Este sábado 9 de abril, Bertín Osborne (67 años) se presentaba ante la audiencia confesando que no conocía a Ainhoa Arteta (57) en persona y que tampoco conocía demasiado de su vida. Pero al terminar su entrevista quedó atónito. La soprano guipuzcoana ha sido su última invitada al programa Mi casa es la tuya, y en su larga charla con el presentador se ha sincerado como nunca y ha desvelado detalles de su vida muy desgarradores.
"Mis amigos me llaman Lady Corcho porque no me hunde nadie", dejó claro Ainhoa ante un atónito Bertín que acababa de escuchar algunos de los horribles episodios que ha vivido la cantante. Arteta despidió el 2021 con ganas, para dejar atrás todo lo experimentado en ese duro año, y es que el pasado verano sufrió un cólico nefrítico que a punto estuvo de costarle la vida. De hecho, estuvo ingresada en un hospital durante más de un mes, estuvo en coma, y por todo ello todavía arrastra secuelas. Le amputaron varios dedos tras sufrir necrosis, e incluso se sometió a una operación de cuerdas vocales que la han mantenido sin poder siquiera hablar durante meses.
Ainhoa ha agradecido el trabajo a los médicos y enfermeras que le ayudaron a seguir viviendo gracias a su rápida actuación cuando sufrió el gravísimo cólico nefrítico en Andalucía: "Me tuvieron que trasladar en helicóptero. Llegué por los pelos y no me enteré de mucho más. Me indujeron a un coma. Estuve seis días de coma inducido y me dieron tres horas de vida", ha confesado.
Durante su estancia en el hospital, Arteta ha detallado que su cuerpo no reaccionaba ante ningún antibiótico, solo a la penicilina de la que es alérgica desde muy pequeña. "La suerte que tuve es que la penicilina me hizo una alergia cutánea, pero me salvó. De esto no me enteré hasta que salí del coma. Fue entonces cuando me dijeron lo que había pasado", ha contado ante la incredulidad de Bertín.
Pero además de sus reveses de salud, la soprano se ha sincerado sobre dos episodios muy oscuros que han marcado su vida. Cuando apenas tenía seis años vivió un intento de abuso sexual que aún guarda en la retina: "Yo iba con mis cromos a jugar con mis primas y un hombre me dijo si le podía ayudar a bajar unos paquetes. Yo no sospeché nada y le dije que sí. Según iba subiendo las escaleras con esa persona, él iba haciendo unas cosas que sabía que no estaban bien. Empecé a gritar. Fíjate cómo sería el trauma que llegué a casa y me había defecado encima", ha confesado.
Aunque fue siendo más mayor y en Nueva York cuando realmente vivió en su propia piel una terrible violación al entrar en su apartamento: "Había dos puertas para entrar al portal. Y al cruzar la primera, el hombre se coló conmigo y en mitad de las dos puertas pasó lo que pasó. No recuerdo cuánto tiempo pasé en ese suelo, solo recuerdo que temblaba. Era la época en la que estaba Rudy Giuliani como alcalde de la ciudad y tu vida valía no valía nada".
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