El pasado 13 de diciembre, lunes, la actriz Verónica Forqué se quitó la vida en su domicilio del madrileño barrio de Chamartín. 48 horas después del trágico suceso, la autopsia practicada al cadáver de la famosa intérprete confirmaba el suicidio. La protagonista de películas como Kika y Sé infiel y no mires con quién presentaba una lesión traumática en el cuello, de acuerdo con el estudio forense.
El motivo de su fallecimiento se debió a una asfixia mecánica por ahorcadura. No se hallaron en su cuerpo ningún tipo de signos de violencia, hematomas ni tampoco indicios que apuntasen a la ingesta de cualquier sustancia que haya podido provocar su muerte. La propia Forqué, la mujer de la eterna sonrisa, habló en más de una ocasión de las dos grandes depresiones que marcaron su vida por siempre.
Incluso, en un programa de televisión, Sábado Deluxe, aseguró, rotunda, que se le había pasado por la cabeza la intención de irse para siempre. Forqué ha dejado tras de sí a una hija, María Clara Iborra Forqué (31 años), totalmente noqueada y destrozada. También a familiares y buenos amigos, anónimos y conocidos. Un reguero de asideros emocionales que, desolados, le han dado el último adiós a la gran artista.
Esas dos depresiones que padeció en vida las fechó Verónica en torno a tres grandes acontecimientos que rasgaron su existencia. El divorcio de su marido, y padre de su única hija, el director de cine Manuel Iborra Martínez, en 2014; la muerte de su hermano, Álvaro Forqué, también en ese año; y un achaque de ciática. Demasiado dolor en poco tiempo que la hundieron en un pozo de oscuridad. Sobre su separación, Forqué sostuvo en diversas entrevistas: "Yo tuve una depresión muy grande, porque había estado muchos años viviendo en pareja y, además, tenemos una hija maravillosa. Pero dejé de quererle. Se acabó y se acabó".
Y añadió: "Cuando me di cuenta de que no lo amaba se me vino el mundo encima. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo lo iba a decir? Mi vida, mi hija..." Según cuenta a EL ESPAÑOL una persona cercana a la celebérrima actriz, a raíz del divorcio estuvieron años sin hablarse. "Vero era una mujer, ahí donde la veías, muy tradicional para sus cosas y verse que no estaba enamorada fue un golpe duro en vez de una liberación", apunta alguien que la conoció bien. Llegó la primera depresión a su vida. "De aquello no levantó cabeza nunca", afirman categóricamente. La depresión seguía acechándola. Manuel, sostienen al otro lado, nunca dejó de quererla y admirarla en tiempos de relación. De hecho, "Vero fue su musa en varias producciones. Hasta el mismo año del divorcio, 2014, le dio el papel protagonista en la película The Leftovers".
Algunos medios han apuntado en las últimas horas que Manuel Iborra Martínez no acudió ni al tanatorio ni a la capilla ardiente de la que fue su mujer. La fuente consultada ni confirma ni desmiente, pero matiza: "No te lo sé decir, pero eso no significa nada. Cada uno lleva el duelo como puede o como quiere. Él adoró a Verónica y no hace falta ir a los sitios para demostrarlo". Esta misma persona desliza que el padre de María Forqué está siendo su principal bastón en estos momentos, junto a su pareja sentimental.
Una de las fuentes consultadas hace un especial hincapié con este periódico: "No es justo que se reduzca la depresión de Vero al divorcio, no se ajusta a la verdad. Los que conocimos cómo era su relación con Álvaro sabemos lo que le afectó su pérdida. La dejó hecha un guiñapo". Verónica Forqué habló del fallecimiento de su hermano del siguiente modo: "Estoy triste porque he perdido a mi hermano Álvaro, y eso es difícil de asumir. Solo éramos los dos y estábamos muy unidos, pero lo más duro fue tener que darle la noticia a mi madre, que tiene 91 años. Algo para lo que nadie te prepara. No lo hemos hecho oficial porque preferimos pasar el duelo en familia".
También declaró en Diez Minutos por entonces: "Cómo será que yo todavía levanto el teléfono para llamarle, para hablar con él. Álvaro era un ser adorable, al que todo el mundo quería mucho porque era muy positivo y muy sociable". El cuerpo sin vida de la actriz, querida y admirada por todos, fue encontrado en el baño de su casa por la señora encargada del servicio de su hogar. Tal y como desvelaron en el programa Ya es mediodía de Telecinco, Verónica Forqué informó a su trabajadora que iba a darse una ducha.
La asistenta, al ver que tardaba más tiempo de la cuenta, se preocupó, llamó a la puerta, entró en el baño y se encontró a Forqué en el suelo inconsciente. Rápidamente llamó a los servicios de urgencia del SUMMA 112 y a la Policía Nacional alertando de un intento de suicidio. Los agentes y sanitarios que se desplazaron al domicilio ubicado en el número 7 de la calle Víctor de la Serna nada pudieron hacer por su vida.
Tras su inesperado y triste fallecimiento, los restos mortales de Verónica Forqué fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde se le realizó la autopsia para esclarecer las causas exactas de la muerte. Con la prueba forense ya concluida, el cuerpo de la actriz abandonó el Anatómico en un furgón fúnebre, rumbo al Tanatorio de San Isidro, donde fue velada por sus familiares y amigos más cercanos. Un día después el cadáver fue llevado al Teatro Español, donde tuvo lugar la capilla ardiente.
[Más información: Verónica Forqué murió por "asfixia mecánica por ahorcadura": se desvela la causa de su muerte]