Carlos Sobera (60 años) y Patricia Santamarina (49) viven en una continua luna de miel. El presentador y la productora de televisión presumen de sus más de 16 años de amor mostrándose tan enamorados como el primer día. Se dedican piropos mutuos, derrochan simpatía y complicidad siempre que son captados por los medios y para mantener intacta su pasión también saben encontrar huecos en sus apretadas agendas para llevar a cabo citas románticas y escapadas en pareja.
A principios de esta semana, el matrimonio despejaba sus compromisos laborales para desconectar y escapar de la capital en busca de tranquilidad y tiempo para estar juntos. Carlos y Patricia solo se alejaron 161 kilómetros de Madrid para encontrar su destino perfecto. Ni él ni ella han querido hacer público este viaje, para no exponer su faceta más íntima y permitirse vivir con la discreción de una pareja como otra cualquiera.
Valladolid ha sido la ciudad elegida por el matrimonio para pasar unas jornadas con varios amigos, entre ellos, otra pareja, la formada por María Bravo (53) y su novio, el interiorista Nicolás Escámez. La empresaria marbellí es gran amiga del presentador y su esposa, y por este motivo no ha dudado en recomendarles el enclave vallisoletano y confiarles uno de sus rincones favoritos en la urbe.
Concretamente, Carlos y Patricia se desplazaron hasta la localidad de Valbuena de Duero donde disfrutaron de una exquisita visita a la Finca Vega Sicilia, el templo de una de las bodegas españolas más reconocidas del mundo. En mitad del campo, rodeados de extensa vegetación y a orillas del río Duero, el lugar es ideal para la desconexión que el matrimonio buscaba lejos del bullicio de la capital.
Exploraron sus viñedos, contemplaron en primera persona la elaboración de los mejores vinos del país y, por supuesto, cataron el producto directamente de sus barricas de madera envejecida.
Después, aprovecharon para hacer turismo por Pucela y conocer los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Fue un paseo sereno, sin tumultos ni las multitudes propias de las calles de Madrid. De esta forma, gozaron de las vistas y no dudaron en perderse por cada camino que se abría en su ruta.
La compañía de María Bravo fue idónea para este plan de parejas, pues ejerció de mediadora entre el Tempos Vega Sicilia y sus invitados para que todos disfrutasen de la jornada vinícola.
La malagueña conoce a Carlos Sobera y a Patricia Santamarina gracias a su vínculo estrecho con el mundo de la comunicación. El presentador y la productora se han dejado ver en algún evento de Starlite apoyando a la empresaria, que se encarga de la parte más solidaria del festival gracias a Global Gift Foundation, organización sin ánimo de lucro que preside.
Su amistad se mantiene intacta pese a las difíciles agendas de los tres, y por ello cuando se presenta la ocasión perfecta, no dudan en reunirse para hacer planes interesantes y ponerse al día. Además de reforzar sus lazos de amistad, estas escapadas sencillas, pero exquisitas, sirven para que Carlos y Patricia sigan viviendo en una continua luna de miel de la que no quieren salir.
Juntos en la salud y en la enfermedad
Este discreto viaje ha llegado semanas después de que el presentador y su esposa celebrasen su aniversario de boda, una fecha que ambos emplearon para demostrar públicamente lo mucho que se aman: "Toda la vida, estaría contigo... (cantando)", escribía Sobera en sus redes junto a una foto del día de su boda.
Hace seis años, la pareja, en una ceremonia secreta y alejados del foco mediático de este país, sellaban su historia de amor uniéndose en matrimonio. Tuvo lugar en Tulum, México.
Pero la realidad es que la historia de amor de la que hoy presumen, amenazó con no llegar siquiera a colocar los cimientos cuando se conocieron por primera vez. Patricia lo contaba en una entrevista con Bertín Osborne (66), en Mi casa es la tuya. "Me caía fatal, le veía y le tenía rabia, hasta me quitó una casa que yo iba a comprar, cuando tenía que verle por trabajo iba jurando en arameo. Yo estaba ahí trabajando y ni le conocí, me negué", explicaba en clave de humor. Sin embargo, una tercera persona indicó un día a Patricia que tenía que acercarse al camerino de Carlos para informarle sobre el retraso en una grabación. Y en ese instante surgió la química.
Desde aquello han pasado 16 años. Diez de noviazgo y seis, que acaban de cumplirse, de matrimonio. Y si algo no se les puede negar, es que han sabido cumplir el clásico "en la salud y en la enfermedad" que pronuncia el cura en las bodas. Porque los problemas de salud han sido para ambos un capítulo importante -y desagradable- en sus vidas desde aquel sincero 'Sí, quiero'.
En febrero de 2019, era Santamarina quien daba el susto. Un derrame cerebral la llevaba hasta la UCI. El cuidado médico y los mimos de su marido y su hija, Arianna Aragón (22), consiguieron que saliera adelante, tal y como la propia Patricia confesó recientemente. Casi sin poder recuperarse de aquello, fue Sobera quien se encontró con un contratiempo. El vasco acudió a urgencias por unas molestias que asociaba con hemorroides. No lo eran. Se trataba de una fístula que le provocó una infección y, al tratarse de un paciente con diabetes, tuvo un principio de gangrena muy serio. Tanto como para temer por su vida.
En pleno 2021, con sus problemas de salud ya superamos, marido y mujer hacen planes cada vez que sus trabajos se lo permiten para vivir el presente de forma intensa, sea en un exótico viaje Tulum o en una acogedora escapada a Valladolid.
[Más información: Carlos Sobera y Patricia Santamarina, seis años de matrimonio en la salud y en la enfermedad]