La televisión ha permitido a la audiencia conocer las aristas más personales de Cristina Cifuentes (57 años), algo que no suele mostrar habitualmente un (ex)político. Pero la expresidenta de la Comunidad de Madrid rehúye de convencionalismos y se ha adentrado sin miedos ni prejuicios en un mundo que reconoce que siempre le ha interesado, pero que no domina: la pequeña pantalla. Junto a esta, las redes sociales son la otra ventana a través de la que la abogada madrileña muestra pedazos de su día a día, una rutina que desde hace más de 30 años comparte con el arquitecto Francisco Javier Aguilar Viyuela. De él y de su parte más personal ha conversado con JALEOS en su último evento público.
Buenas noches, Cristina, hoy toca divertirse.
La verdad es que tengo muchas ganas de ver The Hole, que no lo he podido ver y me hace mucha ilusión, y más en una ocasión como esta que es el aniversario. Y sobre todo con la alegría de ver que las cosas ahora ya sí vuelven a la normalidad y empiezan a funcionar ya otra vez todos los espectáculos.
¿Viene acompañada?
Vengo con mi marido.
Precisamente a él le ha dedicado un mensaje muy emotivo por su aniversario.
Hemos hecho 33 años. 33 años aguantándome, eso tiene mérito. Es muy complicado, porque la vida es muy complicada y en una pareja estable tienen que intervenir muchos factores.
¿Cuál es el secreto para durar tantos años?
Hay que tener suerte. También hay que intentar facilitar la convivencia al máximo. Pero sobre todo cuando tienes una relación a lo largo de tanto tiempo con otra persona, todos evolucionamos a lo largo de la vida, la evolución tiene que ser un poco paralela. Es decir, ir andando más o menos por un camino parecido. ¿Eso qué supone? No perderse el respeto, tener aficiones parecidas, divertirse con las mismas cosas, reírse juntos y apoyarse.
Ahora que ya no está en política y su agenda está más despejada, supongo que disfrutará de más tiempo con él.
Bueno y con mis hijos. Mis hijos ya son mayores, pero a pesar de todo siguen muy apegados. Ellos siempre me lo dicen, no me lo reprochan, pero me dicen que menos mal que he dejado la política porque ahora podemos hacer planes familiares. El tiempo no se recupera, pero yo ahora me estoy resarciendo de todo.
¿Celebraron estos 33 años de relación de alguna forma especial?
Estuvimos estas vacaciones en Sicilia, pero tampoco es que lo celebráramos de ninguna manera especial. Lo celebramos haciendo las cosas que nos gustan a nosotros. Nos gustan las mismas cosas, que básicamente es ir al cine, al teatro y de paseo.
Y de la política a la televisión. ¿Qué cree que es más difícil de manejar el entorno de la televisión o de la política?
Bueno el entorno de la televisión también es mundo muy complejo, tiene sus claves. Yo el mundo de la televisión tampoco lo manejo, realmente yo estoy trabajando como abogada que es mi trabajo y la televisión es algo complementario que a mí me gusta mucho, no solo como divertimento. Me perece interesante, siempre es un mundo que a mí me ha atraído mucho como espectadora y me da un poco de pudo opinar de tele porque yo tampoco lo conozco tanto, pero es un mundo complicado.
Entre todos los compañeros con los que ha coincidido en Mediaset, ¿con quién diría que tiene una afinidad especial?
Hay muchísimos. A una persona a la que tengo especial cariño y respeto, además ya la conocía de antes, es a Sonsoles Ónega y, por supuesto, ese gran monstruo de la televisión que es Ana Rosa Quintana, pero a nivel personal con Sonsoles he forjado una amistad.
¿Y esa amistad se ha fraguado en Mediaset?
Bueno yo ya la conocía de antes y seguía su trabajo, tanto en la Comunidad de Madrid, como cuando era la delegada del Gobierno, porque Sonsoles durante muchos años ha cubierto información política en el Congreso, entonces, ya teníamos relación previa. Luego, el roce hace el cariño.
¿Y alguien con el que no termine de tener afinidad?
No, la verdad es que no. No hay nadie, porque yo creo que en la vida, en general, hay que intentarse llevar bien con todo el mundo. Yo quiero tener buena relación con todos mis compañeros, y la verdad es que afortunadamente no he tenido mal rollo con ninguno.
¿Cómo definiría el momento que está viviendo?
Me encuentro muy bien, porque he recuperado mi vida. Yo los últimos años he pasado un calvario. Pero mis últimos siete años u ocho en política yo solamente trabajaba, era todo trabajo. Ahora he podido recuperar mi familia, mi trabajo, poder entrar, salir. Acabo de venir de la vendimia de Valladolid. Tengo vacaciones, tengo vida en definitiva, cosas que a la gente le pueden parecer normales, pero que yo no hacía. Yo jamás iba por ahí a cenar o a pasear. Cuando iba a un museo era por trabajo, al teatro por trabajo. La vida es un regalo, incluso el peor de los días es un regalo.
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