La inesperada noticia de la firma del divorcio entre Enrique Ponce (49 años) y Paloma Cuevas (48) ocupaba todos los titulares de los medios el pasado viernes 16 de julio, pero era un día antes, jueves 15, cuando la rúbrica del torero se estampaba al fin en ese documento que llevaba meses esperando. Se hacía oficial, a falta de la ratificación del juez: Enrique y Paloma ya están legalmente separados. Ya figuran como solteros a todos los efectos. Un año después, Ponce y su pareja, Ana Soria (24), son 'libres' para edificar un futuro juntos.
Tras hacerse pública esa firma, JALEOS pudo conocer, a través de una fuente de total solvencia, que Cuevas se sintió "liberada" al ser informada. Cabe recordar que su firma llevaba tiempo esperando ser acompañada de la del padre de sus hijas. Ahora bien, ¿cuál ha sido la reacción de Ana Soria y de su familia? A este medio le consta que ellos, en su medida y posición, tampoco lo han pasado bien en este convulso año. A Ana ha terminado "pasándole factura" tanta presión y exposición.
Ella siempre dejó hacer a Enrique lo que este considerase oportuno con respecto a su divorcio, pero fueron muchas las informaciones malintencionadas que se vertieron. Algunas muy hirientes, como que el torero no quería divorciarse porque tampoco quería dar el paso de casarse, como, supuestamente, la familia de ella quería y reclamaba. Tampoco ha ayudado a la estabilidad emocional de Ana Soria que algunos medios de comunicación apunten a su padre como la persona que ha asesorado legalmente a Ponce en su separación. Disparates sin sentido, falacias, que este medio ha podido desmentir por tres fuentes diferentes.
Es cierto que la familia de la joven Soria ha recibido "encantada" la información del divorcio. Han visto pasarlo mal a la pareja y no se esconde que "por el bien de Ana" esa firma llegara pronto. Como padres, "quieren lo mejor para ella y ver cómo la situación se alargaba no es plato de buen gusto". Y se insiste: "jamás" ha interferido la familia de ella en ninguna decisión concerniente a esa disolución del matrimonio.
En estos días, y durante meses, ha habido una cuestión que ha sobrevolado a la pareja formada por Ponce y Soria: la posible futura boda. Se ha deslizado, incluso, en algunas tertulias de radio que los Soria habrían ejercido algún tipo de presión por ver divorciado a Enrique. Al otro lado del teléfono no se niega que a Ana le hace mucha "ilusión" casarse. La familia de la joven es muy conservadora, pero de ahí a todo lo que se ha dicho hay un abismo. "La boda puede producirse, pero en un futuro. Ninguno tiene prisa. No se ha hablado de forma seria sobre eso", se apunta.
Ellos quieren seguir disfrutando de su nueva vida y de esta flamante etapa que acaban de comenzar. Para terminar, en lo que respecta a los términos del divorcio, se hace constar que lo que Ponce firmó el pasado 15 de julio es "considerablemente distinto" al acuerdo inicial. Ha habido cambios en estos meses, y algunos sustanciales. Enrique siempre ha querido "ser generoso". Lo han conseguido, tanto él como Paloma. Se incide en que ambos han sido "tremendamente generosos".
La nueva vida de Paloma
Paloma Cuevas arranca una de las etapas más serenas y renovadas de su vida. "Ha pasado un año difícil. Complicado. No solo por el tema Enrique, sino también volcada en su padre, que ha estado achacoso", se informaba hace unos días. De hecho, es ella quien está cuidando de sus progenitores, quienes viven con ella en la que fue la casa conyugal, en Pintor Rosales. Así se decidió en consenso con su hermana, se explica. No se ha separado en este tiempo de la vera de su padre, Victoriano Valencia Roger (90), y ahora su vida, poco a poco, parece recolocarse.
Vienen tiempos nuevos y Cuevas los quiere aprovechar. Tanto a nivel personal como profesional. "Está reactivando ilusiones y trabajos. El pistoletazo lo ha tenido con Rosa Clará", se apostilla. Ha lanzado una colección de fiesta con Clará que la tiene "totalmente entusiasmada. Es el principio de muchas cosas". Se irán conociendo en el "nuevo curso". Según se informa a JALEOS, hay dos movimientos que Cuevas desea hacer tras el verano, que por diferentes motivos los ha paralizado hasta la fecha. Por un lado, se hace ver la necesidad de un cambio de residencia. El deseo de mudarse de casa, de Pintor Rosales a la urbanización La Finca -creada la casa sobre un terreno que les regaló Victoriano al ya exmatrimonio-, es antiguo, pero ya está el "camino despejado". Otro de los planes de Cuevas es acompañar a sus hijas "a Estados Unidos" un curso académico para que "vean mundo y perfeccionen el inglés". Tal y como se cuenta, Paloma ya tiene una casa "mirada", una vivienda de alquiler.
[Más información: La nueva vida de Paloma Cuevas tras el divorcio: mudanza y un curso en el extranjero con sus hijas]