Este jueves 5 de mayo de 2022 no ha sido un día cualquiera para la compañía Multiópticas. La marca ha presentado, en la acaudalada zona de la Vereda del Tiro, en La Moraleja, Madrid, su nueva plataforma de comunicación, Cuando no renuncias a nada, solo puede ser MÓ.
Un evento multitudinario y selecto al que han acudido muchos rostros célebres del panorama patrio, y de toda índole. Influencer, cantantes, diseñadores, empresarios, actriz y presentadores. De entre todos ellos, destacan cuatro figuras clave, los embajadores de la marca: Bertín Osborne (67 años), Omar Montes (33), María Pombo (27) y la actriz Ana García Obregón (67).
Con el permiso de los demás -quienes, tácitamente, lo asumían con estoicismo y respeto-, Ana Obregón se ha convertido en el principal reclamo de los medios de comunicación. No en vano, se trataba de una importante reaparición pública, enmarcada en un momento crítico de su duelo materno: en ocho días se cumplen dos años de la muerte de su único hijo, Álex Lequio.
EL ESPAÑOL ha estado presente en el magno evento y conoce cómo vivió la artista ese trance tan complicado ante la prensa. Los instantes previos y posteriores que nadie vio.
Al comienzo del acto, todos los medios querían saber si García Obregón iba a hablar; era el objetivo más codiciado. "En principio, Ana no va a conceder declaraciones", se informó desde la organización del evento. No obstante, la actriz de Ana y los 7 tuvo la generosidad de hablar unos segundos.
Su presencia se hacía de rogar, pero finalmente se produjo. Envuelta en una nube de fotógrafos y periodistas, y flanqueada en todo momento por las dos personas más cercanas a la actriz -su amigo íntimo, Raúl, y su mánager y amiga, Susana Uribarri-, Ana pisó el suelo empedrado de la Vereda del Tiro.
Con un vaporoso vestido blanco, de la firma Elisabetta Franchi, con tirante de flores bordadas en relieve, acabado en falda de tul y a juego con sus zapatos, Ana García Obregón, saluda y respira profundamente en la escalera que daba acceso al photocall, se coloca las gafas de MÓ Multiópticas y se enfunda de profesionalidad ante las cámaras.
Muy cerca de ella, jaleándola y dándole ánimos a ritmo de "Qué guapa está mi amiga", su íntimo del alma, Raúl Castillo. Pese al dolor de ese momento crítico en su duelo, Obregón no pierde la profesionalidad y, en medio de los traqueteos de los fotógrafos, le susurra a su amigo, y capta este periódico: "No me grabes desde ahí, ponte en el otro lado, que es mi lado (bueno)". A los minutos, Ana atiende a la prensa, controlándose la emoción a cada poco.
Agarrada de la mano a Susana Uribarri, y sin perder la mirada de su amigo Raúl, la bióloga responde a la prensa: "Se intenta sonreír. Yo no tengo más que palabras de agradecimiento para todo el mundo. ¡Ay, qué me emociono. No puedo hablar!". En ese momento, sacando fuerzas, Ana agradece los mensajes y los ánimos: "Estoy con fuerzas y muy agradecida, no sólo a los medios de comunicación sino a toda la gente".
El trabajo parece ser ese bálsamo al que se aferra Ana Obregón para no caer. "En septiembre viene Mask Singer y después, ya sabéis, hay un libro... Hay muchas cosas", sostiene con una brizna de ilusión, aunque tímida.
"Tengo que escribir la serie y el libro. Y voy a estar con papá, cuidándole", añade. La delicada salud de su padre es su única preocupación en la actualidad. Nada más le importa, ni siquiera el trabajo.
"¡Es un campeón! Estoy cuidándole. Tiene 96 años y que dure, por favor", suplica al aire antes de abandonar su encuentro con los medios. Sobre sus planes de verano, Obregón desliza: "No voy a tener muchas vacaciones porque estoy con el libro y con la serie. Y voy a estar con mi padre. ¡No lo voy a soltar!".
Lejos de las cámaras, cuando creía que nadie la veía, Ana no se despega de su teléfono móvil y en determinados momentos pide a su amigo que le tome fotos. Para esas instantáneas, despliega su característica sonrisa que, inevitablemente, desaparece a los segundos. Este evento de Multiópticas, además, ha sido capital para el ánimo de Ana Obregón, porque ha significado su regreso al trabajo.
Ese reducto en el que la actriz se permite ser la artista, la figura pública. En un momento dado de la noche, Ana sorprende a todos al subirse a un escenario improvisado y dar la campanada como presentadora. La artista se marca un discurso emotivo que es muy aplaudido por los presentes.
Uno de los momentos más delirantes de su speech ha sido cuando, en compañía de Bertín, Ana García Obregón se quejó de sus tacones: "No puedo con ellos y me los quiero quitar". Un comentario que provoca que muchos prorrumpan en carcajadas, entre ellos su amigo Raúl, quien no dejó de grabar a Obregón en ningún momento.
Sea como fuere, una noche inolvidable en la que Ana Obregón recuperó parte de su alegría de siempre y, por momentos, se pudo intuir ese espíritu fresco, juvenil y desprendido que tantas alegrías ha dado a la prensa del corazón.
A la fiesta han acudido invitados de lo más exclusivo del panorama celebrity e influencer español, como Julio Iglesias Jr (49), Juan Avellaneda, Palomo Spain (30), Pocholo (59), Manuel Díaz 'El Cordobés' (53), Laura Escanes (26), Mónica Cruz (45) o Anna Ferrer (25), entre muchos otros, que posaron ante las cámaras luciendo los modelos más personales y qué más representaban su esencia, al puro estilo MÓ.
Dos actuaciones musicales han amenizado la velada; las de Omar Montes y Bertín Osborne ponían el broche de oro a la noche justo después de la gran inauguración, de la mano de Ana Obregón, a la nueva temporada primavera-verano de la marca.
La música ha sido uno de los grandes protagonistas de esta fiesta, acogiendo a célebres artistas, como los Djs Mestizas y Jorge Bárcenas (24), que han amenizado el sarao con sus distintos y rompedores estilos. Por otro lado, el catering ha estado servido de la mano de Vicio, que ha ofrecido hamburguesas para todos los gustos y preferencias.
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