Tras la celebración de la comunión de su hija menor Bianca el pasado mes de septiembre, las vidas de Enrique Ponce (49 años) y Paloma Cuevas (48) continúan su discurrir diario. Ambos, haciéndose a su nueva etapa y flamante estado civil tras 25 años juntos. El diestro, afincado en Almería junto a su pareja, la joven andaluza Ana Soria (22). Cuevas, en Madrid, al lado de sus padres y al cuidado de sus hijas, Paloma y Bianca. Ponce, retirado temporalmente de los toros; Paloma, estrenando una feliz e ilusionante etapa como diseñadora de trajes de novia de la mano de Rosa Clará.
Un exmatrimonio, en definitiva, bien avenido, con un gran cariño y respeto por bandera. Hasta ahí, lo que se conocía. No obstante, EL ESPAÑOL ha podido conocer importantes y sutiles nuevos cambios que se están abriendo hueco, con discreción y cuidado, en las vidas de ambos. Novedades que, se explica, en nada afectan a su excelente relación actual, que no ha experimentado ningún cambio.
Por un lado, una persona de total solvencia, y muy cercana al torero, desliza que se está enfrentando a un momento agridulce."Está feliz como un niño chico" con su historia de amor junto a Soria, disfrutando el tiempo libre y la ociosidad que tan poco ha conocido hasta la fecha, pero "lleva regular la distancia" de las personas que más quiere: sus hijas. Le duele tenerlas lejos.
Informa quien bien sabe la verdad que el día de la comunión de Bianca, Ponce "estuvo tan cómodo y tan bien" que volver a 'despedirse' fue doloroso, por más que las ve cuanto quiere y "mucho más de lo que se ve". Pero Almería no es Madrid, y la distancia hay días que pesa más de la cuenta. "Es un padrazo y lo que antes era tiempo indefinido, ahora no lo es y tiene que adaptarse a los tiempos", se apostilla. Cuenta con el apoyo total de Ana Soria, quien lo arropa cuando los días se ponen más grises de la cuenta. También sabe el diestro que algún día deberá dar el paso: presentar a Ana a sus hijas.
De momento, no ha lugar. No es el momento. Tiene que fluir, pero es demasiado pronto. "Ana lo comprende en todo y le anima a viajar y a pasar tiempo con ellas", deja claro la fuente consultada. En otro orden de cosas, este periódico tiene novedades sobre Paloma Cuevas y esa "amistad especial" de la que Informalia arrojaba luz hace unos días. Decía la publicación que se trataba de un médico, alto directivo de una conocida aseguradora sanitaria. El rumor, según lo define la publicación, está candente desde antes del verano. Ahora bien, ¿qué hay de cierto en todo esto? EL ESPAÑOL pregunta, y se le responde lo que sigue: "Te digo que ella está viviendo un buen momento; sale con quien le apetece, se lo pasa bien, pero nada formal ni serio". Conoce a personas y se las presentan. Ahora mismo, Cuevas "no tiene tiempo" para relaciones sentimentales. Sus prioridades son otras.
Sí, está ilusionada, pero en general, con el trabajo y la vida que se le abre: "Es que hay que tener en cuenta que ha estado casada muchísimos años. Esta es una etapa nueva para todos y ella está viviéndola a tope, con ilusión a lo que venga". Otra persona consultada, que conoció bien al exmatrimonio, desliza: "No van a existir imágenes de Paloma Cuevas con ningún hombre, eso te lo garantizo. Se cuidará mucho de que salgan, ese no es su estilo ni lo ha sido nunca". Ahora mismo, Paloma solo tiene el objetivo puesto en sus padres: "Todo gira en torno a ellos. Ellos centran toda su preocupación".
El gran día de Bianca
El pasado 11 de septiembre, sábado, fue un día importante para la pequeña Bianca. La menor pudo celebrar su primera comunión, rodeada de amigos y familiares en la finca La Cetrina, en Jaén. Fue un día muy especial para la familia, pues suponía el reencuentro entre el ya exmatrimonio. Si bien horas antes una fuente de total solvencia desvelaba a este medio que había "nervios" en el ambiente, lo cierto es que la velada transcurrió con absoluta normalidad.
El festejo no pudo ser más agradable. Se reunieron en torno a 45 personas. Todo el mundo arropó a Enrique Ponce, pese a que, según se ha contado en alguna ocasión, tras la ruptura muchas fueron las amistades que se posicionaron al lado de Cuevas, y en detrimento suyo. No obstante, en este día la prioridad era la felicidad de la pequeña Bianca y todo fluyó como debió. Paloma y Enrique querían que su hija menor sintiera la misma emoción y solemnidad que cuando celebraron el sacramento de Paloma, su hija mayor.
Para la fiesta, se contrató una banda de música y un dj. Como siempre solía hacer cuando estaba casado con la hija de Victoriano Valencia, Ponce se arrancó a cantar "rancheras y boleros". Bianca, la gran protagonista de la jornada, lució una creación de Rosa Clará, en colaboración con su madre. Llevó el pelo suelto y un adorno floral. Lució sobre el cuello, además, una cadena con la medalla de la Virgen. Para el acto religioso, se dispuso un altar con un capote bordado. Una vez terminada la misa, todos se desplazaron a la zona de la piscina. Allí, se instalaron varias mesas respetando las medidas de seguridad establecidas por la Covid-19. Tras un breve cóctel, se sirvió la cena. El exmatrimonio se decantó por un menú compuesto de foie y pescado.
Entre los invitados que han asistido figuran nombres como los que siguen a continuación: Naty Abascal (78), Margarita Vargas (37) y Luis Alfonso de Borbón (46), Fiona Ferrer (47), Nieves Álvarez (47) y Remedios Cervantes (57), entre otros. Hubo marcadas ausencias, como la de Ramón García (59), que no pudo asistir porque viajó a Bilbao para estar con su madre.
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