tenido una trayectoria en el mundo de las pasarelas, el nombre de Estela Grande (27 años) no empezó a ser conocido públicamente hasta que comenzó a ser pareja de Diego Matamoros (34). Su noviazgo, la boda y, por último, el divorcio, fueron objeto de noticia para el papel couché.
Pero más allá de su relación con el hijo de Kiko Matamoros (64), su fama no ha sido pasajera. En 2019, Estela Grande no dudó en comenzar una trayectoria televisiva en Telecinco, donde se fueron descubriendo varios aspectos de su vida íntima, como la confesión de que llegó a sufrir un aborto.
Así, poco a poco, la historia de esta modelo fue ganando tanto interés para la audiencia que Telecinco decidió explotar el filón que tenía ante sí. La fama creciente de Estela Grande y el hecho de haberse integrado en una familia tan explosiva como la de Diego Matamoros iban conformando un cóctel ideal para que concursara en la séptima edición de Gran Hermano VIP. Eso sí, la madrileña se tuvo que conformar con quedarse a las puertas de una final que terminó coronando a Adara Molinero (28).
A partir de ahí, su conocida vida amorosa se fue quebrando. Un flirteo en la casa de Guadalix con Kiko Jiménez (29) y las confesiones de supuestas infidelidades pasadas por parte de ambos miembros del matrimonio fueron escribiendo las líneas de un final muy poco sorprendente: la ruptura de la relación casi televisada entre Diego Matamoros y Estela Grande.
Aun así y dejando a un lado su sonada ruptura, la madrileña ha podido continuar en el mundo de la fama. Los más de 388.000 seguidores que tiene en Instagram son un indicador de esta popularidad. Su carrera sigue ligada a Mediaset hasta tal punto que tiene un canal propio en MTMad. Fue ahí precisamente donde dio a conocer uno de los pocos aspectos de su intimidad que no eran de dominio público: tras volver del confinamiento del año pasado, Estela Grandes mostró un vídeo con una entrenadora personal en el que se quejaba de tener la cintura deformada. La razón por la que realizaba determinados ejercicios era, además de mantenerse en forma, para paliar los problemas que le puede derivar la escoliosis que sufre.
Para aquellos que conozcan de cerca este problema de salud la amenaza de la distrofia muscular no les será del todo ajena. Esa es la razón por la que Estela Grande acude al gimnasio con regularidad, para así evitar algunas de las peores consecuencias que deja una enfermedad caracterizada por la desviación lateral o desviación hacia la izquierda o la derecha de la columna vertebral.
Como en el caso de la modelo e influencer, tener una cintura deformada es uno de los síntomas que pueden sufrir las personas con escoliosis, pero no el único. Tener un omóplato más alto que otro o la desigualdad en la altura de los hombros son otros de los indicadores de esta enfermedad.
Respecto al tratamiento, el campo de la medicina aboga por dos tipos. El primero es el denominado conservador, que encaja, en cierto modo, con el de Estela Grande. Incluye la rehabilitación y el ejercicio físico, aunque también puede verse acompañado por el uso de un corsé o un collarín para corregir la deformidad. Por otro lado, en casos menores -se estima que solo lo requieren entre un 10% y un 15% de los pacientes- se opta por el tratamiento quirúrgico, consistente en el implante de elementos de metal para mejorar la curvatura de la columna.
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