El 28 de agosto de 2020 es un día que Ernesto Neyra (59 años) jamás olvidará. Tras pagar 7.200 euros, el que fuera marido de Carmina Ordóñez abandonaba la prisión de Huelva, donde permaneció ingresado 20 días. Fue el sábado día 8 de agosto de aquel año cuando el bailaor fue detenido en un famoso hotel del municipio onubense de Matalascañas.
El motivo de su privación de libertad automática fue por el incumplimiento de la obligación de ingresar en prisión de manera voluntaria para asumir una condena de 90 días por el impago de la multa impuesta tras negarse a abonar de manera continuada la manutención de los tres hijos que tiene en común con Lely Céspedes (50).
Apenas días después de encarcelamiento, Ernesto Neyra lograba el dinero que correspondía a sus hijos y por tanto lograba su ansiada libertad. El artista, tal y como se recogió publicado en su día, siempre estuvo dispuesto a pagar la pensión de sus hijos, pero que su empeño aumentó, evidentemente, en el momento en el que al sufragar tal cantidad lograría su salida de la cárcel.
Pero aquella posibilidad se complicó debido a la poca credibilidad que tenían sus propuestas ante el juez del Juzgado Número 3 de Málaga, después de tantos años de incumplimientos. No obstante, su petición fue recibida y hace ahora justo un año Ernesto Neyra lograba abrazar la libertad.
Pero ¿cómo ha sido su vida durante estos doce meses? Según la información que maneja JALEOS por personas cercanas a su entorno, Ernesto Neyra lleva una vida discreta, prefiere estar alejado del foco mediático, de aquellos flashes que lo cegaron a finales de los 90 y principios de los 2000 cuando estalló la bomba de su relación, matrimonio y más que polémica separación de Carmina Ordóñez, todo ensombrecido por el fantasma de los presuntos malos tratos.
Ernesto, según apuntan a este periódico fuentes próximas continúa "buscándose la vida para pagar la manutención de sus hijos y la hipoteca de su casa" y cuenta con la incansable ayuda de su familia. "Especialmente su hermana, Mari Paz, que a veces se porta con él como una madre y que adora a sus tres sobrinos", se apunta.
En este año entero, además, Ernesto Neyra ha tenido que ver como su nombre volvía a los platós de televisión por boca de la madre de sus hijos. Lely Céspedes realizó una especie de tourné por los programas de Telecinco -desde Viva la vida hasta Sálvame e incluso un polígrafo en Sábado Deluxe- relatando que el padre de sus hijos no asumía sus responsabilidades y que era ella quien tenía que sacar adelante a los vástagos, en ese momento, todos adolescentes. Hoy ya hay uno que es mayor de edad.
"En un principio, el juez puso 2.000 euros de pensión. Acepté 1.200 euros, lo que es 400 por niño. Pero al final paga menos porque me dijo que él quería seguir pagando el seguro medico, pero nunca lo paga. Cuando dejó de pagar, y la cifra de deuda llegó a 53.000 euros, entró en juego el juez y la demanda de cárcel", expuso.
"Finalmente, se llega a un acuerdo: de 1.200 euros pasamos a 500 euros para los tres niños. A 5 euros por día por niño. Y lo que paga al menos es 30, 50, 200 euros... Y eso poniéndole mensajes cada dos por tres del emoticono de las manitas de por favor, que los niños tenían excursión y no tenía con qué pagarlo", explicó.
En esa misma entrevista, la exmodelo malagueña pronunció unas duras palabras que ahora la han llevado de vuelta al juzgado. "Yo me fui con un ojo morado. Me da igual. Ernesto Neyra es un maltratador y me da igual que me denuncies. ¡Denúnciame ahora!", estallaba.
Y, efectivamente, el equipo de abogados de Ernesto Neyra interpuso contra Céspedes una querella por injurias y calumnias con publicidad por la que le solicita 300.000 euros.
El pasado 8 de julio se celebró un acto de conciliación al que Lely Céspedes no acudió. Así lo significaba la letrada de Neyra: "Es un acto de conciliación previo a la querella y [Lely] ha tenido la oportunidad de explicarse hoy. No la ha tomado, pues ya lo siguiente es que nos veremos en vía penal en los juzgados de instrucción".
Respecto a la palabra "maltratador" que Céspedes profirió en público contra el padre de sus hijos, la abogada dijo que "la justicia no lo avala porque nosotros tenemos una sentencia absolutoria por dos veces, por el juzgado de lo penal y por la Audiencia Provincial. Cualquier cosa en contra de eso es un delito".
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