El hijo pequeño del duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Solís (29 años), y Belén Corsini de Lacalle (31) se han dado el 'sí, quiero' este sábado al mediodía en los jardines del Palacio de Liria tras tres años de relación. Una boda que ha unido de manera civil y eclesiástica a dos de las familias más poderosas de España: los Alba y los Corsini, aristocracia real y elite empresarial.
La ceremonia -religiosa, familiar y discreta- comenzó pasada las 13 horas y concluyó una hora después. Debido a las restricciones sanitarias, el número de invitados ha sido limitado, lejos de los 300 que asistieron a la boda de su hermano Fernando Fitz-James Stuart (30) y Sofía Palazuelo (29), celebrada en el mismo escenario en octubre de 2018.
El enlace ha tenido lugar en los jardines del Palacio de Liria, oficiado por el párroco Ignacio Sánchez-Dalp, amigo de la familia, que se ha desplazado desde Sevilla hasta la capital para unir en santo matrimonio a los que hoy ya son condes de Osorno.
El nieto de la fallecida Cayetana de Alba llegó al altar del brazo de su madre, Matilde Solís (55), la madrina de la boda, vestida de Caprile con un impresionante vestido de color rojo. La novia, por su parte, lo hizo junto a su padre, Juan Carlos Corsini Muñoz de Rivera, de blanco con un diseño de Navascués, una de las firmas favoritas de la alta sociedad española.
En un comunicado enviado por la propia firma, horas antes de que llegasen las fotos oficiales del enlace, se informaba de que el vestido es de corte imperio, realizado en georgette pesante de seda natural con doble falda y enagua en satín con remate bordado y mangas de una pieza abullonadas. La cola es independiente, realizada en tul plumetti bordado sobre gazar y el velo es de tul plumetti con aderezo de joya de familia.
La novia combinó el bello traje nupcial con un recogido en coleta. Su melena mostraba unas ondas muy elegantes que caían sobre su espalda y que ofrecían movimiento a cada paso en su llegada al altar tras atravesar los jardines palaciegos.
A su espera aguardaba un sonriente conde de Osorno, quien no paró de mirar a su pareja durante la ceremonia, buscando su mirada y su complicidad en un momento tan especial. Así ocurrió también cuando ambos se pusieron mutuamente las alianzas y cuando la empresaria otorgó un rotundo "Sí" ante los presentes, lo que se tradujo en una sonrisa pícara y feliz de su cónyuge.
Convertidos ya en marido y mujer, pasearon por los bellos rincones del lugar para tomar las instantáneas que menos de 48 horas después han hecho públicas de forma gratuita a través de las agencias españolas.
En el interior de palacio sucedieron algunos de los momentos más emotivos de la boda. El baile de los recién casados fue uno de ellos; durante su danza nupcial, Carlos y Belén derrocharon amor y felicidad en su gran día y ante las personas más importantes de su vida.
Los ilustres invitados al enlace
Los invitados comenzaron a llegar al Palacio de Liria en torno al mediodía y, aunque las mascarillas y pamelas hacían difícil identificarles, uno de los primeros captados por los fotógrafos fue el padre Ángel.
Jacobo Fitz-James Stuart, el conde de Siruela, asistió con Inka Martí, con quien se casó en segundas nupcias en 2004. Su hijo Jacobo, fruto de su anterior matrimonio, llegó con Asela Pérez Becerril y sus hijos, vestidos de paje.
Las cámaras también retrataron a Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo, a Brianda Fitz-James (36), prima del novio, o a Javier Martínez de Irujo (40) e Inés Domecq (38), que llegaron en coche, al igual que Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba.
El gran ausente ha sido Cayetano Martínez de Irujo (58), que permanece hospitalizado por problemas intestinales, aunque sí ha estado su pareja, Bárbara Mirjan, con un vestido largo blanco con estampado floral negro, firmado por Jorge Vázquez.
Carlos Fitz-James Stuart y Solís, conde de Osorno, es hijo del duque de Alba y Matilde Solís, hija de los marqueses de la Motilla; Belén Corsini es hija de Juan Carlos Corsini Muñoz de Rivera y de Mónica de Lacalle Rubio, miembros de La Tribu, como se conoce a su familia, una de las dinastías inmobiliarias más ricas del país (Corsán).
Hasta ahora, esta joven pareja ha mantenido un perfil público bajo, ambos son muy celosos de su vida privada, no aparecen en eventos ni se prodigan en redes sociales.
Él estudió en Madrid Comercio Internacional en el College For International Studies, después cursó un máster en Boston (Estados Unidos) y está al frente de la marca comercial Casa de Alba Fine Food, mientras que ella estudió Administración y Dirección de Empresas en ICADE y trabaja en la explotación de las fincas y los negocios inmobiliarios de la familia.
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