Este pasado fin de semana, Marisa Martín Blázquez (58 años) compartió una fotografía desde la intimidad de su hogar que fue muy comentada por sus seguidores. La periodista salía sobre una esterilla y con ropa deportiva dispuesta a realizar una sesión de yoga de forma online. La colaboradora de Mediaset aparecía en una estancia de su casa de estilo muy rústico y desenfadado, que llamó la atención de sus fieles followers de Instagram.
Según ha podido comprobar este periódico, Marisa posaba en la habitación de su hijo Nicolás, que es arquitecto de profesión y que decidió reformar él mismo su cuarto hace algún tiempo. La propia periodista habló de ello en sus redes, para presentar al mundo el talento de su vástago: "Mi hijo Nicolás es arquitecto. Siempre fue su ilusión. Le recuerdo con siete años dibujando edificios y ciudades alucinantes, con la pasión de quien ve en eso su futuro. Ahora, como muchos jóvenes de su edad muy formados –académica y personalmente– ha tenido que salir a ejercer su profesión fuera de España, porque en nuestro país no encuentran empleo. Antes de irse, me lío una pardísima; quiso hacer 'una pequeña reforma' en su habitación. Pero ya se sabe que las madres, por los hijos, hacemos imposibles y di la aprobación con poca gana, pero porque a él le emocionaba el proyecto".
"No sólo hizo los planos y el diseño arquitectónico de la reforma, sino que también realizó él mismo los oficios; hizo de soldador, herrero, electricista, carpintero, diseñó y fabricó la mesa de su estudio, las lámparas de pie... Tiró muros, falsos techos, forró techo de madera, pulió pintura para que el ladrillo quedara visto, hizo el altillo para hacer su estudio arriba... Pero la reforma no estaba –ni está aún del todo– terminada y tuvo que marcharse", explicó entonces Marisa al tiempo que compartió varias imágenes de la estancia.
El rústico pero cuidado estilo de esta habitación se puede extrapolar al resto de la casa. El uso de diversas maderas, de ladrillos a la vista y muros de piedra se presentan a lo largo y ancho del hogar. La reforma del joven Nicolás Montero buscó dar mayor espacio al lugar, algo que consiguió con la doble altura. Dispone de un mobiliario mínimo y muy sencillo, de corte vintage, y lo que más llama la atención es el papel pintado de una de las paredes, que se presenta como una planta que crece desde abajo hasta el techo.
No es de extrañar que la periodista haya optado por el uso de materiales naturales para configurar su dulce hogar, ya que la casa está situada en plena sierra de Madrid, rodeada de naturaleza y caminos de arena y rocas.
Desde el exterior tiene apariencia de una casa rural, en la que reina el color marrón oscuro, de la madera envejecida, mezclado con el rojizo de los ladrillos y las baldosas de teja de las terrazas, y todo ello en contraste con el verde intenso de las plantas y los árboles que otorgan privacidad al hogar.
En el porche principal, donde tantas fotografías caseras se ha realizado Marisa para mostrar sus looks de diario, se pueden apreciar sillones, bancos y mesas de carpintería antigua. Y destacan varios detalles en azul klein que se repiten a lo largo de varios rincones exteriores.
Ese mismo azul también está presente en el fondo de baldosines de la gran piscina. La colaboradora de televisión combate las altas temperaturas de la capital bañándose en esta imponente piscina, en la que se ha dejado ver en bikini y utilizando colchonetas de varios tipos. Está rodeada por un pequeño muro de piedra y al fondo se presenta un frondoso bosque que no solo favorece a las vistas sino también a la intimidad de los dueños.
Al lado del agua también dispone de una hamaca que está resguardada bajo un techo de madera, lo que hace que siempre esté en sombra y sirva de refugio cuando el sol arde en la piel. Pero para los momentos en los que Marisa solo busque broncear su piel sin tener que acudir a la zona de la piscina, también posee varias terrazas con cómodas hamacas de multiposición.
Para acceder al interior de la casa estando en los jardines se puede hacer desde diversas puertas -algunas antiguas de madera gruesa y otras de cristal y acero más vanguardistas- así como por las escaleras que se conectan con el porche. Estas últimas resultan un gran entretenimiento para las mascotas del hogar -tres perros- que siguen a su dueña allá donde vaya.
La decoración interior de la casa desprende un aura muy rústica, donde la esencia de lo antiguo y los materiales naturales cobran especial relevancia. Apenas hay uso de colores vivos, la gama cromática se basa en los marrones más suaves y los neutros, como el blanco, el beige y el negro.
Destaca el uso de las largas cortinas en las estancias principales del hogar. Todas ellas son de color crudo, que hace que la luz natural que entra a las habitaciones no se reduzca. Están muy presentes en los amplios ventanales del salón principal, donde el sofá también es de color crema claro, y las cortinas son las responsables de la privacidad del dormitorio de Marisa. Su cama dispone de un alto colchón, es de tamaño king size, y utiliza colcha en tono crudo con varios cojines sobre él que siguen esta misma gama cromática.
Tal y como puede comprobarse, el estilo bohemio, personal y hippie que luce Marisa Martín-Blázquez en sus estilismos está muy presente en su hogar, desde el exterior hasta el interior.