Este pasado jueves, al filo de la una del mediodía, deslizan a JALEOS la información que se ha hecho esperar un largo año: la firma del divorcio de Paloma Cuevas (48 años) y Enrique Ponce (49). La empresaria y el torero, en la mañana de este 15 de julio de 2021, disolvieron su matrimonio. Ya son, legalmente, solteros. Este periódico pudo conocer que Paloma se ha sentido "liberada" tras este importante paso. "Esto estaba más que hablado entre ellos y se sabía que esta semana era clave. Ahora, por fin, pueden iniciar sus nuevas vidas. Me consta que Paloma se ha sentido muy liberada", aseguró una fuente de total solvencia.
En las últimas horas, este medio ha completado la información. A falta de que un juez ratifique la demanda de divorcio, la custodia de las hijas le pertenece a Paloma y la finca La Cetrina ha quedado en manos de Enrique Ponce. Ahora se abre para ambos una nueva vida. Por un lado, Enrique Ponce se retiró de los ruedos de forma "indefinida" para centrarse en su relación sentimental con Ana Soria (24), y en el cuidado de sus hijas. Está afincado en Almería y ha tomado la decisión de vivir alejados de los medios de comunicación. A Madrid solo le atan sus hijas. Tanto, que ha desaparecido de las redes sociales. Por otro lado, Paloma Cuevas arranca una de las etapas más serenas y renovadas de su vida.
"Ha pasado un año difícil. Complicado. No solo por el tema Enrique, sino también volcada en su padre, que ha estado achacoso", se informa. De hecho, es ella quien está cuidando de sus progenitores, quienes viven con ella en la que fue la casa conyugal, en Pintor Rosales. Así se decidió en consenso con su hermana, se explica. No se ha separado en este tiempo de la vera de su padre, Victoriano Valencia Roger (90), y ahora su vida, poco a poco, parece recolocarse. Todo está volviendo a su orden y deslizan a este medio que la firma del divorcio ha significado una suerte de broche. Vienen tiempos nuevos y Cuevas los quiere aprovechar. Tanto a nivel personal como profesional. "Está reactivando ilusiones y trabajos. El pistoletazo lo ha tenido con Rosa Clará", se apostilla. Ha lanzado una colección de fiesta con Clará que la tiene "totalmente entusiasmada. Es el principio de muchas cosas". Se irán conociendo en el "nuevo curso". Según se informa a JALEOS, hay dos movimientos que Cuevas desea hacer tras el verano, que por diferentes motivos los ha paralizado hasta la fecha.
Por un lado, se hace ver la necesidad de un cambio de residencia. El deseo de mudarse de casa, de Pintor Rosales a la urbanización La Finca -creada la casa sobre un terreno que les regaló Victoriano al ya exmatrimonio-, es antiguo, pero ya está el "camino despejado". En La Finca, Paloma tendrá más espacio para el cuidado de sus padres. Se trata de una casa con unas condiciones más óptimas para personas mayores y con más comodidades y prestaciones. Ese es el principal motivo, junto a la mayor privacidad de la que dispone la selecta urbanización.
Otro de los planes, por no llamarlo sueño, que tiene la empresaria es vivir un tiempo lejos de España. Mejor dicho: acompañar a sus hijas "a Estados Unidos" un curso académico para que "vean mundo y perfeccionen el inglés". Tal y como se cuenta, Paloma ya tiene una casa "mirada", una vivienda de alquiler. Según esta información, todo apunta a que será en el nuevo curso cuando madre e hijas inicien una nueva aventura. De nuevo, la fecha exacta de partida dependerá de la salud de sus padres, en concreto de Victoriano, que acaba de cumplir 90 años.
Ponce, su tranquila vida en Almería
A finales de junio, Enrique Ponce sorprendía a propios y extraños anunciando su retirada temporal de los toros. "Lo primero que quiero deciros es gracias por su cariño y apoyo incondicional, en especial durante este último año de pandemia en el que decidí defender la tauromaquia, tirar para adelante y devolverle al mundo del toro lo mucho que me ha dado", comenzó su escrito el diestro. "En este momento de mi temporada taurina 2021 he decidido hacer un alto en el camino y retirarme por tiempo indefinido", expresaba a modo de despedida.
El motivo que se argumentó a este periódico en su momento era la falta de corridas que tendría Ponce para este verano. Ponce no quiere torear en estas condiciones, se deslizó: "Él es un torero de 49 años y es muy consciente de que la retirada definitiva está al caer y quiere irse en un escenario mejor". No a las plazas de tercera. Va a esperar, pues, a que la Covid-19 esté superada y las plazas recuperan su vigor. Será entonces cuando diga adiós de verdad. De ahí lo de su adiós "indefinido". Tras aquel anuncio, un buen amigo de Enrique confió a este medio: "Ponce quiere olvidarse de todo y vivir una vida lo más anónima posible". Está "sobrepasado" y tiene claro que no piensa dar más que hablar: "Entiende que a veces ha sido él quien ha alimentado el interés. Ha aprendido la lección". Quiere tener una vida plácida a partir de ahora, tranquila. Disfrutar de sus hijas y de Ana Soria sin fotógrafos.
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