El 20 de marzo de 2020, la vida de Esther Doña (43 años) frenó en seco. Su marido, su razón de amor, el hombre que cambió su destino, Carlos Falcó, fallecía a causa de la Covid-19 tras varios días ingresado en un hospital de Madrid. Ella también estaba infectada de ese virus del que poco o nada se sabía y que se había llevado por delante la vida de su pareja, el recordado y admirado marqués de Griñón.
20 meses después de aquel funesto momento, uno de los peores de su existencia, la empresaria malagueña resurge de sus cenizas, pisa con fuerza hacia adelante y publica un libro: La vida de un gran hombre a través de sus ojos (Ed. Planeta). A lo largo de sus 278 páginas, Esther Doña hace un exhaustivo repaso a su historia de amor con Carlos Falcó, del que fue la cuarta y última esposa.
Sincera con sus lectores, la autora relata lo difícil que fue su aterrizaje en las altas esferas en las que se codeaba un Grande de España o el lastre de soportar a las lenguas de vecindonas juzgando desde todos los foros su profundo amor por el aristócrata, sólo por la diferencia de edad.
EL ESPAÑOL entrevista a la actual marquesa viuda de Castel-Moncayo y con ella habla sobre su ópera prima, su triste despedida de Carlos Falcó, y sobre su relación sentimental con su actual pareja, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz (63).
¿Qué la empujó a escribir este libro?
Perdí a Carlos en unas circunstancias muy duras, no pude despedirme de él y necesitaba hablarle. Este libro ha sido mi homenaje a Carlos y mi terapia para aceptar su muerte.
¿Cómo está siendo la acogida?
Llevamos sólo unos días, pero la acogida está siendo muy buena y estoy muy contenta.
¿Ha tenido reacciones por parte de la familia directa de Carlos al tratarse de un libro que es específicamente de su vida junto a él?
Aún no. Como te digo, acabamos de aterrizar.
¿Qué relación mantiene actualmente con Tamara Falcó, la marquesa de Griñón, y con el resto de hijos de Carlos?
Con todos los hijos de mi marido hay una relación cordial, como siempre he dicho.
No es habitual ver mensajes de texto y whatsapps tan íntimos en un libro, ¿le costó mucho decidir si hacerlo o no? ¿Por qué motivo lo hizo finalmente?
Carlos estaba más que orgulloso de cómo se forjó nuestra relación y fue por WhatsApp y, lamentablemente, terminó de igual manera. Mi marido era muy avanzado en su tiempo.
Defina al marqués de Griñón con tres adjetivos que no estén recogidos en el libro.
Pionero, visionario y grande con mayúsculas.
En el libro habla de que al principio no fue muy bien acogida por una parte de la aristocracia y que alguna mujer de algún amigo de Carlos le hizo algún feo... ¿Por qué ha preferido protegerla en lugar de dar el nombre? ¿Cuál fue el mayor desplante que sufrió en ese ambiente tan elitista?
Son simplemente anécdotas, no creo que tengan mayor importancia. Desde luego nosotros nunca se la dimos.
¿Considera al marqués de Griñón el hombre de su vida?
Hasta el día de hoy sí.
¿Qué recuerdos tiene de aquellos momentos en los que usted vio salir de casa a su marido, pero no pudo despedirse de él? ¿Es ese un dolor que llevará siempre?
Fueron meses muy, muy duros, pero el tiempo va pasando y ya lo veo con más distancia. Escribir este libro ha sido mi mejor terapia para aceptar lo ocurrido y ahora más que dolor, queda el cariño y el recuerdo de estos maravillosos años vividos junto a él.
Hace un relato muy preciso del shock de recibir la noticia de la muerte del marqués mezclado con su propio coronavirus, ya que también estaba infectada. Los momentos en los que, soñando e incluso despierta, creía que Carlos vivía. ¿Ha llegado a recordar todo con nitidez o aún hay pasajes que están difusos? ¿Es uno de los peores momentos de su vida?
Durante mucho tiempo me costó aceptar la realidad, pero supongo que me ha ocurrido lo mismo que a muchas familias. Este virus se ha llevado a millones de personas en las mismas circunstancias. Pero ya lo he superado y, además de la perdida de Carlos, tuve que afrontar la de mi padre, que murió a causa del mismo virus.
Hay una fotografía en el libro que llama la atención. Está usted junto al que era su marido y en un segundo plano aparece el juez Santiago Pedraz, su pareja actual, sobre quien usted ha confesado que era gran amigo del marqués -como confirma la imagen-. ¿En qué contexto tiene lugar esa foto?
En el contexto de nuestro círculo más íntimo. Tanto a Carlos como a mí nos encantaba recibir en casa a nuestros amigos donde disfrutábamos con ellos de veladas inolvidables. Eran momentos muy especiales para los dos.
¿Cómo era la relación entre el magistrado y el que era su esposo?
De admiración mutua y cariño.
¿Y ahora? ¿Cómo ve la vida de Santiago a través de sus ojos?
¡Con mucha ilusión!
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