Liberto López de la Franca se despide de su gran amigo Carlos Marín: "Se nos ha escapado hacia la eternidad"
El que fue profesor del reality 'Las Joyas de la Corona', y jefe emérito de la Casa Real de Leandro de Borbón consideraba al cantante su "hermano mayor".
20 diciembre, 2021 08:43Noticias relacionadas
Este domingo 19 de diciembre el cantante Carlos Marín, integrante del famoso cuarteto Il Divo, fallecía a los 53 años en un hospital de Inglaterra, donde permanecía ingresado en la UCI desde el pasado día 8 de este mes, tal y como informó entonces en exclusiva EL ESPAÑOL. La muerte del barítono español ha conmocionado al mundo, a su multitudinaria legión de fans, pero sobre todo a los que formaban parte de su círculo más íntimo, y entre ellos estaba su gran e íntimo amigo Liberto López de la Franca.
Liberto alcanzó la fama en la televisión de nuestro país al fichar como profesor del programa Las joyas de la corona y también participó en el reality Acorralados. Pero su currículum es mucho más vasto que toda su repercusión mediática y gracias a su posición se codeaba con personalidades de la talla de Carlos Marín, a quien consideraba un hermano.
López de la Franca es presidente del Real Instituto Alfonso XIII, historiador, humanista, biógrafo, investigador y profesor de historia universal. Y este domingo por la noche, absolutamente desvelado por la muerte de su gran amigo, ha querido redactar unas duras, emotivas y desgarradoras palabras para despedirse de él. A continuación se transcribe el comunicado completo:
En la tarde de ayer día 19 de diciembre ha fallecido en Manchester (Reino Unido) Don Carlos Marín Menchero (1968-2021), componente de IL DIVO.
Al recibir la desgarradora e increíble noticia de su deceso, me ha golpeado fuertemente, quedando conmocionado y destrozado, ante la prematura muerte de uno de los más grandes e íntimos amigos que Dios me ha regalado en la vida, el cual será por siempre - y creo no exagerar mi hermano mayor.
Desde el inicio de su dolencia estuve puntualmente y en todo instante informado vía telefónica, expectante sobre la evolución clínica a través directamente de su expareja e íntima amiga mía Doña Geraldine Larrosa, así como de los medios de información.
El pasado viernes dispuse se celebrara la Santa Misa ante Nuestra Señora de los Torneos, rogando a Dios para que le restituyera la salud que había perdido, y asistiendo yo personalmente a la celebración eucarística. No he dejado por ello de elevar plegarias al Altísimo, rogando por un milagro.
Carlos se nos ha escapado hacia la eternidad. Se nos marchó un hombre maravilloso, humilde, bellísimo de alma y cuerpo, libre y simpático que irradiaba luz, con un corazón grandioso, generoso y excepcional, sin parangón. Un ser humano irremplazable por las grandes virtudes que atesoraba y dimanan de su espíritu. Aún hoy tras su inesperado viaje al reino de los cielos, sigue y seguirá a mi diestra acompañándome y otorgándome ese valor indiscutible de nuestra íntima amistad.
Mi dolor sufrimiento y lágrimas es doble; por el amigo entrañable y el genio de la música que ha sido y que la muerte nos ha arrancado injustamente, en plena juventud del curso de su triunfal vida.
Mi pensamiento se coloca ahora, en estas horas luctuosas de abatimiento y desgracia, en su madre y hermana, y especialmente en quien fue su esposa, amiga y compañera Innocence -Geraldine Cerceda Larrosa-, su suegra Doña France Larrosa, su ahijada Scarlett y en todos los que le amaban y querían.
Nuestro barítono de cristal deja tras sí una inconmensurable carrera y su arte para la historia, el cual dimanará a raudales, convirtiéndose desde ayer en una leyenda y un mito para las generaciones venideras por infinitas eternidades.
Ahora queda tan solo velar su cuerpo enterrando un pedazo de nuestro corazón y restañar el daño irreparable en nuestra alma herida por Carlos.
Sereno mi pensamiento y firme mi corazón frente al final de este annus horribilis, el cual será recordado como el de la mayor pérdida humana de familiares y amigos, elevando a Dios oraciones para que tenga misericordia de mí y del mundo entero.
Por último, recordar a Horacio, en este trance de mi vida con sus palabras ante la historia Nom omnis moriar -No todo moriré-. En Carlos Marín se cumplirá un triunfo, pues vivirá eternamente ante asombro de las generaciones.
Tú que ahora duermes en la Paz del Señor, impelenos fuertemente a la vida, no nos olvides nunca, descansa ahora en el regazo y brazos del Señor de la vida eterna. Amén.
Dado en Ciudad Real, a las 05:00 horas de la madrugada, de hoy diecinueve de diciembre de dos mil veintiuno.
José Liberto López de la Franca y Gallego
[Más información: Muere Carlos Marín, cantante de Il Divo, a los 53 años]