La enfermedad de David Meca que le genera dificultad para respirar
El catalán se convirtió en nadador por un problema de salud que le desencadena tos, jadeos y opresión en el pecho.
20 noviembre, 2021 03:14Noticias relacionadas
En la última década, la natación española ha vivido uno de sus momentos dorados de la historia. Buena parte de la responsabilidad la tiene Mireia Belmonte (31 años), quien puede presumir de haberse colgado nada menos que 44 medallas en grandes competiciones internacionales, destacando por encima de todas ellas el oro en la final de los 200 metros mariposa de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Pero dejando a un lado los grandes éxitos de la sincronizada, se puede decir que la natación española también ha vivido durante años una larga travesía por el desierto. Eso sí, sería tremendamente injusto obviar los grandes resultados obtenidos por deportistas como David Meca (47), alguien que dejó su sello en una especialidad tan dura y complicada como la natación en aguas abiertas.
En el año 2000 el nadador se convirtió en la primera persona que logró tres medallas en el Campeonato Mundial, celebrado en Honolulu (Hawai). Nada menos que un oro en 10 kilómetros y dos platas -una en 5 kilómetros y otra en 25 kilómetros-. Pero su extenso palmarés no se frena aquí. Antes, en 1998, en el Mundial de Perth (Australia) ya subió al segundo escalón del podio en la prueba de 25 kilómetros, la misma que también le valdría una plata en Barcelona 2003 y un oro en Montreal 2005. En total cerró su carrera con siete metales en diferentes campeonatos del mundo, un hito al alcance de muy pocos nadadores que compiten en aguas abiertas.
A pesar de todo lo comentado, la trayectoria deportiva de David Meca también tuvo algunos sinsabores. Quizás el más recordado fue su positivo por nandrolona en un control antidopaje realizado en 1999. El nadador de Sabadell estaba tan convencido de su inocencia que se lanzó a una pelea en los tribunales para acabar consiguiendo su objetivo en 2002, cuando la Federación Internacional de Natación (FINA) tuvo que revocar dicha sanción.
Fama y popularidad
Mientras abordaba la larga carrera de fondo judicial, David Meca decidió seguir haciendo lo que más le gusta, nadar, pero con unos retos que, además de ayudarle a mantenerse en forma, también daban visibilidad a su causa. Durante varios años se sumergió en apuestas tan arriesgadas como nadar con grilletes desde la prisión de Alcatraz hasta la bahía de San Francisco, cruzar el Canal de La Mancha, el estrecho de Gibraltar o recorrer 44 kilómetros entre La Gomera y Tenerife.
En el año 2010 firmó su último gran hito deportivo, hacer el Camino de Santiago a nado, atravesando el río Ulla con unas temperaturas bajísimas que dotaron de más épica, si cabe, al desafío. Actualmente, Meca se dedica a impartir charlas motivacionales y a formar a nadadores que se enfrentan al reto de cruzar el Estrecho de Gibraltar.
Con el filtro que da el paso del tiempo, quedan pocas dudas de que David Meca es una leyenda del deporte español en general y de la natación en particular, un deporte al que llegó casi de rebote y por una cuestión de salud. “Si no me hubieran diagnosticado asma, seguramente no habría sido nadador”, reflexionaba en unas jornadas en las que, precisamente, se abordaba esta enfermedad. Meca realizó una exposición sobre “una experiencia vital de cómo una persona con problemas físicos se introdujo en el deporte y llegó a ser campeón del mundo de natación”.
Porque sí, hay disciplinas deportivas a las que se pueden dedicar los asmáticos. Además de la propia natación, la gimnasia, el rugby, el esquí y algunas especialidades dentro del atletismo están recomendadas por los especialistas médicos en relación a un problema de salud que afecta a cuatro millones de personas, buena parte de ellos en edad infantil, justo el tramo (80% de los diagnósticos) donde más casos se dan.
La causa del asma no está del todo clara, aunque sí se tiene identificados a algunos factores que pueden desencadenar los síntomas más habituales, como la tos, los jadeos, la opresión en el pecho y, sobre todo, la dificultad para respirar. Precisamente para controlar toda esta sintomatología, los especialistas suelen recomendar el uso de inhaladores, espaciadores y nebulizadores.
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