Anna Ferrer Padilla (24 años) ha vuelto a la rutina tras disfrutar de unas idílicas vacaciones que la llevaron a recorrer varios puntos de nuestro país. Así lo ha mostrado ella misma en su perfil de Instagram, donde cuenta con más de 740.000 seguidores que, a diario, están pendiente de su contenido. Es colaboradora de marcas como Maybelline, Lancaster o Aristocrazy, y se ha convertido en una inspiración para muchas jóvenes.
Aunque ha contado con el gran apoyo de su madre, Paz Padilla (51), Anna ha brillado por sí misma y, no solo ha triunfado en las redes sociales, donde se ha hecho un hueco entre las influencers patrias más destacadas. También se ha convertido en una empresaria de éxito con No Ni Ná, la firma de moda que tiene junto a la mencionada actriz y que la hizo acreedora del premio 'Llévalo para triunfar', otorgado por la revista Cosmopolitan. Además, en su búsqueda insaciable por adquirir nuevos conocimientos, está terminando un máster en Dirección y creación de marcas de moda.
En lo personal, Anna también vive un gran momento. En las próximas semanas, la joven se mudará con su novio, Iván Martín, con quien lleva dos años de relación. Sobre este cambio, sus proyectos en el mundo de la moda y su trabajo de influencer, la hija de Paz Padilla ha conversado con JALEOS.
¿Cómo se presenta el nuevo curso? ¿Le apetece?
Sí, yo siempre he sido muy fan de la vuelta al cole y del mes de septiembre. La rutina me gusta mucho. Me encanta el verano, pero me sienta bien la rutina y recomenzar todo. Ahora estoy acabando el máster, me queda solo el TFM, y ya estoy pensando en buscar otro.
¿Qué le gustaría?
Algo de business, que me hace falta.
Este nuevo curso, además, empieza con un gran cambio personal. Se muda con su novio, Iván Martín.
Sí, me apetece mucho. Ahora estamos en un mes de jaleo, con los muebles... Pero me apetece decorar, ir comprando cosas y a ver qué tal la nueva etapa.
¿Cómo lo están llevando?
Muy bien, de momento estamos muy ilusionados. Yo creo que va a ir fenomenal, nos entendemos súper bien y no creo que vaya a haber ningún problema con la convivencia.
¿Y su madre? ¿Cómo lo está llevando?
Muy bien también. Me ha animado desde el primer momento que le dije que quería irme de casa. Me dice que, al final es la vida, que me toca, que tengo que seguir creciendo. Pero bueno, yo creo que voy a venir mucho a casa, que aquí tengo a mis amigos y voy a necesitar salir de vez en cuando del centro de Madrid. Me vendré aquí a desconectar un poco.
Al final pasan mucho tiempo juntas, porque también tienen una relación laboral. ¿Qué tal la experiencia de trabajar con su madre en No Ni Ná?
Claro, es que igual necesitamos un poquito de espacio (ríe). Aunque ella ahora ha estado trabajando muchísimo y hemos coincidido menos, al final, la convivencia... Luego, ser socias, que tiene sus cosas buenas, pero también hay momentos en los que no nos entendemos. No es tan fácil, pero no vamos a perder nada de nuestra relación.
¿Se reparten los deberes de la marca o ambas están involucradas en todo el proceso?
Al final, yo estoy más en el día a día. Mi madre, como trabaja mucho, tampoco puede estar siempre. Yo soy la que está más pendiente, con los proveedores, controlando los diseños... Pero al final, ella está enterada de todo y da siempre su opinión.
La colección de bolsos ha sido un éxito. ¿Lo esperaban?
Sí, ha ido súper bien. Estamos muy contentas y muy agradecidas. La tienda ha estado llena y ha sido súper gratificante. Es un trabajo muy duro. A veces crees que las cosas no van a salir, hay cosas que salen mal... Pero luego, cuando ves el resultado final y que a la gente le gusta, lo compra y te lo encuentras por la calle, merece toda la pena, no tiene precio.
Hace unos días, de hecho, le dieron un premio por su labor en No Ni Ná. ¿Cómo ha sido este recorrido como emprendedora?
¡Qué emocionante! Que bonito que te reconozcan tu trabajo. Ha sido todo muy orgánico, ha ido surgiendo... Siempre supe que quería montar algo e hice mi carrera de Economía, no con esa intención, pero sí enseguida vi que quería hacer algo que me dejara tener más creatividad, porque sentía que mi carrera, tan de números, no me daba para ser yo misma e ir más allá. Sabía que quería hacer algo, pero no sabía qué. Aunque me gusta mucho la moda desde pequeña, me parecía algo muy fuerte crear tu marca. Me daba miedo, ni me lo planteaba. Menos mal estaba mi madre allí, porque si no creo que nunca hubiese hecho esto. Ella me empujó, me animó y a día de hoy no me imagino haciendo otra cosa.
¿Qué se necesita para emprender?
Primero, muchas ganas. Si no crees al cien por cien en tu proyecto, no va a salir. También creo que es importante rodearte de gente que sepa y gente de la que puedas aprender. Y depende de lo que quieras hacer, formarte.
¿Tienen nuevos proyectos con la marca?
Estamos planeando cosas nuevas, sí. Pero todavía, nada que pueda contar.
¿Y en lo personal? Además del gran paso que va a dar con su novio, Iván.
Ahora mismo estoy bastante centrada en la marca. En lo personal, muy contenta, disfrutando poco a poco de lo que me viene. Pasito a pasito.
¿Cómo hace para compaginar su labor en No Ni Ná y su vida personal con su otro trabajo, las redes sociales?
Organizándome mucho, es la única manera. A veces, cuando he estado con trabajo de oficina, pienso: 'no he subido ningún story'. Pero luego lo compenso, creando contenido de moda o de lo que sea. Siempre me organizo.
¿Es difícil ser influencer?
No es difícil, pero te tiene que gustar. Tiene su parte buena, pero también tiene su parte mala. A lo mejor no todo el mundo estaría dispuesto a lidiar con la presión, las críticas o que simplemente hay días que no apetece estar en las redes. Tienes que estar mentalizado de lo bueno y de lo mano.
La presión y las críticas es lo que ha llevado a algunas influencers, como Dulceida, a apartarse un tiempo de las redes sociales por salud mental. ¿Usted se lo ha planteado alguna vez?
Yo he tenido suerte y nunca he pasado por un momento donde diga 'no puedo más'. Jamás me ha pasado, pero entiendo que puede ser que me pase en algún momento. Me parece lo más sano que se tome esa decisión y más si se está pasando por un momento personal duro. Es todavía más difícil cuando lo tienes que exponer y cuando la gente opina. Si ya es duro de por sí, a veces tener esa presión no ayuda. Me parece muy bien que haya gente que quiera tomarse un descanso de las redes. Al final es un trabajo del que nunca descansas y nunca te separas del móvil.
Ni en vacaciones.
En las vacaciones normalmente estás creando más contenido porque es más fácil. Pero hay que hacer esos sacrificios de dejar el móvil y tratar de desconectar de verdad. La gente tiene que ver que somos personas como cualquiera. Al final, llegas a exponer tu vida y para muchos parece idílica. Por eso también es necesario compartir la parte mala para que la gente comprenda que sí hay muchas cosas que mostramos y que son la realidad, pero también tenemos nuestros momentos como cualquiera.
Además de seguir con su marca y trabajando en las redes sociales, ¿le gustaría seguir los pasos de su madre y trabajar en televisión?
Ahora mismo no me lo planteo ni pasa por mi cabeza, pero lo poco que podido hacer me ha gustado y lo he disfrutado mucho. Tampoco lo descarto si algún día hay alguna propuesta que me apetezca. Pero ahora mismo no está en mis planes.
¿Qué es lo que más admira de Paz Padilla?
Muchas cosas, pero sí hay algo que tiene ella que nadie que conozco lo tiene, es la capacidad de atraer la atención de la gente. No sé cómo lo hace, pero consigue que todo el mundo esté enganchado y pendiente de ella. Además, que hagan lo que ella quiere. Nadie le dice que no a un TikTok (ríe). ¿Cómo es posible? Eso solo lo consigue ella.
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