Hablar de Merche (47 años) significa hablar, sencillamente, de una de las cantautoras más relevantes de España. A lo largo de los últimos 20 años, la gaditana ha escrito canciones, elevadas a la categoría de himno, como Le deseo -donde aceptaba que el hombre al que amaba se había enamorado de su mejor amiga-, Abre tu mente -tema de empoderamiento femenino en el que animaba a una mujer a que abandonase a su maltratador- o No me pidas más amor -obra autobiográfica en la que le decía a un colega, enamorado perdidamente de ella, que sólo podía quererlo como amigo-.
Dos décadas -de éxitos- después, Merche vuelve con Soy como soy, el nuevo single del que será su próximo álbum, 20 Conmigo, que verá la luz en febrero de 2022. EL ESPAÑOL ha entrevistado a la artista y con ella ha conversado sobre música, amor y la prematura muerte de quien fuera uno de los hombres de su vida, Álex Casademunt.
20 años en la música, Merche. Y nuevo single, Soy como soy, pero ¿cómo es la Merche de verdad, la que no conocemos?
Una mujer sencilla, normal, que la mayoría del tiempo lo invierte en la música y en mi hija. Y con aficiones normales. Me gusta leer, ir al cine, pasar un rato con mis amigos, tomar un café, reírme, disfrutar de la vida y de las pequeñas cosas. Nada especial, nada fuera de lo normal.
20 años han pasado casi desde aquella primera canción con la que triunfó y con la que la conocimos todos, No me pidas más amor. La historia de un hombre al que le decía que lo quería, pero como amigo. ¿A usted la han mandado alguna vez a la friendzone?
No. Pero ¿sabes por qué? Porque yo he sio' mu' lista. En el momento en el que a mí alguien me ha llamado la atención y yo veo que por su parte no soy correspondida no he alimentado eso. Nunca me he enamorado de nadie que no haya sentido lo mismo por mí. También por autoprotección.
¿Entonces empezaba a amar pero con el freno de mano echado?
A ver, es que yo una tenía una amiga, cuando estaba en BUP -¡cuando había BUP!- que estaba enamorada del de COU y se llevó enamorada yo no sé cuántos años. Chiquilla, ¿pa' qué alimentas eso? Yo no, yo no. Si veo desde el principio que no hay feeling, a otra cosa mariposa. Es verdad que No me pidas amor fue mi carta de presentación hace ya casi 20 años, en marzo hará 20 años. De ahí vinieron otras muchas canciones que me han dado muchas alegrías, la verdad.
¿Han aprendido los hombres heterosexuales a ser amigos de las mujeres?
Yo sí tengo amigos. De hecho, el protagonista de No me pidas más amor, que es una canción autobiográfica, fue mi amigo en aquel entonces. Ahora hemos perdido el contacto porque cada uno tiró por su lado, pero sí era mi amigo, aunque sabía que no le podía corresponder en otro sentido. Yo he tenido suerte, creo... creo. (Ríe)
¿Y ahora se encuentra con este hombre por la calle se para con él?
¡Claro! Era compañero mío en mis comienzos, cuando trabajaba como Secretaria de Dirección en Astilleros de Cádiz antes de dedicarme a la música.
Este jueves, 25 de noviembre, ha sido el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y todavía hoy, 17 años después de aquel Abre tu mente, estamos luchando contra esa lacra. ¿Considera importante la causa feminista en este sentido?
Parece mentira... Muchas veces lo he dicho en mis conciertos y cuando celebremos esta gira por el 20 aniversario Abre tu mente será una de las imprescindibles. Ojalá no tuviera que cantarla nunca más, pero, por desgracia, y en los últimos años más todavía, parece que ha aumentado, sobre todo en la gente joven. Ahí tenemos que mirar con lupa y concienciarlos. Tienen que aprender que tienen ciertas actitudes que no podemos consentir. Hay que seguir luchando y reivindicando esta lucha. Como te digo, es actualidad y nos queda un montón de trabajo por hacer. El feminismo tiene trabajo por hacer en este sentido y en la lucha por la igualdad, que es realmente lo que es el feminismo: la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Yo he puesto mi granito de arena con Abre tu mente y con muchas otras canciones que hablan de tolerancia, de respeto, de inclusión... Hay que terminar con esta lacra social, que parece increíble, en el año en el que estamos, y con todo lo que hemos avanzado en otras cosas, sigamos con este problema tan vigente.
Usted se declara admiradora de Frida Kahlo, pero ¿quién ha sido su Diego Rivera, es decir, ese amor tóxico del que ha tenido que despojarse para ser usted misma?
Igual que amo a Frida Kahlo y me parece maravillosa, tanto su forma de vivir como de pensar, como su arte... le tengo una manía a Diego Rivera que no te puedes ni imaginar (ríe). Mira que era un maravilloso pintor, pero ni los cuadros me gustan, de la manía que le tengo. Yo no he tenido esa mala suerte. No he estado enganchada a alguien tan tóxico como fue Diego Rivera para Frida Kahlo, aunque fue el gran amor de su vida y se llevaron la vida entera juntos. Era un amor-odio por el que Frida sufrió muchísimo. A lo largo de mi vida, en las relaciones que he tenido, me he sentido muy querida hasta que se han terminado.
En apenas dos años ha tenido que vivir la pérdida de dos personas importantes. Primero fue su padre, Pedro, y hace poco, uno de sus grandes amores, Álex Casademunt. De su padre usted dijo: "Que Dios lo tenga y esté feliz cantando". ¿Sigue una creyendo en Dios después de estos duros golpes?
Sí. A veces no te explicas por qué suceden ciertas cosas, ¿no? Llámalo Dios, energía, universo... Algo hay ahí arriba que a mí me transmite esperanza. Me transmite paz. Por supuesto creo que después del paso de esta vida terrenal hay algo que no se acaba con la muerte. Estoy convencidísima de que mi padre está por ahí arriba cantando Carnavales y haciendo feliz a la gente con su voz maravillosa. Y Álex, exactamente lo mismo. Álex está revolucionando por donde esté y seguro que está hasta más feliz de lo que era aquí, que ya es decir. Por desgracia nos dejó muy pronto, pero tuvo una vida superintensa, disfrutó al 100% de todos sus días y eso es lo que a todos los que le queremos nos tranquiliza: que los años que vivió, los vivió a tope y siendo él y haciendo feliz a los que lo queremos.
¿Por qué Dios entonces es tan injusto arrebatando vidas jóvenes?
Esas son las cosas que te decía antes. A veces dices: "Dios mío, ya vale, ¿no? Para". O cuando los niños tienen enfermedades. Sobre todo con cosas relacionadas con la salud. Los demás son tropiezos y se acabó. Ahí es cuando te planteas dónde está la justicia divina. Quizá es porque, como te digo, les espera algo mejor de lo que tenemos aquí.
Usted es madre de una niña adoptada, Ambika, pero ¿está a favor de la gestación subrogada o son ideas antagónicas?
Estoy a favor de todo lo que haga feliz a la gente y no se haga daño a nadie. No estoy en contra de nada, la verdad. En el caso de la adopción, evidentemente, hoy en día se puede ser mamá y papá de mil formas. Yo quería tener cinco hijos: tres adoptados y dos biológicos. Al final se me ha quedado la cosa en una, pero estoy encantada y feliz de la vida. Estoy a favor de todo lo que sea positivo para la gente, pero que no haga daño a nadie. Viva la libertad.
Como gaditana, ¿qué ha sentido estos días al ver la huelga de trabajadores y el metal?
Muy triste. Afortunadamente he leído que se ha llegado a un acuerdo. Es una pena que se tenga que llegar a esta situación, que tengan que luchar los trabajadores tantos días manifestándose y perdiendo tanto dinero, porque, claro, todos esos días no han cobrado. Y están pidiendo algo que es justo. No es nada descabellado. Me alegro de que hayan llegado a un acuerdo y lo siento por Cádiz. El foco se ha centrado en Cádiz, pero no sólo eran trabajadores de Cádiz los que exigían sus derechos, sino también trabajadores del metal de toda Andalucía e incluso España entera. Si han llegado a un acuerdo, me alegró enormemente y siempre, siempre estaré con los trabajadores.
¿Se ha tenido que enfrentar muchas veces al patrón de turno, a esa persona que ha querido manejarle la carrera o la vida?
No. He tenido también mucha suerte en eso. Siempre he tenido las cosas muy claras. Cuando he querido hacer algo lo he hecho y cuando no, no.
Eso es muy valiente.
Alguna vez he escuchado a algún compañero decir en alguna entrevista que no ha podido hacer la música que quería porque la discográfica no quería... Yo no. Yo, si no hacía lo que sentía, quería y cantaba las canciones que yo componía a mi forma, prefería no hacerlo. Siempre lo tuve claro y siempre se me ha respetado. Siempre he hecho lo que me ha apetecido, me ha salido del corazón y lo que quería transmitir al público.
¿Es complicado mantener los pies en la tierra cuando la fama golpea tan fuerte?
Si eres mínimamente listo (ríe)... Mi trabajo es un oficio más. Efectivamente, recibes el cariño de mucha gente, hay muchas luces, el show business... Tengo la suerte de poder dedicarme a mi pasión, que es la música, y ojalá todo el mundo pudiese ganarse la vida haciendo lo que más le gusta. Por desgracia, en la mayoría de los casos, no es así. He disfrutado y sigo disfrutando muchísimo. Estoy deseando que empiece la gira de estos 20 años y recordar todos esos temas -Abre tu mente, Cal y arena, Eras tú, Si te marchas... - aunque ya los haya cantado un millón de veces. Siempre lo he vivido con muchísima normalidad, con gratitud al público, que no me ha soltado de la mano desde que empecé y creo que nunca he levantado los pies del suelo. Y si en algún momento me ha ocurrido, ya tenía a mi familia a mi alrededor jalándome de los pelos para que volviera otra vez al suelo.
A lo largo de estos años le hemos conocido dos parejas, Álex Casademunt, con quien estuvo cuatro años, y Arturo Requejo, con quien convivió siete. ¿Está enamorada ahora mismo?
¡De la vida! (ríe) Enamorada de la vida, de la música, de mis Merchitos -sus fans- que, después de tantísimos años siguen ahí de mi mano. Están más nerviosos que yo, que ya es decir, por el estreno de Soy como soy. Estoy enamorada del momento vital en el que estoy: feliz, encantada, con muchísima ilusión en el plano profesional y personal. Disfrutando de mi familia, mis amigos, mi niña... Encantá de la vida.
¿Cómo se plantean las Navidades?
En familia. Trabajando mucho, que acabamos de empezar la promoción e imagínate lo que me espera de aquí a Navidad. Sólo pido que el 24 y 25 de diciembre pueda estar tranquilita, aunque está complicá la cosa. Pero en familia, como siempre, con mi madre, mis hermanas, mis sobrinos, mi niña. Mi abuela y mi padre no están, por desgracia, y los echaremos mucho de menos. Pero habrá sonrisas, villancicos andaluces por tos laos y mucho Carnaval también. ¡Viva Cai!
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