El mes de marzo de 2021 no lo olvidarán fácilmente Sara Carbonero (37 años) e Iker Casillas (40). Tras meses de intensos rumores de crisis matrimonial, ambos confirmaban, vía Instagram, su separación tras 11 años de amor y dos hijos en común. Fin a su radiada y emblemática historia amorosa. La ruptura derivó en tsunami mediático.
Semanas y meses de intensa información sazonada con rumores y especulaciones. Al tiempo, llegó la calma y ambos comenzaron a emprender caminos separados en su nueva realidad. Él, disfrutando de su soltería y sin pareja sentimental, al menos oficial, hasta la fecha. Ella, Carbonero, inició una historia de amor con el cantante Kiki Morente (31).
No obstante, pese a esta separación hay vivencias, momentos inéditos y pasajes que siempre unirán a Sara e Iker. 11 años de amor dan para mucho, amén de dos hijos, Martín y Lucas. Ambos cuentan con amigos en común, y más que habitual era ver a Sara en el pueblo natal del exportero, Navalacruz, en Ávila. También hay testimonio gráfico de Iker Casillas en el pueblo de su exmujer, Corral de Almaguer, en Toledo. Esta historia que se cuenta se centra en el municipio de ella. Allí, Sara e Iker acondicionaron su casa, su hogar, el lugar familiar donde se escapaban junto a sus hijos del bullicioso Madrid.
Iker fue uno más en el pueblo de Sara. De hecho, a día de hoy, el deportista conserva grandes amistades y se desplaza al pueblo para continuar disfrutando de ellas, como informó en exclusiva hace unos meses EL ESPAÑOL. Ahora, este periódico ha podido ampliar esa información y conoce una suerte de 'rincón secreto' donde Sara e Iker disfrutaban siendo matrimonio y que, según le consta a este medio, continúan haciéndolo por separado. Ese rincón se encuentra en el conocido restaurante El Patas, a las afueras del municipio.
En este establecimiento se le tiene un especial cariño a Sara Carbonero, la 'estrella' que salió del pueblo para triunfar y hacer historia en el periodismo. Allí, en El Patas, Sara cuenta con su altar particular, su rincón secreto. Es su 'segunda casa', su sitio de confianza cuando de comer, bien, se trata. En una parte reservada del restaurante, se esconde el lugar donde Sara Carbonero y los suyos celebran los grandes acontecimientos familiares. Primero se accede a un gran salón y, dentro de este, a una sala con puerta corredera. La sala de Sara, el "rincón de Sara Carbonero", como reza el cuadro que preside su mesa, la de siempre, la número 19.
La que le espera todo el año. Todo queda reservado 'sine die' hasta que la periodista visita el pueblo. En una vitrina presidencial, un vestido de Sara Carbonero, "que cedió ella". Según explica quien bien conoce la historia a este medio, "no siempre que viene come allí o come fuera, pero ella ya sabe que allí tiene su rincón para comer tranquila y lejos de miradas curiosas", se asegura. En estas fechas señaladas que se avecinan, la Navidad, la presentadora -antes junto a Iker Casillas- tiene la costumbre se desplazarse unos días al pueblo, junto a sus hijos, para que su madre, Goyi, disfrute de ellos.
Se esperan comidas familiares en este restaurante también este año, como informa una persona próxima a Sara. En este restaurante están especializados en la paletilla de cordero, plato preferido de Sara Carbonero y que siempre pide. También el paté y el buen vino están entre sus peticiones más especiales. Como se decía líneas arriba, Iker Casillas sigue visitando Corral de Almaguer pese a la separación. Queda con uno de sus mejores amigos, el marido de la hija de los dueños de El Patas.
Con este hombre fue visto el deportista el pasado mes de agosto. "Es muy llano y cuando viene se deja ver en los sitios con total naturalidad, siempre ha sido así. Mucho más que Sara, que es más de casa. Él es de celebrar y pasar buenos ratos. Cuando estaban casados, el que más llevaba a los niños a la piscina municipal era él", informó hace un tiempo una fuente toledana consultada.
Tal y como se hizo constar, Casillas se 'escapa' al pueblo de Sara Carbonero con frecuencia, lo hace siempre como él es: desde la discreción. "Cuando se le pide una foto no tiene nunca inconveniente en echársela, aunque le gusta pasar desapercibido. A él le encantan los pueblos y su tranquilidad", se apostilla como cierre. En otro orden de cosas, en lo que respecta a Sara Carbonero y su nueva ilusión junto a Kiki Morente, se insiste en que ambos "siguen con lo suyo, están juntos y muy bien. No hacen caso de nada de lo que se dice y van a su aire". Viven el día a día, y desliza esta persona con la que se contacta que la forma de ser y de pensar y vivir de Morente ha significado "aire fresco" para la periodista en este tiempo tan complicado que le ha tocado afrontar tras su ruptura de Casillas. Se cayeron bien nada más verse y él la invitó a un concierto suyo. La música y el arte hicieron el resto. Precisamente porque no le ponen nombre a lo que viven se informa que están actuando "con tanta normalidad" para su entorno. Sara ya conoce a la familia de Kiki más en la intimidad.
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