Este pasado sábado 29 de mayo ha sido un día importante en el seno de la familia Fitz-James Stuart-Palazuelo. La pequeña Rosario, hija de Fernando Fitz-James Stuart (30 años) y Sofía Palazuelo (29), los duques de Huéscar, recibía el bautismo en la iglesia de San Román, en Sevilla. Hasta allí se ha desplazado casi toda la familia al completo, tanto de Fernando como de Sofía. Entre sus miembros, dos personas muy importantes para los duques: las abuelas de Rosario, Matilde Solís y Sofía Barroso.
Sin embargo, pese a que ha pasado totalmente inadvertida, ha existido una notable ausencia en ese día tan importante y emotivo: Fernando Palazuelo, el abuelo materno de Rosario Fitz-James Stuart. El padre de Sofía Palazuelo y exmarido de Sofía Barroso. El motivo de esa ausencia podría obedecer a lo que aconteció en el año 2019. Ese verano de 2019, Sofía vio cómo sus padres se declaraban la 'guerra' en los tribunales.
El motivo: la investigación de la querella que la madre de Sofía, la empresaria de arte Sofía Barroso, interpuso contra Fernando Palazuelo Basaldúa, su exmarido, por, supuestamente, despojarle 50 millones de euros del patrimonio familiar. Incluso, Jaime y Fernando Palazuelo Barroso, hermanos de Sofía, declararon en contra de su padre y aseguraron que estuvieron unos años trabajando en Perú con su progenitor, que se afincó en ese país en 2008, hasta que se percataron de lo que este le había hecho a su madre. Los dos hermanos, además, corroboraron en su testimonio que su padre se aprovechó de la confianza de su exmujer y de su posición como administradora única de Arte Express S.A., la matriz del grupo societario constituido por la familia entre los años 90 y la primera década de los 2000. Esta compañía se dedicó durante años a rehabilitar edificios antiguos y ponerlos en el mercado inmobiliario, con especial cuidado en el arte. Tras instalarse en Palma, el matrimonio impulsó varios negocios entre los que destaca el proyecto de las Torres de Temple.
Al parecer, el arquitecto tramó un plan junto a su novia peruana de entonces, la arquitecta Luciana Soldi, y la abogada de las empresas, María Belén Corzo, para supuestamente desviar los fondos de las sociedades españolas a las peruanas. Como consecuencia, dejó esta empresa con serias deudas y sin pagar los impuestos correspondientes en España. La consecuencia directa de este movimiento fue la insolvencia de la parte española de la empresa, que entró en concurso de acreedores. Momento en que el arquitecto y sus socias decidieron desvincular la empresa española de las peruanas, mientras el dinero se ponía a nombre de sociedades radicadas en paraísos fiscales. Todo ello a espaldas de Sofía Barroso.
Los hijos, contra el padre
Los dos hermanos, además, corroboraron esa presunta despatrimonialización de Arte Express, donde su madre poseía el 51 por ciento de las acciones y su padre el 49 por ciento. Los jóvenes confirmaron los hechos y atestiguaron que tardaron tiempo en descubrirlo. Sofía Barroso y el arquitecto Fernando Palazuelo tuvieron cuatro hijos: Sofía, casada con el duque de Huéscar; Fernando, Jaime y un cuarto varón. En 2005, Sofía Barroso se mudó a Madrid con sus cuatro hijos, y su entonces marido se quedó en Palma a la vez que expandía el negocio hacia Perú.
Con los años, el arquitecto español consiguió convertirse en todo un icono en el país sudamericano. Fernando se granjeó un nombre gracias a su trabajo reformado mansiones históricas del casco antiguo de Lima, unas fincas que luego alquila a precios muy superiores al gobierno de ese país como sedes oficiales.
Cuando sus hijos Fernando y Jaime terminaron sus estudios en 2012 decidieron marcharse a Lima para trabajar con su padre en el negocio de rehabilitación. Tres años después, se percataron de que su progenitor no les estaba contando la verdad: descubrieron que desde España se inyectaba dinero a las inversiones en Perú, con fondos que provenían en parte de la herencia familiar de su madre (su padre administraba el grupo familiar e informaba verbalmente a su exmujer): y que estas sociedades peruanas ya no pertenecían al entramado español.
Al percatarse de lo que sucedía, los hijos pidieron explicaciones a Fernando Palazuelo, quien habría intentando comprar su voluntad con importantes mejoras salariales y otras ventajas en su sueldo. Sin embargo, ninguno de los dos cedió y decidieron informar a su madre de lo que estaba sucediendo. Momento en que el padre los despidió.
[Más información: Los duques de Huéscar bautizan a su hija Rosario: invitados, ausencias y un guiño a la duquesa de Alba]
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