La hija de Verónica Forqué, María Iborra (31 años), ha querido dedicar una desgarradora carta de despedida a su madre, 10 días después de su muerte. La afamada actriz se quitaba la vida el 13 de diciembre en su domicilio, y dejaba devastada a su única hija, que pese a mostrarse fuerte y serena en público, no pudo reprimir las lágrimas en privado.
La joven rompió su silencio esta misma semana y se manifestó en sus redes sociales para agradecer las muestras de cariño recibidas. También quiso despedir de forma breve y escueta a su madre con varias fotos y textos compartidos en su Instagram, pero no ha sido hasta pasados unos días de su triste pérdida cuando la Dj ha hablado abiertamente de sus sentimientos.
Lo ha hecho a través de una carta escrita para la revista Shangay. La especial misiva lleva como título: Un ser de luz llamado Verónica Forqué. Todo un homenaje repleto de amor a su madre fallecida.
En sus líneas redactadas ha pedido que se acabe con "la vergüenza asociada a la salud mental" y ha opinado que "hay que normalizarla como normalizamos tener un constipado", porque "si se esconden los problemas mentales no se pueden solucionar".
"¡Cómo no vamos a tener problemas mentales en esta sociedad de consumismo, llena de gente arisca y egoísta! Sería antinatural", ha detallado María Iborra Forqué en su escrito.
"Mi madre vino a dar luz. No se ha ido, solo está en otra habitación. No tiene cuerpo, pero su energía está más presente que nunca, porque ahora es omnipresente. Cuando necesito un abrazo se lo pido, tú puedes hacerlo también", asegura María.
Según explica la joven, cuyo nombre artístico es Virgen María, su madre "ya no se veía capaz" de dar luz como ser humano en la Tierra y "decidió irse a un plano más elevado y no material". "Ella me enseñó que la muerte no existe, que la reencarnación sí; que el cuerpo humano es solo eso, un cuerpo, que transporta lo que realmente somos y viaja infinitamente por el universo", expresa.
A continuación, añade: "Tenemos que cambiar esta manera triste y negativa de ver la muerte en Occidente, porque es irreal y nos hace sufrir. Y el suicidio también está muy estigmatizado por la influencia de la Iglesia. ¿Por qué alguien no puede acabar con su vida, si es suya? Quién mejor que uno mismo para decidir que no quiere seguir más en este juego e irse al siguiente".
María hace hincapié en "respetar su decisión: a ella lo que le gustaba era ayudar, y aquí su misión había acabado" y "el círculo se había cerrado" señala la joven. Y el final de su carta muestra una vez más su forma de concebir la muerte y al mismo tiempo lo mucho que ama a su madre: "Te quiero infinito, mamá. ¡Qué envidia que ya sepas qué hay después de la muerte terrenal! Te siento, y nos vemos pronto, en la siguiente etapa, porque la vida dura un segundo.
[Más información: El último vídeo que Verónica Forqué grabó a su hija: 5 meses antes de morir y en su momento más delicado]