El pasado mes de febrero, Antonio Resines (67 años) volvió a nacer. Tras pasar 48 días ingresado en la UCI del hospital Gregorio Marañón -23 de ellos, en coma- a causa del coronavirus, el afamado actor recibía el alta hospitalaria.
Desde entonces, no ha parado de valorar la vida y, sobre todo, defender y ensalzar tanto la labor de los médicos como la importancia de la sanidad pública. "Me han salvado literalmente la vida", aseguró entonces.
Durante estas semanas de rehabilitación en casa, Resines ha concedido varias entrevistas, donde se ha sincerado sobre su estado de salud. "Tengo una atrofia del 80 por ciento y voy con andador", ha llegado a confesar.
También ha aprovechado el altavoz mediático Resines para pedir disculpas a los médicos, ya que, debido a la medicación y el efecto en su cuerpo, sus modos con los sanitarios no fueron los más correctos en determinados momentos. En las últimas horas, el también director ha concedido una entrevista en TVE.
En concreto, en el espacio presentado por María Casado (44), Las tres puertas. Desde su casa de Comillas, en Cantabria -EL ESPAÑOL informó hace unas semanas que se desplazaría allí durante una temporada-, Resines ha desvelado detalles inéditos de su peor etapa en la UCI.
"El resumen es que hay que tener muchísimo cuidado. Hay que vacunarse y seguir con mucha precaución", sostiene. El actor opina que de haberse inoculado la tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19 no le habría dado "tan fuerte". Se llegó a temer por su vida estando en la UCI: "En coma he estado 23 días y yo no me he enterado".
Vuelve a poner el foco Antonio Resines en la fuerte medicación que tomaba y todo lo que le provocaba ésta: "Vivía en otro mundo paralelo. Luego te explican que el tipo de medicación que te dan, los corticoides, te provocan sueños y alucinaciones. Son como sueños, pero que te acuerdas. De vez en cuando me despertaban, volvía a esa realidad, pero pensado en lo que tú creías que te estaba pasando".
Y añade, sin perder su característico humor: "Yo pensaba que estaba en una conspiración internacional y que podían matar a cualquiera que estuviese conmigo. Lo creía de verdad, y a la vez sabía que estaba hablando con mi hijo. Era todo raro. Dependiendo del nivel de medicación…".
Asume el actor que no se encuentra al cien por cien, pero que secuelas graves tampoco padece: "Yo creo que ninguna. Andar no he andado bien nunca, he andado siempre como despistado, me falta un poquitín de equilibro, pero como no voy a la pata coja a los sitios... Hay una cierta zona de estabilidad que no está al cien por cien. Llevo la muleta para salir, las escaleras todavía me cuestan un poquitín, técnicamente creo que estoy al 90 por ciento".
Resines le pone humor a todo, incluso a los peores y más críticos momentos, como cuando el médico le dijo que no salía adelante: "Te ha faltado entre un 3 y un 5 por ciento para palmarla, me dijo. Has estado a punto de palmarla porque no reaccionabas a la medicación. Me dieron un trallazo de corticoides brutal y reaccioné".
Esos momentos límite no los sintió ni sufrió Resines, más bien su entorno: "Yo no he sido consciente de que estaba a punto de palmarla… Lo que sí recuerdo es cuando me intenté levantar. Creo que me desperté a ratos. No recuerdo un momento… Recuerdo cuando me levanté. No me podía levantar, había perdido el 85 por ciento de masa muscular. No tenía fuerza en las piernas, no podía ni darme la vuelta para dormir. Estaba bastante impedido".
Su retiro en Comillas
Junto a su mujer, Ana Pérez-Lorente (56), el actor Antonio Resines se trasladó el pasado mes de marzo unos días a su tierra natal, Comillas. Según explicaron a este periódico, Resines tomó la decisión en connivencia con sus médicos, quienes le aconsejaron un ambiente más relajado.
También lo habló y sopesó en familia, con su hijo. Madrid se ha convertido tras su bache de salud en un sitio "agobiante", deslizó alguien cercano al actor. Vivir en la zona de El Retiro no siempre facilita la vida. En la capital de España "tenía que atender demasiados compromisos y visitas".
Sabe lo querido y admirado que es, y los amigos no han querido dejarlo solo. Por no hablar, "de la cantidad de gente que lo para por la calle". Resines necesitaba aire fresco, de brisa del mar y de una alimentación sana.
Allí, en la costa cántabra, le recomendaron "caminatas" para recuperar esa masa muscular que ha perdido, impregnarse de esa brisa marítima y recuperar la vitalidad. "Resines tiene allí a familiares y grandes amigos. Siempre ha dicho que sueña con una jubilación retirado allí", se informó a este periódico.
[Más información: Antonio Resines se muda a Cantabria a vivir para su rehabilitación: la difícil decisión y el consejo médico]
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