Hablar de José Luis Gómez, más conocido artística y mediáticamente como Pepe El Marismeño, es hacerlo de arte, de cante y de mucho flamenco. Nacido en Huelva, Andalucía, comienza muy joven en el mundo de la música, a los 14 años. Su carrera creció tanto, y tan rápido, que cuando sumó 17 años ya tenía en su haber 42 premios. Pronto conocería de pleno, en medio de su éxito, la farándula y la prensa del corazón.
Casi sin darse cuenta, a los 20 años estaba conociendo a una de las reinas de corazones más emblemáticas de España: Carmina Ordóñez, con la que inició una tormentosa y "tóxica" relación sentimental. Según ha confesado él mismo, con ella creció a todos los niveles, se bebió la vida y conoció los submundos de las adicciones. Todo ello, a la par que continuaba con su carrera musical y televisiva: los programas quisieron contar con su arte.
Y así, fue alternando programas, escenarios y vida amorosa hasta que un día decidió pisar el freno. Curarse y servir de ejemplo. A partir del año 2006 comienza su labor social en la ayuda contra la drogadicción entrando a formar parte del Instituto Hipócrates, número uno de Europa en rehabilitación de personas con problemas de adicción. A día de hoy, dirige su propio centro de rehabilitación en Sevilla, Instituto Galeno, habiéndose convertido en un terapeuta muy querido entre sus pacientes y con grandes resultados. Una de las personas que ha tratado de sus adicciones es a José Fernando (28 años), el hijo de José Ortega Cano (67) y Rocío Jurado. Pero antes de detenernos y analizar su presente -está volcado en la hostelería-, viajemos al pasado. Antes de alcanzar la mayoría de edad, entra a formar parte de la compañía del célebre guitarrista Niño Josele, coleccionando grandes éxitos, con especial mención a los conseguidos en Taranto de Almería, la Platería de Granada y la Peña Flamenca de Huelva, que siguen siendo punto de referencia del Flamenco en Andalucía.
En 1992 recibe la mención especial en la Bienal de Flamenco de Sevilla con el espectáculo Arcángeles morenos, recibiendo el primer premio de nuevos valores de Jóvenes Flamencos. A partir de ese momento, empieza a compartir cartel con otros artistas de la talla de José Mercé (66), Manolo Sanlúcar o Aurora Vargas, entre otros. En 1996 entra a formar parte del mítico grupo Los Marismeños, compartiendo éxitos con ellos hasta el año 2003. Reconoció a Diario de Huelva que esa fue la mejor época, pero también supo ver la parte menos bonita: "Con Los Marismeños tuvimos una racha pletórica, con muchísimo trabajo. En solitario tres cuartos de lo mismo. La música está en manos de cuatro mangantes. La industria de la música es maleante y eso te quita las ganas".
No se arrepiente El Marismeño de su salto al corazón de la mano de Carmina. "Carmina fue una etapa de mi vida, muy bonita, pues yo no estuve con ella por dinero, ni mucho menos. Fue una época de mi vida, donde había mucha droga, mucha juventud, muchas ganas de comerme el mundo. Nos cruzamos nuestros caminos y al final lo que nos unió fue la droga. Cuando descubrí a Carmina tal y como era encontré a una excelente persona, con un corazón brutal, una madre luchadora y ejemplar, pero le gustaba vivir en ese límite de la vida", aseguró en una entrevista para el citado medio.
Eso sí, en otra entrevista sostuvo que no se arrepiente de lo vivido con ella: "La adicción es una enfermedad y me tocó vivirla. Me arrepiento por el daño que hice a los míos". En ese momento, reflexionó: "Carmen no llegó a aceptarlo, porque nunca tuvo a nadie de verdad a su lado dispuesto a ayudarla, por lo menos en los últimos años. Carmen se convirtió en una marioneta y yo decidí iniciar mi tratamiento y me alejé de ella para poder hacerlo. Al poco tiempo falleció".
Justo un año después de la muerte de Ordóñez, Pepe se lanzó a la aventura musical en solitario. Publicó su primer disco en solitario, Si te contara yo, realizado por el prestigioso productor musical José Miguel Évora. 2006 es el año en que se involucra de lleno con el Instituto Hipócrates, número uno de Europa en rehabilitación de personas con problemas de adicción y la familia Ortega Cano confía en él para reconducir la vida de José Fernando.
El Marismeño mejor que nadie conoce qué sentía y siente José Fernando -hoy aún recuperándose en la clínica San Juan de Dios, en Ciempozuelos-, su infancia no se fue fácil. "Comencé a destrozar mi vida a los 14 años. Probé el alcohol y ahí cambió todo. Empecé a codearme con artistas flamencos, participando en concursos de cante. Era un chico tímido, y a mi corta edad ya rodeado de gente a la que admiraba y de una profesión que me envolvía. Quise crecer más rápido de lo debido", contó para LOC.
Junto al hijo de Ortega Cano hizo todo lo que pudo, e incluso recomendó a la familia lo más duro: "La familia se tiene que olvidar de él". Y añadió: "Cuando José Fernando llegó a mi centro de rehabilitación llegó con muchas ganas, pero quizás no haya encontrado el momento de dejar las drogas".
Durante varios años, Pepe continuó ofreciendo numerosos conciertos y participando en varios programas de televisión como Menuda Noche o Yo soy del Sur, emitido en Canal Sur. En la actualidad, Pepe El Marismeño vive retirado de los medios de comunicación y, según ha podido conocer JALEOS, solo volvería a los platós a cambio de una suculenta cantidad de dinero. Tiene su vida bien edificada y estructurada fuera de los medios.
Está volcado en su familia -su mujer, María José, y su hijo, Joseto, son su motor y mayor apoyo-, y en sus proyectos musicales y de hostelería. Regenta un chiringuito en Punta Umbría, Huelva, llamado Uno Beach Club. Se trata de un chiringuito donde se ofrecen comidas y cenas, y durante los fines de semana hay música en directo con grupos de flamenco, como ha podido comprobar este medio en primera persona.
"Cuando comenzamos con el proyecto de montar establecimientos hosteleros, la gente pensaba que era una locura, pero no era así, todo estaba muy bien pensado. Era un proyecto muy bonito y hemos montado en los cuatro puntos cardinales de Punta Umbría, y en Huelva, concretamente en el hospital y en la Avenida Andalucía, llegando a tener hasta 120 personas trabajando", aseguró Pepe hace un tiempo. Hoy, su vida nada tiene que ver con la televisión, y hace tiempo que no se asoma por la prensa del corazón. Ni ganas que tiene.
Precisamente como propietario de Uno Beach Club, Pepe El Marismeño se vio envuelto en polémica hace unos meses por un anuncio en redes sociales que muchos calificaron de sexista. El artista colgó un cartel que decía así: "Ahora a ver si puede ser. Necesitamos chicas para la temporada de verano en Uno Beach Club. Sólo chicas, por favor". Las reacciones no se hicieron esperar en su muro de Facebook: "Chicas para ser reclamo de chicos. La España de toda la vida que no prospera".
Tal fue el revuelo que Pepe estalló en la red: "Me da mucha lástima no poder hablar en mi propio perfil de Facebook. He intentado contratar chicas para trabajar puesto que ya tengo bastantes chicos y quiero compensar. Porque creo en la igualdad, pues bien salen cuatro imbéciles feministas de mierda y cuatro perroflautas a criticarme y a ponerme como los trapos. Sinceramente, me da mucha pena lo aburridos que estáis, pero esta sociedad se va a la puta mierda y yo me bajo de este carro. Se acabó Facebook para mí. Solo utilizaré para publicidad. Valientes basuras de personas. Pico y pala le daba yo a más de uno".
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