Isabel Preysler (70 años) está atravesando uno de los momentos más dolorosos de su vida. La socialité se ha despedido de su madre, Beatriz Arrastia, en su propio domicilio. Un velatorio que se ha llevado a cabo en la más estricta intimidad en su mansión ubicada en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro.

En el interior del hogar, la reina de corazones ha estado acompañada de su pareja, Mario Vargas Llosa (85), y por dos de sus 5 hijos, Enrique Iglesias (46) y Tamara Falcó (39). También han acudido a apoyar a la filipina algunos de sus amigos más cercanos. Ha sido un último adiós muy íntimo y lleno de paz y tranquilidad, como a su adorada progenitora le hubiera gustado.

A sus 98 años, Beatriz Arrastia era uno de los pilares fundamentales en la familia, ocupando un lugar muy especial en el corazón de todos aquellos que le conocían. De ella destacaban su bondad, su simpatía y un sentido del humor único que hacía las delicias de sus nietos  Chábeli (50), Julio Iglesias (48), Enrique Iglesias, Tamara Falcó y Ana Boyer (32), a quienes estaba muy unida.

El padre Ángel, a la salida de la casa de Isabel Preysler. Europa Press

Los familiares y amigos, que no dudaron en arropar a Isabel Preysler en estos dolorosos momentos, han estado acompañados de varios sacerdotes, entre ellos el padre Ángel (84), gran amigo de la familia, se acercaron hasta el domicilio de la socialité para oficiar una ceremonia discreta con la que despedirse de Beatriz sin grandes rituales. Un doloroso último adiós que la filipina ha preferido vivir en la más absoluta intimidad y rodeada, tan solo, de los más cercanos.

Precisamente el alma mater de Mensajeros de la Paz ha sido quien ha dado algunos detalles más de cómo se encuentra Isabel en este duro momentos. 

Tristemente nos ha dejado Beatriz, la madre de Isabel Preysler a los 98 años, ¿cómo ha sido el último adiós?

Ha sido una ceremonia muy en la intimidad, estaba la hija y algún nieto, dos nietos creo que había y celebramos la misa con ella, con el cuerpo presente y sé que se ha ido con mucha paz, era una mujer muy religiosa, lo contaba mucho la hija y nada más. Alguien más que está en el cielo protegiéndonos a los que quedamos todavía.

¿Los restos mortales de Beatriz descansan en casa de Isabel Preysler?

Sí, es algo que muchos deseamos, otros no, morir en casa y ella ha tenido esa oportunidad y sobre todo el irse con los hijos o con alguien que te está acariciando, que está rezando contigo, creo que son de esas muertes apacibles en los que muchos de nosotros nos apuntamos. Por otra parte, lo que yo sabía y después me habían dicho es que era una mujer muy religiosa, murió mirando al cielo.

Beatriz Arrastia, en una foto de archivo.

¿Ha sido por causa natural?

Sí, alguna vez cuando veo a un amigo y tiene una enfermedad rara me dice lo peor que tengo es la edad. Es la edad cuando tenemos mucha edad hay que estar preparados y cualquier inconveniente nos puede llevar. Ella era muy fuerte, yo la había visto alguna vez con esa mirada de paz, esos hombres y mujeres que a veces nosotros admiramos tanto en la vida.

¿Se imaginaban ya los familiares y los seres queridos que el adiós de Beatriz estaba tan cerca?

No lo sé, creo que fue al final, creo que fue al final porque si es una mujer fuerte, las personas mayores hasta el final suelen ser muy fuertes.

Una velada en la intimidad.

Si, estaban cuatro o cinco personas.

Isabel, Mario, Tamara y poco más.

Casi nadie más.

¿Cómo estaban Tamara e Isabel, imagino que dolidas?

Estaban dolidas, con cara triste, pero yo también creo está esa parte de saber que se ha ido con paz. Cuando se nos va un familiar los que estamos tan acostumbrados a que se ha ido tanta gente, sobre todo este año, a veces solos, sin que nadie se despida, el poder contar que alguien te despide, que está junto a ti es distinto a estar solo.

En una velada tan íntima, ¿ha habido algún gesto, alguna conmemoración o algo significativo?

No, nada, absolutamente nada, en esos momentos lo más importante es el cariño, estar cerca de la gente, pero no ha habido más cosas especiales.

Imagino que dada la situación que estamos viviendo, familiares y amigos será más difícil que puedan acudir a despedir a Beatriz.

Imagino que por prudencia ahora en los funerales suelen ir muy pocas personas. Imagino, pero tampoco lo sé. Yo no soy de la familia, aunque quiero mucho a la familia y me quieren mucho. Se prevén que cuando pasan este tipo de cosas a veces algunos se reservan para cuando vengan mejores tiempos.

Ha ocurrido con algunos de sus nietos fuera de España.

No lo sé, seguro, tenía muchos nietos. Tanto de Isabel como de otros hijos, no lo sé.

Beatriz Arrastia, junto a Julio Iglesias y su hija Isabel, en el bautizo de Chábeli. Gtres

Isabel ha estado hasta el último momento con su madre.

Eso sí se puede decir, hasta el último momento estuvo con ella. Estar un hijo con el padre y con la madre cuando se va es una gozada, sobre todo cuando uno tiene tanta edad, cuando también es un hijo o una madre muy joven hay más tristeza. Los hombres que tenemos fe y creemos a veces se suaviza un poco la muerte, hay un más allá, las personas que han sido buenas seguro que está en ese más allá donde iremos algunos, espero.

Será incinerada, imagino que también en la intimidad.

No lo sé tampoco. No sé los términos en los que se va a desarrollar eso, creo que lo han hecho en la intimidad como quizás lo deseaban ellos.

Le ha dedicado algunas palabras Isabel.

No, no hemos dicho nada. En estos momentos lo mejor son las miradas.

Con una mirada se dice más que mil palabras.

Sí.

[Más información: Muere Beatriz Arrastia y Reinares, madre de Isabel Preysler, a los 98 años]

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