Kiko Hernández (44 años) no pudo estar en el primer homenaje que se le hizo a Mila Ximénez en Sálvame. Su dolor era demasiado fuerte para aparecer en directo tras la reciente pérdida y afrontar casi cinco horas de emisión recordando los grandes momentos que protagonizó su amiga y compañera en ese plató. Han pasado tres semanas desde entonces y no hay día que el colaborador no recuerde a su gran aliada durante 15 años en Telecinco.
El duelo sigue en su corazón, pero también las ganas de vivir, pues era lo que Mila llevaba por bandera en los últimos años, que fueron los más felices de su vida. En ese intento por continuar adelante, Kiko ha encontrado su mejor terapia en las escapadas de fin de semana.
De cara a este verano, Hernández se ha propuesto recorrer las localidades más bellas de España y perderse en su naturaleza. Esta decisión del ex gran hermano responde a su deseo de alejarse de la bulliciosa Madrid que tantos recuerdos le produce en estos momentos. Sus destinos en las últimas semanas han sido Castilla y León y la zona de Aragón limítrofe con esta región.
Kiko ha aprovechado sus días libres y fines de semana para adentrarse en Soria, lugar que ya ha visitado en varias ocasiones este año, donde ha encontrado la paz necesaria para desconectar de los problemas. Se aloja siempre en hoteles de ambiente rural, en los que reina la naturaleza a su alrededor.
En la misma provincia soriana se encuentra Medinaceli, una localidad con un amplio patrimonio histórico en el que ha querido perderse el colaborador. A primera hora de la mañana, con las primeras horas de sol, visitó el centro y sus emblemáticas calles, y por la tarde puso rumbo a Jaraba, municipio de la comarca de Calatayud, en Zaragoza. Menos de una hora en coche para disfrutar de su verdadero descanso: el balneario Virgen de la Jaraba.
Las aguas de este lugar tienen propiedades terapéuticas para lograr el bienestar físico y mental de quien las disfruta. Así lo refleja su carta de presentación: "Las aguas del Balneario de la virgen se declararon de carácter mineromedicinal en el año 1869, aunque existen textos que datan el uso de las mismas hacia el S II AC, por los pobladores de la zona en época romana; estos denominaron a las fuentes de estos manantiales como agua de las ninfas, atribuyéndoles a estas sus poderes curativos. Emergen a una temperatura de entre 30 y 34 grados, y un caudal aproximado a los 2 millones de litros por día entre los 5 manantiales localizados en el Balneario, denominados Pilas, S. Antonio, S. José, Primitivo y el estanque natural termal, el mayor encontrado en la zona, único tanto por sus propiedades medicinales, como por su belleza natural".
El colaborador solo necesita 15 euros para pasar una jornada entre estas aguas curativas, aunque el lugar también disponible de un amplio catálogo de tratamientos a partir de 35 euros. Además, el balneario ofrece tratamientos infantiles para niños de 4 a 12 años, por lo que sus hijas, Abril y Jimena (4), podrían disfrutar de sus atributos positivos en su propia piel.
Cerca de allí, en Calatayud, Kiko sació su hambre en el Mesón de la Dolores, con cocina tradicional y platos muy asequibles para su bolsillo, pues van desde los 9 hasta los 20 euros.
Sin duda, el colaborador está sabiendo cuidar su cuerpo y su mente en uno de los momentos más complicados de su vida tras el adiós de su íntima amiga y su actual enfermedad que le está dificultando el día a día.
Una mudanza clave
La casualidad quiso que el mismo día que falleció Mila Ximénez se diera a conocer que Kiko se mudaba de casa. El pasado 23 de junio, miércoles, los kioscos amanecían con la portada de Diez Minutos en la que se anunciaba el cambio de residencia del colaborador con el objetivo de obtener mejor calidad de vida.
Hernández, aquejado de artritis psoriásica -una dolencia que ataca a la movilidad- se le hacía complicado moverse por su anterior vivienda, ubicada a las afueras de Madrid y distribuida en diferentes plantas.
El nuevo hogar de Kiko es un chalet de unos 3.000 metros cuadrados de parcela y 700 metros cuadrados construidos, en los que el televisivo dispone de todo lo necesario para su día a día, junto a sus hijas Abril y Jimena, sin moverse de la planta baja. La vivienda está tasada en un precio de 2,5 millones de euros en el mercado actual.
Horas después de hacerse pública esta noticia, se conocía la muerte de la carismática colaboradora. Desde entonces, la enfermedad de Hernández se ha agravado, tal y como él mismo ha confesado. Y es que en cuestión de días, el madrileño ha tenido que enfrentarse a grandes cambios que afectan a su faceta más personal e íntima, esa parte de su vida que siempre desea mantener tan protegida.
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