Carlos Marín, alma de Il Divo, fallecía el pasado 19 de diciembre en un hospital de Manchester a causa de las complicaciones derivadas de la Covid; y, con él, una parte de Geraldine Larrosa (43), el amor de su vida y con quien, tras darse una segunda oportunidad durante el confinamiento -pues la pareja se divorció en 2009 después de 19 años juntos, pero nunca dejaron de tener una estrecha relación- planeaba volver a casarse en Disneyland París.
Cuatro meses después de esta durísima pérdida y reconociendo que todavía le duele demasiado hablar de Carlos porque "le quiero mucho y le echo de menos". "Se me saltan las lágrimas cada vez que me preguntan... voy poco a poco, pero bueno", confiesa. La cantante ha reaparecido en la inauguración de una tienda en la capital y ha contado qué es lo que más recuerda del gran amor de su vida: "Todo, su carisma, para mí Carlos era todo, la alegría, él se reía mucho, era muy alegre, era muy gracioso y era una persona muy buena y muy bondadoso. Seguiré hablando de él porque era el amor de mi vida".
"Tengo muchos recuerdos con él, una amistad y un amor muy grande, admiración, es todo, echo de menos lo bien que nos lo pasábamos, cómo nos reíamos. Hay un vídeo clip muy bonito que ese día es que no podía grabar porque me reía tanto... por cualquier cosa nos reíamos, en ese vídeo se ve perfectamente la complicidad que teníamos Carlos y yo durante estos 30 años de compañerismo", añade, explicando que además de su amor y su compañero, el barítono fue su "maestro de todo, de la voz, de la vida y de todo".
Muy unida a la familia de Carlos, con quien tiene contacto constante. "Está destrozada, qué te voy a contar... está cada vez más negro", revela. Geraldine desvela que, sin embargo, no tiene relación con los miembros de Il Divo: "No estoy molesta, ellos hacen su vida, su carrera y yo hago la mía. Ellos hacen su camino y yo haré el mío. No hay relación".
"Sorprendida" de que los compañeros de Carlos le sustituyesen "tan rápido" tras su fallecimiento - "era el creador, el que hacía todas las armonías... ha sido muy importante y carismático para el grupo" destaca - la artista asegura que no conoce a la nueva voz de 'Il Divo' pero le parece "muy duro entrar ahí porque no va a reemplazar nunca a Carlos. No tiene nada que ver con él". "Es un barítono de ópera y Carlos era un cantante de muchos terrenos" apunta.
Y, a nivel personal, ¿cómo está Geraldine? ¿Tiene ganas de rehacer su vida amorosa? La respuesta es clara: "Enamorarme no. Yo ahora mismo estoy enamorada de mi hija y de la vida que es lo que hay que seguir porque me ha tocado estar aquí, será por algo, seguramente para seguir con el legado de Carlos Marín que ha luchado por mí, por Innocence, hasta el final".
Un camino que pasa por continuar con el proyecto que el barítono dejó inacabado, su disco de duetos con la colaboración de cantantes como Chenoa (46) y Carlos Baute (47), que todavía no se sabe cuándo verá la luz pero que, adelanta, será de canciones latinoamericanas románticas.
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