Apenas quedan dos minutos para que el reloj marque las once de la mañana cuando JALEOS se pone en contacto con Adriana Abenia (37 años), quien, a pesar de que el día no ha hecho más que empezar, ya está a 200 revoluciones -propio de su esencia más alocada y disfrutona- preparando su nueva aventura. En solo unos instantes toma un vuelo a Ibiza debido a un compromiso laboral muy especial y mientras charla con este medio intenta apurar al máximo la capacidad de su maleta. Será un viaje por trabajo, pero también va a buscar tiempo para descansar "tras un año muy intenso".
Tomará así un respiro después un complicado inicio de curso, sobre todo para su hija, Luna, que no comenzó sus primeros días de colegio de la mejor de las formas. Un delicado incidente y muchos llantos a la puerta de la escuela crearon dudas en la presentadora sobre la nueva etapa de su pequeña, pero poco a poco ha ido mejorando. Al igual que el susto de salud que la comunicadora vivió el pasado otoño cuando le detectaron un 'bulto sospechoso' en el pecho por el que tuvo que ser operada de urgencia. Los antecedentes de diagnóstico de cáncer que existen en su familia generaron gran incertidumbre en Adriana, hasta que tomó la rápida decisión de pasar por quirófano.
Y es que a pesar de las adversidades, Abenia siempre ha sido capaz de ver el lado positivo de las cosas. Su sonrisa perpetua, tu carisma alegre y su falta de tapujos a la hora de hablar la convierten en una de las mujeres más queridas del panorama televisivo. No obstante, en estos momentos no se la puede encontrar en la pequeña pantalla, ¿volverá pronto? JALEOS conoce la respuesta a esta pregunta y a otras tantas sobre su faceta como madre, sus vida actual y sus anécdotas más disparatadas.
¿Qué tal, Adriana?
Aquí, intentando meter 40 kilos en una maleta de 20 (risas). Todo bien. Me voy ahora a Ibiza porque mañana presento una gala solidaria contra el cáncer, de la Asociación Elena Torres, y voy ya para no madrugar mañana porque además con el miedo que me da volar...
¿Le da miedo volar?
Sí, por eso en los vuelos intento que la gente me despiste. Fíjate que he volado un montón de veces a lo largo de mi vida y sin embargo ha sido cuando ya me he hecho más mayor que le he empezado a coger algo de aprensión a volar. También es cierto que me ha pasado de todo sobre un avión. Recuerdo una vez que se quemó el motor, que tuvieron que venir los bomberos cuando ya estábamos cogiendo velocidad, de hecho, fue en un viaje a Ibiza como el de hoy, así que no quiero rememorarlo.
Estaba diluviando en Ibiza estos días, pero usted ya posó en bikini en plena nevada de Filomena, así que no le teme en absoluto a los climas adversos.
Bueno con Filomena y en junio en Cantabria, porque me llovió todos los días durante un mes y aún así aproveché que estaba junto al mar y me puse el bikini. Aunque coja una cistitis aquí estoy yo.
Ahora mismo, con la llegada de septiembre, está usted en modo mami total.
Es lo que corresponde ahora con el inicio del cole y te confieso que está siendo una parte dura, porque yo creo que aquí hay un debate, porque con 3 añitos, edad a la que se ha iniciado en el colegio y antes no había ido a la guardería, me parece un poco antinatura dejarla tantas horas con desconocidos. Intento ser constructiva y que la niña tenga una visión positiva de lo que supone ir al colegio, pero que se queden llorando y lo asumamos como parte de la adaptación porque simplemente se ha hecho siempre, creo que no está bien. Es un periodo de adaptación para padres e hijos.
Puede llegar a ser duro...
Sí, y aquí entra en juego el tema de la conciliación, porque no puede pasar por renunciar a nuestras carreras. De manera que muchos padres no nos que da otra que llevar a nuestros hijos al colegio, pese a que la escolarización no es obligatoria hasta los seis años. Pero, bueno, en este caso estimamos que por sociabilización, por un tema de que empiece ya a hablar inglés, debía ir ya al colegio.
Pero entonces ocurrió algo inesperado en sus primeros días de colegio...
Tuvimos un incidente el tercer día de clase y pensé: 'Bueno, me voy a tener que poner aquí a partir piernas' (ríe). Ahora en serio. Creo que es superimportante la comunicación entre el colegio y los padres. Estamos tratando de ser constructivos, tenemos la esperanza de que no vuelva a suceder, pero si tu hija te viene con dos mordiscos y un moratón en la barbilla y nadie te ha informado de lo que ha sucedido, te preocupas. Pero una vez ya nos reunimos con el colegio, estamos confiados en que no vuelva a suceder. La niña además hoy no ha llorado al ir al cole, ha entrado contenta y ayer me dijo que tenía ganas de ir, y eso es positivo.
Desde luego, Luna está guapísima, tal y como muestra en sus redes sociales.
Está en un momento muy guay, en el cual te cuenta las cosas, se expresa, es muy graciosa y es una esponja. Y la verdad es que lo pasamos muy bien con ella, de manera que no nos molesta. Por eso algunas veces digo: '¿Para qué la llevo al colegio? Si podría yo todavía estar con ella'. Con tres añitos te los comerías.
Siempre dice que su hija es 'MiniAbenia'. ¿Es cierto que tiene todo de usted? ¿No tiene nada de Sergio, su marido?
Pues algo tendrá de Sergio (risas). Lo cierto es que cuando nació parecía que iba a ser un clon del padre, pero yo creo que tanto he deseado que se pareciera a mí que ya es igual que yo. Sí que noto cuando gesticula, cuando habla, que tiene muchas cosas de cuando yo era chiquitita. Luna es un regalo. Tanto es así que como es 'niña trampa' no me estreno con un segundo, porque no me saldría ni queriéndolo tan perfecto.
Exacto, hace tiempo dijo que con Luna se plantaba, ¿entonces ese pensamiento permanece firme?
Sí sí, del todo. Va a ser la heredera. Sobre todo por lo que hablaba antes de la conciliación, no tengo abuelos, dependo muchas veces de delegar en otra persona el cuidado de mi hija y nos hemos encargado de ella de la manera que hemos podido, de manera que otro ya sería un caos, nos convertiríamos en taxistas. Y a mí no me gusta conducir en exceso.
Hablando ya del terreno laboral, actualmente está muy centrada en las redes sociales y en algunos eventos puntuales, ¿verdad?
En las redes sociales estoy en un momento muy dulce, y estoy bastante volcada en el mundo influencer. No obstante, también hay un proyecto de tele muy chulo por ahí que estoy esperando que se materialice.
¿Nuevo proyecto en televisión?
Sí, porque yo en realidad en la pandemia pensé 'hasta que no me vacune voy a escapar de todo ese mundo'. Me vino un poco grande y me ausenté del tema de la tele. He grabado ahora Pasapalabra, y ya estoy otra vez volcadísima en volver a aparecer en la pequeña pantalla porque me apasiona. Pero ya te digo, no hay una, sino un par de cosas que molaría mucho que se llevaran a efecto, porque creo que es el momento y ahora dispongo de mucho tiempo para hacerlo.
Si no surge, siempre puede poner un consultorio amoroso-sexual, como el que hace en Instagram, que entre sus seguidores tiene muchísimo éxito.
¿Quieres preguntarme algo? (ríe). La gente me lo dice. Pero figúrate, yo aquí dando recomendaciones cuando solamente he estado con un tío en toda mi vida. Es que en realidad mi vida amorosa es muy aburrida, no tengo un crush, no tengo un amante... voy a tener que ponerme las pilas y poner un poco de chicha en mi relación, discutir o algo, ¿sabes?
El pasado noviembre confesó por sorpresa en sus redes que debía operarse de un 'bulto sospechoso' que le encontraron en el pecho. ¿Cómo se encuentra de aquello?
Todo está perfecto. De hecho, como habrás podido comprobar en las redes, ya que me metía en quirófano para operarme el pecho, en lugar de ponerme una manta encima, me dije 'voy a subirlo'. Son sustos que suceden en la vida y que aprendes a que hay que hacerse controles ginecológicos, no dejarlos pasar, sobre todo las mujeres que tenemos esta mala suerte de que hay un porcentaje muy alto que deriva en cáncer. En mi caso el bulto habría sido malo, pero en el momento en el que lo quitamos era bueno, así que quedó en eso precisamente. Y me limpiaron bien y todo estupendo. Pero es cierto que mi madre tuvo cáncer de pecho, los antecedentes no eran los mejores en la familia y había que tomar una decisión rápido y lo peor fue que pasó durante la pandemia, así que me tuve que hacer las pruebas, la biopsia y todo sola y es más complicado.
¿Ya todo bien, entonces?
Ya estoy estupenda, me veo maravillosa. Me han dejado el pecho genial, y espero poder ponerme algún bikini en Ibiza y descansar, porque creo que me lo merezco, que ha sido un año muy intenso.
Se la ve muy sana y muy en forma. ¿Cómo lo hace? ¿Lleva alguna dieta o entrenamiento especial?
Yo soy muy franca con eso. Yo tengo un problema, y es que me encanta comer. Podría pasar toda la vida sin sexo, pero sin comer no podría. Mis amigos me dicen 'tienes un metabolismo que no te lo crees', y fíjate que no tengo tiroides ni nada de eso. Pero sí es verdad que como muy sano, no tomo bollería, no tomo fritos, trato de no comer demasiado queso porque soy una enferma con el tema del queso. Disfruto de la comida, pero trato de caminar mucho, subo las escaleras andando... y luego tengo una entrenadora personal, que me pone ahí a sufrir y a sudar, que viene muy bien para descargar adrenalina porque voy siempre como una moto. Pero la verdad es que no me obsesiono cuando gano peso o lo pierdo, no me peso casi nunca, si un pantalón me va pequeño, me compro una talla más, y viceversa.
La que está muy en forma es su amiga Georgina Rodríguez...
Bueno bueno, esa se lo curra más que yo, te diré. Hay por ahí algunas que son superconstantes, yo eso lo envidio.
Georgina va a lanzar un reality en Netflix, ¿ha hablado con ella, le ha chivado algo?
Nada, no tengo ni idea de nada, esas cosas es mejor no contarlas, que sea sorpresa. Pero creo que lo está haciendo muy bien ella, ha asumido su rol de una manera muy chula. Y sí nos seguimos en redes, de vez en cuando nos escribimos por esto de que somos mamás las dos de una niña de prácticamente la misma edad. Es una tía muy normal, sinceramente, no es porque sea de Aragón (ríe), me parece muy divertida.
Y si a usted le propusieran hacer un reality de su vida, ¿qué veríamos en él?
Sería como la serie de Valeria, mi vida es una locura, es que pongo un circo y me crecen los enanos, hay gente que no da crédito, pero cuando pasa unas horas conmigo, me dicen 'Adriana, es real'. Para lo bueno y para lo malo, es verdad que me pasan cosas excepcionales y otras que dices 'no puede ser que me haya tocado precisamente a mí'. No me canso. Y cuento con esa estabilidad en la pareja que creo que es muy necesaria cuando vivimos en un mundo tan desequilibrado como es el de la televisión.
Habla de televisión, usted, que estuvo en Sálvame hace ya 12 años, ¿qué opina de la polémica actual en la que se encuentra y con las bajas audiencias?
Mira, si te digo una cosa, no te la vas a creer, pero solo veo HBO. No veo la tele, no dispongo de ese tiempo y aparte es que como no controlo los temas del corazón, estoy muy pez, pues... yo entiendo que es un programa que acompaña a mucha gente desde hace años, yo creo que es maravilloso, pero es que no lo veo, tampoco sigo los realities, yo estoy con mis series.
Hablando de plataformas y tecnología, la historia del robo de su iPhone fue un culebrón muy seguido por sus followers. Cuéntenos esa anécdota.
Pues está en Marruecos. Antes podía seguir la ubicación del móvil tras ser robado, ya no. Pero es que me siento gilipollas, a mi propio móvil me llegaban mensajes para que ellos (los ladrones) pudieran desbloquearlo. Y es que además la manera en la que me quitaron el iPhone cuando fui a hacerme un análisis en la Ruber, me sentí absurda. De hecho, cuando me dieron el golpe yo pensé 'es un golpe de robar', pero luego ya no hilé. Y cuando eché la mano al bolsillo me di cuenta. Y es que justo, yo estaba recién intervenida, yo que nunca me hago fotos desnuda, pues en ese momento todas las fotos que tenía en el iPhone eran de mi pecho, de la evolución de mi pecho que le enviaba al cirujano por WhatsApp. Pues fui corriendo a borrarlas de manera remota, no te cuento el disgustazo, digo 'Si esto sale a la luz...'. Pues ahí está, en Marruecos sigue, que lo disfruten.
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