Josele Román (74 años) triunfó sin rival en los años setenta, cuando irrumpió con fuerza el llamado cine de destape. Desde entonces, no paró de rodar películas, con títulos tan sonados como Don erre que erre, La decente, Tráiler para amantes de lo prohibido o Vente a ligar al Oeste. Seis décadas de exitosa carrera. No solamente se convirtió en una primera figura en el mundo del cine -en su haber hay más de un centenar de películas-, también ha probado suerte en la música y ha protagonizado cerca de 18 obras de teatro.
Sin embargo, hace ya mucho tiempo que su teléfono no suena; el cine y la televisión parece que la han olvidado. En 2019, anunció su ruina. "Hay meses que no tengo ni para comer", aseveró. Agobiada por las deudas y con una pensión que apenas sobrepasa los 600 euros, sin hijos y sin pareja, Josele Román vive una etapa muy dura en su vida. "Este trabajo es como una montaña rusa ya que los directores y productores te llaman si les interesa. Si no es así, te olvidan. ¡Ya ves la pelota que le hacen a otros, como a Pepe Sacristán (83)!", aseguró Román hace unos meses.
No obstante, antes de zambullirnos en su presente, viajemos al pasado. Sus inicios en el mundo artístico fueron como bailarina aunque pronto descubre su vocación como actriz. En 1965 se incorpora a la Compañía de Conchita Montes, con la que debuta en escena con la obra La dama de Maxim’s. Ahí comenzó a forjarse su carrera profesional. Rueda su primera película, Pecados conyugales, en 1969. Se inicia así una etapa que se prolonga 10 años y en la que participa en decenas de películas, la mayor parte de las veces como actriz de reparto en comedias de Mariano Ozores (94), Vicente Escrivá o Pedro Lazaga, entre otros. En 1985 se retira del mundo del cine para dedicarse a la música, llegando a ser arreglista y compositora a la vez que cantante o pianista de varios grupos de música integrados solo por chicas. En 1995, apareció en televisión como una de las intérpretes de la serie de Antena 3 Los ladrones van a la oficina. En los siguientes años ha hecho, de nuevo, algunas breves apariciones cinematográficas. Poco a poco, las ofertas comenzaron a espaciarse. En 2010 aparece en la serie La que se avecina como cameo y, seis años después, rueda su primera película, Kiki, el amor se hace.
En 2019 toca fondo. "Quiero seguir en activo, pero no tengo ofertas. Te aseguro que me quedan muchas fuerzas para trabajar. Las deudas me están matando, tengo una de casi cinco mil euros con un banco que no puedo pagar de golpe. Me llaman todos los días con advertencias muy desagradables. No hay manera de cancelarla, no puedo sacar el dinero de la nada. Me amenazan con embargarme, con quitarme la pensión, la casa…", aseguró en La Razón.
De familia adinerada, sostuvo entonces que no se atrevía a pedirles nada. "Mi profesión es una de las más crueles del mundo, hay que tener muchos ovarios para dedicarse a ella. En los rodajes todos parecen amigos, pero fuera… Si te he visto no me acuerdo. Desaparecen de tu vida", añadió en el citado medio. Acumuló una deuda de por valor de unos 4.000 euros. Aseguró sobrevivir gracias a los 300 euros que le aporta la asociación de actores y a una pensión "mísera", según describió en diversos programas de televisión a los que acudió.
La situación de la actriz era tan dramática que un amigo charcutero le regalaba yogures, "porque no sabía qué hacer con ellos ya que le caducaban al día siguiente y no los podía vender, aunque tú te los puedes comer un mes después", como confesó en LOC. En su humilde casa de Móstoles, que se la compró su madre gracias a una herencia, vive rodeada de gatos, cerca de 30 animales "que van, vienen, no vuelven, se mueren, otros nacen... Gran parte de mis ingresos me lo gasto en su comida".
"A mí lo que me falta es trabajo. Tengo una pensión, pero pago mucho de luz, como todo el mundo. Estoy bien de salud, pero estoy mal de dinero", relataba hace un tiempo Josele en Sálvame sobre el mismo tema. Entonces narraba cómo su último trabajo fue precisamente para Telecinco con un personaje episódico en Señoras del (h)AMPA, donde da vida a la madre de Gregorio. "Ahora no tengo trabajo, pero a mí ahora me sueltan en un escenario y es peor que soltar a un miura", vaticinaba.
Josele recibió en la Navidad de 2019 un regalo inesperado, pues la actriz Ana Navasquillo ofrecía en directo a Josele participar en su próxima película. Según adelantó, la cinta contará las consecuencias del maltrato psicológico. Un trabajo, por supuesto, que será remunerado. "Queremos que todo el equipo y los actores cobren lo que tienen que cobrar", señaló la actriz. A Josele le ofrecieron el papel de madre de la protagonista. Un proyecto con el que, además de recuperar el ánimo y la esperanza en la profesión, seguro que también le ayuda a sanear sus cuentas.
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