Diez días después de su inesperado fallecimiento, los restos mortales de Carlos Marín, la voz española del grupo Il Divo, han sido enterrados en una emotiva ceremonia en la más estricta intimidad en el madrileño cementerio de La Almudena junto a los restos mortales de su padre, como era el deseo del cantante de Il Divo tal y como adelantó EL ESPAÑOL.
Fue el pasado 19 de diciembre cuando el artista, de 53 años, fallecía en un hospital de Manchester -en el que estaba ingresado desde hacía casi dos semanas-, a causa de las complicaciones derivadas del coronavirus. Una muerte que dejaba completamente impactado a nuestro país, donde el barítono gozaba de una gran popularidad y donde, después de su repatriación del Reino Unido, era despedido por familiares, amigos y admiradores en el tanatorio de San Isidro el pasado martes 27 de diciembre.
Un día después, la mujer de su vida, Geraldine Larrosa - con quien se había reconciliado después de su separación matrimonial en 2009- su madre, Magdalena Menchero, su hermana Rosa Marín y otros familiares cercanos asistían a la incineración de Carlos, una íntima ceremonia en la que vimos escenas de auténtico dolor en todos aquellos que querían al artista y que todavía no podían creerse su fallecimiento.
Y este pasado miércoles 29 de diciembre tanto su pareja como su familia más íntima sepultaban las cenizas del cantante de Il Divo en el panteón familiar del cementerio de La Almudena, donde sus restos mortales ya reposan al lado de los de su padre. Un último adiós al barítono en el que se demostró la unión que hay en estos complicados momentos entre Geraldine y Magdalena.
Más serenas que en días anteriores, ambas se abrazaron emocionadas después del emotivo responso que el párroco pronunció en memoria de Carlos, uno de los grandes pilares de su vida, del que se han despedido para siempre intentando lucir una sonrisa por el artista, ya que como confiesan es lo que él hubiese querido.
Su incineración y un homenaje
Desde este pasado martes 28 de diciembre, el artista, que fallecía el pasado 19 de diciembre a causa del coronavirus, ya descansa en el camposanto de La Almudena tras ser incinerado. Según pudo confirmar este periódico por testigos presenciales, la incineración tuvo lugar a las 12:50 hora de ese día. Hasta allí se acercaron familiares y amigos de Marín. En total, unas 50 personas, que escucharon un breve responso de unos cinco minutos.
De las primeras en llegar a La Almudena fue la madre de Carlos, quien sufrió una pequeña indisposición fruto del gran disgusto este pasado lunes en el velatorio, y su hermana, Rosy Marín. Geraldine Larrosa, el amor de la vida de Carlos Marín, su exmujer, conocida artísticamente como Innocence, llegaba en un coche aparte, rota de dolor. Dentro del cementerio de La Almudena se han vivido momentos de dolor y aflicción al recordar la partida de Carlos Marín. La que fuera su esposa, Geraldine, no ha podido evitar acercarse y tocar el ataúd con los restos mortales de su gran amor.
Si bien los compañeros de Carlos Marín no estuvieron físicamente ni en el velatorio en el Tanatorio de San Isidro, ni en la posterior incineración, Urs Bühler (50 años), Sébastien Izambard (48) y David Miller (48) sí le rindieron un emotivo homenaje el 28 de diciembre a través de la cuenta oficial del grupo en YouTube. Así, de este modo, quisieron despedirse de su compañero, el hombre de la eterna sonrisa, como lo definieron. "A Virtual Celebration Of Life" ("Una celebración virtual de vida") fue el título con el que se recordó a Carlos Marín, cuya voz permanecerá siempre en la vida de todos.
Más allá de sus sentidos discursos, el que más destacó fue el de la hemana del barítono, Rosa Marín. Subrayó, ante todo, el gran orgullo que sentían por el cantante: "Quiero dar las gracias a todo el mundo por el amor y el apoyo que nos habéis dado. Todo el mundo lo quería muchísimo. Gracias a todos. Estamos muy orgullosos de mi hermano. Siempre estará en nuestros corazones. Ahora estará cantando en el cielo, con los ángeles y será joven para siempre".
Fue el pasado 15 de diciembre cuando este periódico informó en primicia del grave estado de salud en el que se encontraba el cantante. De acuerdo con la información a la que tuvo acceso EL ESPAÑOL, el vocalista de Il Divo permanecía ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Manchester. Allí, Carlos Marín tenía su oxígeno comprometido y permaneció entubado y en coma inducido desde principios del mes de diciembre. Nada se pudo hacer, en cambio, por salvar su vida.
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