Sofía Palazuelo (29 años) y Fernando Fitz-James Stuart (29) están esperando la llegada de su primer hijo para el próximo otoño, dos años después de haber contraído matrimonio en una multitudinaria ceremonia celebrada en el Palacio de Liria de Madrid.
La joven se encuentra en el cuarto mes de gestación y está llevando el embarazo "de maravilla", según publica la revista ¡HOLA!. Además, tal y como desvela Semana, la pareja espera una niña, por lo que habrá futura duquesa de Alba. Con la llegada de este retoño a la familia, el actual duque de Alba (71) y Matilde Solís, la madre del duque de Huéscar, se estrenarán como abuelos.
La pareja, siempre muy celosa de su vida privada, ha tratado de llevar esta noticia con la mayor discreción posible. Algo que sumado al confinamiento decretado por las autoridades por el estado de alarma en España han hecho muy complicado poder seguir la pista al embarazo.
Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart contrajeron matrimonio hace dos años en una fastuosa ceremonia que tuvo lugar en el Palacio de Liria de Madrid el 6 de octubre de 2018. Una fecha señalada con la que el duque de Huéscar quiso tener un gesto con su abuela, la ya fallecida duquesa de Alba, pues ese fue el día en que ella se casó con Alfonso Diez (69) en Sevilla.
La boda consiguió reunir a multitud de personalidades de la nobleza, políticos, diseñadores y muchos rostros vip del panorama patrio. Invitados selectos entre los que destacó la reina Sofía (79), Paloma Segrelles (47), la escritora Carmen Posadas (66), la política Esperanza Aguirre (68), el exministro José Manuel García-Margallo (75), Alejandra Vallejo-Nágera, el estilista Josie (39) y el Padre Ángel (83).
Para tan feliz ocasión Sofía Palazuelo hizo gala de una elegancia natural con un diseño de Teresa Palazuelo (su tía), en el que primaba la sencillez, liso, de manga corta y escote en pico, con una larga cola que caía sobre los escalones del Palacio.
El novio, en cambio, acudió a su boda siguiendo la tradición de la casa de Alba y lució el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y el casco sobre la mano derecha.
En toda la boda la reina Sofía tuvo un gran protagonismo. Días antes del enlace se había especulado que la Casa Real enviaría a la infanta Elena (56) en representación de Zarzuela, pero finalmente fue la madre de Felipe VI (50) la encargada de acudir a esta boda. Lo cierto es que la duquesa de Alba fue una de las primeras personas que conoció Sofía tras llegar a España, y la persona encargada de introducirla en los usos y costumbres de la corte española de ese momento. Por lo que la griega siempre ha estado muy unida a la Casa de Alba y a lo largo de los años ha mantenido una buena relación con todos sus miembros.
Tras la ceremonia religiosa, Fernando y Sofía ofrecieron un almuerzo en el parque de Liria, considerado el jardín histórico privado más grande de Madrid, donde los más de 300 invitados pudieron degustar un menú de tres platos y, de postre, una tarta árabe elaborada con obleas de pasta, crema pastelera, nata montada y almendra.
Problemas en la familia Palazuelo
Desde que contrajeron matrimonio los novios han tratado de mantenerse alejados del foco mediático y se han centrado principalmente en sus compromisos profesionales. Sin embargo, el verano pasado el escándalo llegó a la vida de la familia Palazuelo Barroso y su nombre ocupó los titulares de las principales cabeceras.
En concreto, se supo que se estaba investigando la querella de la madre de Sofía, la empresaria de arte Sofía Barroso, que acusaba a Fernando Palazuelo Basaldúa, su padre, de despojarle 50 millones de euros del patrimonio familiar.
Al parecer, según el testimonio de los hermanos de Sofía Palazuelo, el arquitecto tramó un plan junto a su novia peruana, la arquitecta Luciana Soldi, y la abogada de las empresas, María Belén Corzo, para supuestamente desviar los fondos de las sociedades españolas a las peruanas. Como consecuencia, dejó esta empresa con serias deudas y sin pagar los impuestos correspondientes en España.
La consecuencia directa de este movimiento fue la insolvencia de la parte española de la empresa, que entró en concurso de acreedores. Momento en que el arquitecto y sus socias decidieron desvincular la empresa española de las peruanas, mientras el dinero se ponía a nombre de sociedades radicadas en paraísos fiscales. Todo ello a espaldas de Sofía Barroso.
El caso todavía está investigándose y de momento no se ha sabido nada más sobre la polémica en la que se ha visto envuelta la familia de la esposa del duque de Huéscar.
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