El proceso ya se anunciaba largo y complicado y así ha sido, ya que desde que se iniciara en 2015 aún no hay solución satisfactoria para la demandante. Rosario Bermudo, reconocida judicialmente como hija extramatrimonial de Leoncio González, marido de la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, reclama que se aplique la sentencia de 2018 que la acredita como heredera de una fortuna que puede llegar a los tres millones de euros.
Enfrente en esta batalla tiene a sus hermanos por parte de padre: Leoncio (66), Pilar (65) y Gabriel González de Gregorio y Álvarez de Toledo (64), descendientes del matrimonio de la conocida como Duquesa Roja, que han acudido al Tribunal Supremo para recurrir la citada sentencia. Según el abogado de Rosario, Fernando Osuna, esto lo hacen "exclusivamente para perder tiempo, dado que son nulas las posibilidades de ganar la contienda".
Asimismo, recuerda que el 5 de diciembre de 2018 el titular del Juzgado número 77 de Madrid reconocía a su cliente, que ahora tiene 70 años, como heredera legítima, tras aportar al proceso una prueba de ADN con el 99,99 % de coincidencia, el máximo que se puede obtener. Para ello se tuvo que exhumar el cadáver de Leoncio González, enterrado en el cementerio de Quintana Redonda (Soria), y se confirmó que había tenido una hija ilegítima con una de las criadas de la casa.
Ahora, el equipo legal de la demandante concreta que una vez que salga el caso del Supremo, comenzará el pleito por la herencia, que puede durar varios años, aunque no descarta que se llegue a un acuerdo. Además, informa de que su cliente tiene ofertas de fondos de inversión para comprar la herencia.
La historia familiar de la duquesa de Medina Sidonia y el que fuera su marido es complicada. Por un lado, ella fue una aristócrata muy comprometida contra el franquismo, lo que la llevó a la cárcel y le valió el sobrenombre de Duquesa Roja. Su relación con sus tres hijos, nacidos del matrimonio de Leoncio González, siempre fue complicada pues nunca ejerció de madre convencional y vivió alejada de ellos. Antes de morir, en 2008, protagonizaría su último golpe de efecto al casarse con su secretaria, Liliana Dahlmann y cediéndole el control de su Fundación. Entre ella y los hijos también ha habido batalla legal.
Por su parte, el padre de Rosario Bermudo, que sigue reclamando la herencia, dejaba tras su fallecimiento algunos bienes de sumo valor como el Palacio de Quintana Redonda, en Soria, valorado en cinco millones de euros y que fue precisamente el lugar en el que murió. El aristócrata se había vuelto a casar con su ama de llaves, Maravillas Almara Sainz Pardo y tenía otro hijo ilegítimo, reconocido en 1995, fruto de una relación sentimental pasajera.