Existen héroes en el mundo que dedican su vida a mejorarlo y embellecerlo, clamando contra las injusticias, los abusos y la tiranía que reina aún, con mano de hierro, en muchos países. Esas personas, en definitiva, que viven contracorriente para construir una sociedad mejor. Se enfrentan a lo establecido en busca de un mundo más justo. Desde Anabel Hernández (50 años), periodista de investigación en materia de narcotráfico en México, hasta Nasrin Sotoudeh (57), abogada y activista iraní, detenida en su país por defender a mujeres que se niegan a acatar las leyes sobre el uso del velo o hiyab.
Por no hablar de esas personas que cuidan el medioambiente; como Javier Goyeneche (49), que transforma materiales como plásticos, y les da una nueva vida; o como Bokatas, asociación sin ánimo de lucro que desde hace dos décadas atiende y acompaña a personas sin hogar en principales ciudades de España. Todos esos héroes han encontrado este martes 25 de mayo de 2021 un pequeño -con respecto a lo magnánimo de su labor-, pero valioso reconocimiento en el Museo Reina Sofía de Madrid. En ese enclave se ha celebrado, al filo de las seis y media de la tarde, la VII Edición de los Premios Optimistas Comprometidos. JALEOS ha estado presente.
Cabe recordar que estos galardones son otorgados por la revista Anoche tuve un sueño, plataforma liderada por Julia Higueras y que celebra este año su décimo aniversario. Con este prestigioso evento se premia la labor de personas e instituciones que, a través de su compromiso, contribuyen a mejorar la sociedad. Al célebre museo madrileño se han desplazado, para apoyar la causa y entregar los galardones, diversos rostros conocidos y personalidades de distintas áreas, como las periodistas Sonsoles Ónega (43) y Helena Resano (47).
También el patinador olímpico Javier Fernández (30), la arquitecta e interiorista Teresa Sapey (58), la empresaria Nuria March (49), Miriam Díaz-Aroca (59) o la abogada Cruz Sánchez de Lara (48), quien ha optado para la ocasión por un vestido negro entallado de la firma Chiara Boni.
La expectación era máxima desde el mismo punto donde se ha colocado el photocall. Con las medidas Covid por bandera, y tomando la pertinente temperatura a prensa e invitados, el primer rostro conocido en hacer acto de presencia ha sido la periodista Helena Resano. "Parece que soy la primera, ¿no?", ha comentado a los gráficos allí convocados. Con un conjunto de la firma Cossy, Resano ha sido la encargada de premiar a la periodista mexicana Anabel Fernández en categoría de Liberad de Prensa.
Por su parte, la empresaria Nuria March, que ha lucido un vestido de la firma Uterqüe y unos zapatos de Coach, ha hecho gala de su habitual discreción mediática y ha optado por no posar ante los medios, accediendo directamente por ascensor a la planta donde se ha celebrado el evento. Con un dos piezas en blanco de la firma Koker, Miriam Díaz-Aroca ha asistido a los premios y ha posado para la prensa. Ella, speaker, mentora y presidenta de la fundación Elígete, por un mundo sin violencia, ha sido la maestra de ceremonias y la encargada de abrir la entrega de premios.
Minutos más tarde, he hecho su aparición la periodista y presentadora Sonsoles Ónega. En un primer momento, a la entrada del recinto Ónega no ha dudado en respetar su turno en la cola, pero ha sido avisada en el acto para acceder directamente. Tras posar, y en conversación con JALEOS, Sonsoles, vestida de Zara, ha desvelado que será ella quien se encargue de premiar, en categoría de Libertad de Expresión, a Narish Sotoudeh. No obstante, como esta activista y abogada está en prisión y no ha podido hacer acto de presencia en el Museo Nacional Reina Sofía, su galardón lo ha recogido, y agradecido, la letrada Cruz Sánchez de Lara.
Durante la entrega de premios, uno de los momentos más emotivos ha tenido lugar, precisamente, durante el discurso de Sánchez de Lara. La abogada, entre otros aspectos, ha lamentado el hecho de que Nasrim no pueda recoger su galardón en persona: "Es un honor y un privilegio para mí recoger el premio en nombre de mi colega, Nasrim Sotoudeh. Pero es un auténtico desastre para nuestra civilización que no pueda hacerlo ella personalmente, porque es solo su mérito el que la ha hecho acreedora del mismo. Les pido que dediquen unos minutos cuando concluya esta ceremonia a conocer un poco más su historia para que la injusticia les haga estremecerse y tomar conciencia de la barbarie". En esa línea, Sánchez de Lara ha sentenciado que "los regímenes totalitarios son la tumba de los derechos humanos. Hay una frase que ha popularizado otro de los galardonados con el premio Optimistas Solidarios, Noam Chomsky (92): 'Si no creemos en la libertad de expresión de las personas a las que despreciamos, no creemos en ella para nada'. La teocracia iraní, por mucho que desprecie las ideas de esta magnífica abogada, no debería tener opción a torturarla por ellas".
Por sus ideales, Sotoudeh pagó caro. "Nasrim Sotoudeh ha sido condenada a 38 años de prisión y 138 latigazos en un país donde, según los informes de Amnistía Internacional, la apostasía se paga con la pena de muerte, no hay acceso a un juicio justo, los partidos políticos están prohibidos y la libertad de expresión totalmente vetada. Su trabajo, el que hoy celebramos y aplaudimos aquí, allí es castigado. El sistema universal de derechos humanos dispone de organismos y acciones para proteger a los defensores de la libertad como Nasrim, pero ella continúa debilitándose en una pestilente granja de pollos habilitada como prisión, sin agua potable, mientras las autoridades iraníes niegan la entrada del Relator Especial para Irán del Consejo de Derechos Humanos de UN", ha añadido la letrada.
En busca de ese mundo mejor y justo, Cruz ha rematado su discurso: "Nuestro mejor premio, el de toda la sociedad, sería que todos los derechos humanos, tanto los civiles y políticos, como los económicos, sociales, culturales y ambientales, fueran de obligado cumplimiento en todos los estados. Así, Nasrim sería una reputada abogada defendiendo casos como el de una clienta suya que fue también reconocida con este galardón, nuestra querida Shirin Ebadi (73), Premio Nobel de la Paz. Mientras tengamos que premiar el trabajo por la libertad de personas que acaban encarceladas y torturadas, nuestro mundo será precario y no podremos sentirnos satisfechos ni dejar de luchar por unas condiciones de vida dignas para todos los habitantes del planeta".
En ese punto, ha reflexionado: "Tendemos, equivocadamente, en los lugares donde vivimos en paz, en democracia y con las necesidades básicas cubiertas, a pensar que este es el mundo real para todos. Desde ese pensamiento, quiero terminar con el agradecimiento de Nasrim tras su mordaza y sus cadenas pero sobre todo, con el agradecimiento a Nasrim, a su marido y a toda su familia por su valentía, su coraje y su defensa de los derechos humanos".
Entre los ocho premiados de esta VII Edición se encontraban Ana María Cuervo, experta en biología molecular del envejecimiento, y Co-Directora Instituto Einstein Investigación del Envejecimiento de Nueva York; Anabel Hernández, periodista de investigación en materia de narcotráfico y Premio Nacional de Periodismo; Nasrin Sotoudeh, abogada y activista de los derechos humanos, y Frank Pucelik, psicólogo y uno de los tres fundadores de la Programación Neurolingüística.
También se ha subrayado la labor de Ricardo Martín, periodista, fotógrafo, editor gráfico y subdirector de Mercurio, entre otros logros. Sin olvidar la encomiable labor de Bokatas, la asociación sin ánimo de lucro que desde hace dos décadas atiende y acompaña a personas sin hogar en principales ciudades de España y We don’t have time, movimiento social y medioambiental impulsado en Suecia por Ingmar Rentzhog y David Olsson para contribuir a la reducción del impacto climático.
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