Desde que el pasado martes 8 de marzo, bien entrada la tarde, saltara la noticia del ingreso en una residencia de Madrid de Concha Velasco (82 años), prácticamente no se ha hablado de otra cosa en los medios de comunicación, y los titulares no han dejado de sucederse en prensa escrita, medios digitales, televisiones y radios.
De hecho, su hijo mayor, el cineasta y escritor Manuel Martínez Velasco, ha tenido que salir al paso de las fuertes críticas que ha recibido en las redes sociales. Manuel ha concedido diversas declaraciones al respecto, en aras de proteger la intimidad y honor de su progenitora. Sea como fuere, han sido horas frenéticas, intensas y agotadoras para él.
Su discurso se resume en tres grandes ideas: su madre está feliz en la residencia Santa Matilde de Madrid; la decisión la aprobó ella en primer lugar; y no existe nadie que quiera más a la célebre actriz que sus propios hijos. Según se confirma a EL ESPAÑOL, el primogénito de la magna Concha se ha visto sobrepasado por los acontecimientos.
Tanto, que ha tenido que paralizar, de momento, la promoción de su primera novela, Cosas que no debes hacer la noche antes de casarte. "Manuel es un tío muy sensible, que cometió el fallo de leer mensajes que sólo quieren hacer daño. Las redes pueden herir de la peor forma", informa un gran amigo suyo a este medio. Concha Velasco está bien cuidada y atendida en su nuevo hogar, en su suite "palacio", como ella la llama.
Un extremo, por si hubiera alguna duda, que ha refrendado este periódico a través de fuentes de total solvencia. La emblemática actriz de La habitación de María -su última función antes de la retirada, escrita por su hijo Manuel-, no se encuentra sola en ningún momento del día. Los profesionales que la asisten, y sus familiares y amigos, la arropan con mimo.
Por la mañana, Velasco acude, animosa, a clases de rehabilitación con su fisioterapeuta. Él, en la medida de lo posible, la pone a punto y su propio hijo ha explicado que su mejoría en las últimas tres semanas ha sido más que notable. "Ya da sola pequeños paseos, al menos en la habitación con su andador. Es un gran avance", sostienen.
Por la noche, a su lado, sin dejarla ni un momento, su "ángel de la guarda", la mujer en la que más confianza deposita: Charo. Su cuidadora más especial, como ha destacado el propio Manuel.
Charo está en el momento del día más complicado: la noche. Pero la complicidad entre paciente y profesional ha sido vista como una bendición para sus hijos. En otro orden de cosas, Manuel Martínez Velasco ha asegurado en las últimas horas que su madre tiene más vida social que nunca, que recibe muchas visitas en su residencia, en horario de tarde, y que éstas le reflotan el ánimo.
EL ESPAÑOL ha conocido de cerca cómo los amigos íntimos de la gran Concha, anónimos y los que la profesión le ha brindado, se turnan para verla. Una de las últimas personas que la ha visitado, según confirma este medio, ha sido la presentadora y periodista navarra Mariló Montero (56). Fue una conversación "muy emotiva y entrañable", entre amigas. "De risas y recordando anécdotas".
La fuente con la que se contacta incide en que Velasco tiene grandes amigos, y se subraya con especial cariño la figura de Jesús Cimarro, amigo íntimo de ella y el productor de algunos de sus grandes éxitos sobre las tablas. "Él ha estado siempre, eso te lo puedo jurar porque lo he visto con mis propios ojos. En los buenos y malos momentos. Es de esos amigos fieles", se desliza. Cimarro también cimentó una estrecha relación con la genuina Lina Morgan.
La explicación de Manuel
Este pasado miércoles, este periódico pudo localizar, en primicia, la ubicación del que es el nuevo hogar de la celebérrima artista desde hace algo más de tres semanas.
Se trata de la residencia Santa Matilde, en el céntrico barrio Cuatro Caminos, cerca del metro Alvarado de Madrid. Este centro destaca por su ámbito "cálido y familiar". Es un retiro colorido y acogedor donde Velasco se encuentra "estupendamente" y como en casa.
"Lo estamos probando como algo temporal y, de momento, estamos muy contentos. No es un Centro de Día, es una residencia completa. Lo que pasa es que primero empezamos probando como Centro de Día y luego dijimos de pasar una noche. Decidimos que estaba bien, fuimos llevando cosas suyas. Nos dieron una suite grande", aseguró, siempre amable, cercano y presto, su hijo mayor, Manuel, en conversación con este medio.
Como es obvio, no fue una decisión fácil, pero sí muy necesaria. La primera que estuvo de acuerdo fue la propia Concha, siempre tan independiente y autónoma. Nunca fue ella partidaria de verse "a cargo de nadie".
Explica quien bien lo sabe que la mayor preocupación de la familia en estos momentos -de sus hijos-, es que se deje tranquila a Velasco, que su día a día no se vea afectado o perturbado en exceso por llamadas o mensajes de su entorno y de prensa.
"Ella responde a algunas llamadas y WhatsApp. Es muy generosa, siempre lo ha sido y ha favorecido el trabajo de la prensa, pero se merece reposo y descansar. No estar analizando sus palabras", desliza la persona contactada.
De hecho, su hijo Manuel ha pedido encarecidamente a los medios que, de necesitar contrastar alguna información que ataña a su madre, se lo llame a él. "Sólo pido eso, porque mi madre es una persona mayor. Espero que lo entiendan", aseguró hace unas horas en su charla con este medio.
En esa línea, es consciente el cineasta y flamante escritor del gran interés que suscita la gran Velasco, dada su colosal trayectoria, pero Manuel llama a la sensatez y al sentido común: "Tenemos que proteger la intimidad de nuestros mayores. Cuando se baja el telón, mi madre es una persona mayor que su familia protege".
[Más información: La blindada vida de Concha Velasco en su residencia con ejercicios para la artrosis y la petición de su hijo]
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