Este martes 15 de marzo de 2022, con media España cubierta de una tormenta de polvo por la borrasca Celia, es un día marcado en rojo, muy especial, para la cantante Malú: cumple 40 años.
La pareja sentimental de Albert Rivera (42), y madre de la pequeña Lucía (1), alcanza las cuatro décadas disfrutando de una vida que nada tiene que ver con la de sus inicios profesionales. Ni siquiera con la que protagonizaba hace unos años. La vida de Malú, en efecto, ha estado en constante cambio y evolución.
Sobre todo, supuso un claro punto de inflexión cuando hace tres años se descubrió su historia de amor con el que fue líder de Ciudadanos y, más tarde, se convirtió en madre. En ese momento, María Lucía Sánchez Benítez, más conocida artísticamente como Malú, se retiró de los escenarios, al principio por problemas de salud y después para ejercer de madre a tiempo completo.
Una 'vida búnker' que, debido a sus 20 años como cantante, va a relajar para la promoción de su nuevo disco, Mil batallas. De hecho, en breve comienza una gira por España. Librando todas las guerras habidas y por haber -pasó una lesión en la rodilla y una hernia discal-, la cantante se está preparando para arrancar su próximo gira de conciertos y lo hará con un impresionante show previsto para celebrarse el próximo 12 de mayo en el WiZink Center de Madrid.
Pero la vida de Malú está repleta de vivencias enriquecedoras de las que pocas, muy pocas cantantes pueden presumir. Tras de sí, existe un vasto y sonoro y rimbombante apellido que Malú siempre ha llevado a gala: es hija de Pepe de Lucía (76). Por si esto no le diera suficiente empaque, su padrino fue el cantante Alejandro Sanz (53).
Una infancia muy artística
La intérprete nació en Madrid, aunque sus raíces se remontan a Andalucía: su padre era de Algeciras y su madre de Sevilla. Como muchos ciudadanos de provincias, el cantaor Pepe de Lucía y la bailaora Pepi Benítez se marcharon a la capital buscando un mejor futuro. "Mis padres se conocieron trabajando en Madrid, en el tablao Las Brujas", explicó la cantante en una entrevista con Bertín Osborne (67).
De esa relación nació María Lucía Sánchez Benítez. Al segundo día, su tía Reyes le puso Malú porque decía que María Lucía era un nombre muy grande para una cosa tan pequeña. Sus primeros años de vida los pasó entre Sevilla y Algeciras. De pequeña "era muy preguntona, tenía que entenderlo todo, y aún me pasa (...) Era muy mala, creo que ahora soy más buena", aseguró.
Llevaba la música en las venas, siempre cantando y poco tiempo ante los libros: "Del cole era difícil que me gustara algo… Hacíamos majoret y era lo que más me gustaba. Luego quise entrar en el grupo de música, pero no me dejaron porque decía el profesor que no tenía voz para el coro", a lo que ha añadido en varias ocasiones que "con tal de no ir a la escuela era capaz de hacer cualquier cosa".
A pesar de lo que pudiera decir su antiguo maestro, el talento de la joven era innegable. Malú llevaba el "arte" en la sangre, y había bebido de grandes profesionales como sus padres o su tío, el legendario Paco de Lucía. Por eso no extraña que con sólo 15 años el productor Jesús Yanes quisiera captarla tras escucharla cantar en una fiesta familiar.
Sus discretas relaciones
Sobre su infancia y su carrera ha hablado Malú sin reparos, pero lo que concierne a su vida personal es un caso diferente. La artista es muy celosa de su intimidad, y no le gusta que le pregunten por sus amores o sus relaciones.
Lo máximo que ha llegado a decir respecto a su vida privada es: "Me han roto muchas veces el corazón". Antes de Albert Rivera, la relación amorosa que más titulares copó en prensa fue la que protagonizó con Gonzalo Miró (41). Fueron casi tres años de constantes idas y venidas desde 2015 hasta octubre de 2017, cuando trascendió a la prensa su ruptura.
Aunque nunca se llegó a saber con certeza el motivo de su quiebre amoroso, fuentes cercanas a la expareja apuntaron a que hubo un distanciamiento debido al ritmo de trabajo de la cantante.
El 20 de febrero de 2019 se oficializó la llegada de Albert a la vida de la cantante. Una revista del corazón publicó entonces que el entonces candidato a la presidencia del Gobierno y la cantante de temas como Blanco y negro eran "más que amigos". La información era cierta, pero debía primar la prudencia ya que, si acceder al entorno de la hermética pareja era complicado, fotografiarlos juntos era una misión imposible.
Hubo que esperar hasta junio, cuatro meses después, para captar la primera imagen de Malú y Rivera. Fue en un centro comercial, en concreto, en la sección de maquillaje, donde ambos hacían su día a día con bastante naturalidad.
Por aquel entonces se supo que sus planes eran ir al cine, a algunos restaurantes -no demasiado concurridos-, hacer cenas en casa con amigos íntimos y visitar a sus correspondientes familias. Eran, sin lugar a dudas, las dos personas más perseguidas y buscadas de España.
Un año y medio después de que se conociera su romance, en junio de 2020, la intérprete de Aprendiz y el expolítico traían al mundo a su primera hija en común -la segunda para él-, una pequeña a la que pusieron de nombre Lucía por tradición en la familia de ella. El verdadero nombre de Malú es María Lucía, que a su vez es hija del cantaor Pepe de Lucía y sobrina del mejor guitarrista flamenco de todos los tiempos, la leyenda Paco de Lucía.
Su día a día hoy es radicalmente opuesto al de aquel momento de exposición y seguimiento mediático masivo. Desde que Albert dejase la política a finales de 2019 tras la debacle de Ciudadanos, naciera Lucía y se mudasen a una impresionante casa en la exclusiva urbanización La Florida, a las afueras de Madrid, en su vida reina la discreción y el silencio.
20 años sobre los escenarios
Su primer disco, La aprendiz, sería el pistoletazo de salida de una carrera apoteósica. Malú, todavía menor de edad, entró en el mundo de la música de la mano de un gran profesional que se encumbró como su padrino y con el que ha guardado una gran relación a lo largo de los años: Alejandro Sanz.
Como explicó en su momento la cantante, él fue el que le regaló su primer tema con el que saltó a la fama a los 15 años. "Yo iba al cole, y cuando mis amigas hablaban de Alejandro Sanz les decía que era mi sobrino. No lo era, pero yo realmente lo creía", dijo la madrileña mientras se reía en la entrevista con Bertín Osborne.
¿El resultado de todo este talento? Más de 20 años de carrera en los que la artista ha cosechado éxito tras éxito. Pudiendo presumir de más de 15 álbumes en su discografía, de haber conseguido llenar los estadios y los escenarios más importantes de nuestro país, Malú es una de las cantantes más reconocidas de España. Su experiencia le ha valido, entre otros méritos, ser jurado de La Voz, donde era una de las coaches más valoradas.
Sin embargo, la fama desde que era solo una adolescente unido a la presión propia de una profesión como la suya han hecho que haya barajado en más de una ocasión dejarlo todo: "Me lo he planteado varias veces porque, al final, cuando eres tan asquerosamente exigente y cuando todo lo que estás haciendo ocupa el 100% de tu cerebro… ¿Realmente me compensa esto? Me preguntaba". Pero luego admitió, como la gran parte de los artistas, que lo suyo es pasión y la música es algo que no se puede abandonar de repente: "Cuando subes encima del escenario vuelves a comprobar que sí te vale la pena", aseguró.
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